Se acabaron los carburantes baratos
El Brent se sitúa en 56 dólares el barril y se prevé que alcance los 60 dólares durante 2017
Llenar el depósito cada vez sale más caro. Hace justo un año, en enero de 2016, el diésel estuvo por debajo del euro durante todo el mes. Algo difícil de repetirse, al menos en el corto plazo. Sobre todo por el alza del precio del barril de Brent, que está en los 56 dólares el barril y que los expertos prevén que alcance los 60 en 2017, muy lejos de los 35 dólares registrados cuando el diésel costaba menos de un euro. Una subida del Brent que se acentuó después del 30 de noviembre, día en que la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordó la reducción de la producción.
Los consumidores pagan por repostar 6,4 céntimos más el litro de diésel (1,123 euros el litro) y 6,8 céntimos de euro más el de gasolina sin plomo 95 (1,242 euros el litro) desde el acuerdo, según los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea del 28 de noviembre y 23 de enero. Un 6,04% y un 5,79% más respectivamente desde el acuerdo. Si la comparación se hace con un año atrás, teniendo como referencia el Boletín Petrolero del 22 de enero de 2016, la subida del diésel ha sido del 21%, mientras que la gasolina ha aumentado un 16,18%. Los precios actuales suponen el inicio de año más caro de los carburantes desde 2014, cuando el diésel y la gasolina costaban 1,3 y 1,4 euros por litro respectivamente.
La subida de los carburantes está provocada por el acuerdo de los miembros de la OPEP para disminuir su producción un 4,5%. Una medida que se traduce en una reducción desde 33,7 millones de barriles diarios a 32,5 millones a partir del 1 de enero. Aunque el mero anuncio de la OPEP ya fue suficiente para sacudir el mercado. El 29 de noviembre el barril de Brent costaba 46,38 dólares (43,55 euros según el tipo de cambio de aquel día), mientras que el 27 de enero el precio del barril de Brent fue de 55,52 dólares (51,89 euros al tipo de cambio). Es decir, un 19,15% más, 8,34 euros por encima. La tendencia es imparable. Según las previsiones que maneja el Banco Mundial, el litro de crudo de referencia en Europa cerrará el año en 60 dólares, relata el consultor de este organismo, Mario Weitz.
A pesar de que el crudo sea la materia prima principal de los carburantes, el director general de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), Álvaro Mazarrasa, niega que la cotización del petróleo tenga una repercusión directa en los precios que se pagan en las gasolineras. “La cotización del diésel y la gasolina tiene su propia vida”, explica Mazarrasa. Y añade que en todo caso las fluctuaciones del precio del Brent se notan en las gasolineras generalmente dos semanas más tarde, debido al proceso de refinado: “Depende de cada operador”. De esta forma, el encarecimiento de gasolina y diésel podría continuar en las próximas fechas dada la tendencia alcista del Brent.
Los expertos intentan explicar los cambios en el precio, aunque existen diferencias entre ellos y los productores. “Cuando baja el precio del petróleo, a las empresas de refino les cuesta repercutir esa bajada en los carburantes. En cambio, cuando sube el precio, repercute en la gasolina rápidamente porque a ellos les beneficia”, asegura Rafael Pampillón, economista de IE Business School. En este caso, Pampillón apunta sobre las compañías de refino, que son las que venden al por mayor el carburante que llega a las gasolineras: “Es un sector reducido y me da la sensación de que actúan como una especie de oligopolio”.
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se quejan de la política de precios en carburantes. “Siempre sucede lo mismo”, afirma la portavoz de la OCU, Ileana Izverniceanu. “Cuando sube el precio del petróleo, el carburante se incrementa rápidamente, pero pasa lo contrario cuando el crudo baja”. Es la llamada “política de pluma y cohetes” que, señala la asociación, aplican los distribuidores, y que Mazarrasa niega rotundamente. Utilizando los datos elaborados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), sin embargo, OCU alerta de que en noviembre el margen de las compañías de distribución —la diferencia entre el precio antes de impuestos y la cotización internacional de referencia— creció de forma importante, un 4,6% para la gasolina y un 5,3% para el gasoil. Un margen que se encuentra “entre los más altos de Europa”.
Las grandes compañías alegan, en palabras de Izverniceanu, que casi todo el margen bruto (alrededor de 18 céntimos por litro) se va en costes de distribución y al mayorista apenas le quedan dos céntimos por litro. La asociación de consumidores, sin embargo, sostiene que “en aquellas provincias donde hay una mayor concentración de estaciones de servicio en manos de grandes compañías, el precio medio tiende a ser superior que en aquellas donde se da una mayor competencia”. Los precios de las marcas más conocidas son más bajos también en las inmediaciones de las gasolineras low cost, con respecto a otros lugares. Dos fenómenos que siembran dudas sobre la entidad real del margen bruto en OCU, donde insisten en la “crónica falta de competencia” para explicar el alto precio del carburante antes de impuestos en España con respecto al resto de Europa.
Precio de los carburantes sin impuestos
El precio de los carburantes sin impuestos en España está por encima de la media europea. La gasolina sin plomo 95, antes de impuestos, se paga en España a 0,56 euros, mientras que en el resto del club de los 28 el precio medio es de 0,51 euros y en la eurozona 0,52 euros, según el último Boletín Petrolero. Algo similar ocurre con el diésel, que se pagaba en España a 0,56 euros, mientras que en la UE y en la zona euro el precio fue de 0,53 euros.
Sin embargo, el precio en España con impuestos incluidos está por debajo de la media europea y de la eurozona: la gasolina cuesta 1,242 euros frente a los 1,377 euros en la UE y 1,418 euros en la zona euro. Con el diésel la diferencia es similar: se paga en España 1,123 euros, mientras que en el club de los 28 el precio medio es 1,241 euros y en la eurozona 1,232 euros. Esto cuestiona la idea del alto gravamen del carburante en España. En términos totales sí que el gravamen es cuantioso (un 55% la gasolina y un 50% el diésel en enero según la AOP), pero en comparación con los países de nuestro entorno no es así. "Se grava mucho en España, pero estamos por debajo de la media europea en impuestos al carburante", aclara Mazarrasa que añade que no son comparables los datos por países del Boletín Petrolero al no tener estos una metodología común.
Weitz, que además de consultor del Banco Mundial también es profesor de Macroeconomía del Executive MBA de ESIC, asegura que el precio de venta al público depende sobre todo de los impuestos, algo con lo que coincide la AOP. Lo mismo que el economista Pampillón: “Cuando vas a la gasolinera, realmente vas a una oficina de recaudación fiscal”, argumenta.
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