La renta de las familias americanas sube por primera vez desde la crisis
El dato llega en unas elecciones marcadas por el hartazgo de las clases medias y la brecha social
La recuperación económica estadounidense, robusta en la comparación internacional, pero profundamente desigual entre su población, empezó a calar en las clases medias en 2015. La mediana de los ingresos de los hogares mejoró por primera vez desde la Gran Recesión y un total de 3,5 millones de ciudadanos dejaron de formar parte de la estadística de pobres. Los datos, publicados este martes por el censo, irrumpirán en el debate electoral, ya que la brecha social está marcando a fuego la carrera presidencial de noviembre.
El dato ha llegado en la recta final del mandato de Barack Obama, marcado por una salida de la crisis que parece hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. El hartazgo social es uno de los motores del voto antiestablishment, buena parte del cual ha encontrado cobijo, paradójicamente, en Donald Trump un millonario de Manhattan, hijo de un acaudalado empresario. El candidato republicano ha sabido interpretar y conectar con la frustración de muchas familias trabajadoras que, según la selva de estadísticas, el año pasaron empezaron a levantar cabeza.
La mediana de los ingresos es el valor central que quedaría en una lista de ingresos de familias ordenados de forma creciente o decreciente. El año pasado, en concreto, los ingresos medianos mejoraron un 5,2 %, al pasar de 53.718 a 56.516 dólares reales anuales, el primer repunte desde 2007. La Casa Blanca dijo que se trata del mayor incremento anual registrado desde 1968. Entonces, habían pasado cuatro años desde que el presidente Lyndon B. Johnson declaró la guerra contra la pobreza. Aun así, aún no se ha recuperado el terreno perdido con la recesión: los ingresos medianos reales de los hogares siguen un 1,6 % por debajo de donde estaban en hace nueve años y un 2,4 % por debajo del pico que se produjo en 1999.
El mercado laboral explica buena parte del alivio. Estados Unidos creó 2,6 millones de puestos de trabajo en 2015 y mantuvo el nivel de paro en el 5 %, lo que se considera prácticamente pleno empleo. Pese a la salud del empleo, la mayor potencia económica del mundo tiene una bolsa de pobreza que le cuesta mucho reducir. Pero las estadísticas del año pasado alivian la carga y reflejan la mayor mejora desde 1999, según el censo. Un 13,5 % de los estadounidenses estaba bajo el umbral de la pobreza en Estados Unidos en 2015, lo que supone una reducción de 1,2 puntos porcentuales respecto al año anterior. Dentro de este abstracto porcentaje, hay 3,5 millones de estadounidenses que, a efectos estadísticos, han dejado de ser considerados pobres, aunque estadísticamente, los datos de desigualdad (medidos por el coeficiente Gini) apenas se han movido.
Sigue habiendo 43,1 millones. Y, entre ellos, afroamericanos y latinos salen mal parados. La tasa de pobreza de los hispanos el año pasado quedo en el 21,4% (frente al 23,6% del año anterior) y la de los afroamericanos en el 24,1% (frente al 26% de 2014). Entre los blancos no hispanos, la miseria alcanza al 9% (un 10% el año anterior).
También se redujo la proporción de estadounidenses sin cobertura sanitaria, del 10,4% al 9,1% , o en cifras absolutas, de 33 a 29 millones de personas.
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