Volkswagen anuncia un plan para reparar cinco millones de coches
La empresa presentará las soluciones técnicas que propone para las emisiones en octubre
Volkswagen tiene por delante una tarea gigantesca y costosísima. La empresa de automoción alemana presentó el martes, a muy grandes rasgos, el plan con el que pretende salir del paso del escándalo de las emisiones de gases. El primer paso afecta a los cinco millones de vehículos con el mecanismo diseñado para engañar a las autoridades medioambientales. La empresa informará a los propietarios de estos automóviles de que en breve podrán pasar por el taller para corregir las características de las emisiones de sus vehículos diésel con motor EA 189 y el software que manipula sus emisiones. El comunicado no dice nada de los otros seis millones de vehículos afectados, los de otras marcas del grupo como Audi, Skoda o Seat.
Volkswagen y el resto de marcas que cometieron el fraude presentarán en el mes de octubre a las autoridades las soluciones técnicas con las que tratarán de solucionar el monumental desaguisado en el que se hallan. Algunos analistas estiman que la revisión de los coches afectados podría costar más de 6.500 millones de euros, el dinero que la empresa ha provisionado por posibles pérdidas. Pero Volkswagen tendrá que hacer frente también a los costes relacionados con las multas que le impongan (EE UU podría castigar a la empresa con un máximo de unos 16.000 millones de euros) y las reclamaciones particulares de los clientes estafados.
El comunicado de la empresa da una muestra de la gravedad del golpe. Porque hasta ahora solo se sabía que había cinco millones de vehículos afectados de la marca Volkswagen; pero el nuevo presidente de la compañía, Matthias Müller, había dicho que no todos los softwares instalados estaban activos, por lo que no se sabía si todos los vehículos con el software ilegal deberían pasar por el taller o no. La nueva información hecha pública por la compañía da a entender que sí.
Mientras, el ministro de Economía alemán, Sigmar Gabriel, rebajó los temores de que el escándalo vaya a dañar a la economía. Gabriel dijo que esto no ocurrirá si la empresa reacciona con rapidez y energía. “Los políticos tenemos que ocuparnos de que los 600.000 empleos de la empresa en el mundo no estén en peligro”, añadió. Más preocupado se mostró el líder de IG Metall, el mayor sindicato de Alemania. Detlef Wetzel dijo que el escándalo de Volkswagen podría ser para la industria lo que la crisis financiera supuso para los bancos.
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