El hombre que desafió a Volkswagen
El magnate bosnio propietario de Prevent pone en jaque el control del gigante alemán sobre sus proveedores
El martes pasado, poco antes del mediodía, Volkswagen envió un correo electrónico a los medios alemanes y a la prensa internacional para anunciar que sus ejecutivos habían llegado a un acuerdo con las dos pequeñas empresas suministradoras, CarTrim y ES Automobilguss, que desde la semana anterior habían boicoteado la fabricación de los modelos Golf y Passat cortando el grifo de los suministros.
Pero sucedió algo raro durante el desenlace de un conflicto que fue calificado como “inédito” por la prensa germana y también como una versión moderna del bíblico duelo entre David y el gigante Goliat: ni Volkswagen ni los representantes de las dos sociedades suministradoras comparecieron ante los medios de comunicación. Tampoco dieron detalles sobre el acuerdo alcanzado después de 21 horas de negociaciones casi ininterrumpidas, que se llevaron a cabo en el salón de un hotel de cinco estrellas instalado en los terrenos de la planta del fabricante en Wolfsburgo.
La guerra de poder que se llevó por delante parte de la producción de este verano en la firma automovilística puso al descubierto la identidad de la persona que se había atrevido a desafiar al gigante alemán. Ambos proveedores están relacionados con el empresario Nijaz Hastor, fundador del grupo Prevent. Originario de Sarajevo, está considerado como el ejecutivo más rico de Bosnia Herzegovina, según la revista Forbes.
Aún no está claro cuál fue el origen que desató el conflicto, pero informaciones difundidas en Alemania señalan que Prevent ordenó cancelar el suministro de sus estructuras de asientos y piezas para cajas de cambio después de que Volkswagen dejará sin efecto un contrato valorado en 500 millones de euros a causa de la supuesta mala calidad de los productos. “Debe haber sido algo gordo”, declaró a Bloomberg Nihad Imamovic, amigo y excolaborador de las empresas de Hastor. “Le deben haber hecho algo terriblemente erróneo”.
La guerra entre la empresa bosnia y el gigante alemán duró cinco días y, aunque nominalmente el acuerdo deja satisfechas a ambas partes, es evidente que el perdedor ha sido Volkswagen. Los dos proveedores habían logrado romper con una ley no escrita implementada a comienzos de los años noventa en el sector por el ejecutivo vasco José Ignacio López de Arriortúa, el famoso “Superlópez”. Él fue quien impuso una eficaz y convincente mano dura a la hora de negociar con los suministradores. Con el acuerdo, CarTrim y Automobilguss han demostrado que ese sistema puede ser desafiado con éxito por dos empresas pequeñas.
Nijaz Hastor empezó trabajando en una fábrica adquirida por la marca alemana
La opinión pública alemana aún no conoce el nombre de las personas que doblegaron al gigante alemán. Los intentos para solicitar información sobre las dos industrias, que tienen su sede en el Estado federado de Sajonia se topan con una respuesta lacónica. “No tenemos una oficina de prensa y no podemos dar información”.
Poca transparencia
El secretismo de TrimCar y Es Automobilguss no es gratuito y responde a una estrategia que ha hecho famoso al empresario Nijaz Hastor y a sus dos hijos, Kenan y Damir, que dirigen la empresa familiar en Alemania. La familia siempre ha defendido la privacidad y casi no hay referencias periodísticas a su vida. Se sabe, sin embargo, que los caminos del empresario y de la marca de coches alemana han transitado de forma paralela.
Su empresa Prevent da trabajo a 14.500 personas
En 1974, Nijaz Hastor, después de terminar sus estudios de Economía en Sarajevo, entonces la capital de la república yugoslava de Bosnia y Herzegovina, encontró un empleo en la empresa Tvorinica Automobila Sarajevo (TAS) que fabricaba motocicletas alemanas NSU bajo licencia. Tras la compra de NSU por Volkswagen, la firma alemana empezó a montar, con el patrocinio del régimen comunista, coches modelo Escarabajo para los mercados yugoslavo e italiano. Más tarde fabricaría los modelos Golf y Jetta.
Hastor hizo carrera en TAS, pero cuando a principios de los noventa Yugoslavia empezó a desmoronarse, puso rumbo a Wolfsburgo, la sede central de Volkswagen. En 1992, los empleados de origen serbio de TAS anunciaron que no irían al día siguiente a trabajar. Se vivían los primeros compases de una guerra que destruyó gran parte de la factoría de Sarajevo. Pese a todo, la firma alemana tenía grandes planes para Europa del este, Yugoslavia incluida. Gracias a su experiencia y a su excelente red de contactos en Wolfsburgo, Hastor tomó posiciones para formar parte de esos proyectos una vez acabase la guerra.
Así fue. Con la firma de los acuerdos de paz de Dayton, en 1995, Hastor no perdió el tiempo: regresó a Sarajevo, donde fundó ASA, una pequeña empresa especializada en logística industrial y servicios financieros. Tres años después, cuando Volkswagen anunció su decisión de invertir 25 millones de euros para retomar la producción en la planta de la capital bosnia, el empresario dio vida a Prevent, un consorcio que en la actualidad da trabajo a unas 14.500 personas —de las cuales 6.500 son bosnios— y que administra filiales en Alemania, Rumania, Brasil, Hungría, Austria y Turquía. En España estuvo presente con una planta en Vigo cercana a la factoría de PSA Peugeot Citroën que cerró durante los años de la crisis.
Los principales clientes de Prevent, como era de esperar, son las grandes empresas automovilísticas. Aparte de Volkswagen, que está a la cabeza, el grupo trabaja con BMW, Opel, Mercedes Benz, Seat y PSA. De acuerdo con informaciones procedentes de la Cámara de Comercio germana en Bosnia y de la edición croata de la revista Forbes, el grupo tuvo una facturación en 2015 de unos 385 millones de euros, una cifra que la convierte en la mayor empresa de Bosnia.
Sin fronteras
La expansión de Prevent y la visión empresarial de Nijaz Hastor no conoce fronteras, y en la actualidad el grupo fabrica muebles, confecciona ropa de marca y suministra materiales para el decorado de asientos de avión. Incluso una de sus filiales se dedica a construir yates. Sus dos hijos siguen la estela de su padre y han empezado a expandir sus negocios.
El éxito empresarial del clan Hastor parecía imparable hasta que estalló la crisis con Volkswagen. La paralización de la producción de los modelos Golf y Passat fue una medida drástica que afectó a 27.700 trabajadores en seis plantas de VW en Alemania.
“Los ejecutivos de VW han dado vida a un precedente peligroso para el grupo y que será utilizado por otras empresas proveedoras en el futuro” señaló la revista económica WirschaftsWoche en su edición digital al valorar el resultado del acuerdo. “VW rompió con un sistema propio que había utilizado durante años para presionar a sus suministradores”.
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