Blesa: Un jubilado que cobra su pensión “no es un ignorante financiero”
El expresidente de Caja Madrid declara en la Audiencia por la venta de las preferentes Decenas de afectados se abalanzan y aporrean el coche del banquero
Miguel Blesa fue presidente de Caja Madrid durante trece años y hasta el último año antes de irse no afloraron graves problemas que no resolvió y acabaron con la entidad cuando el ya había abandonado el cargo. Blesa declaró ante el juez Fernando Andreu, que le ha imputado por haber emitido participaciones preferentes en mayo de 2009 para, presuntamente, ocultar la situación de insolvencia de Caja Madrid, como sostiene UPyD y un particular que adquirió estos productos.
Blesa, que solo respondió al fiscal y a su abogado, intentó demostrar al juez que a Caja Madrid le sobraban más de 2.000 millones de recursos propios, es decir, era solvente, pero que ante los cambios legislativos que se avecinaban, que se traducirían en más exigencias de capital, decidió emitir 3.000 millones en preferentes. También sostuvo que muchos departamentos de la entidad (la comisión ejecutiva, el departamento de Cumplimiento Normativo, el de Marketing y hasta los directores de oficinas), fueron responsables de la comercialización y la venta de las preferentes. No se olvidó del Banco de España y la CNMV, que autorizaron las preferentes, e incluso trasladó responsabilidad a los propios clientes.
El exdirectivo sostuvo que la caja era solvente cuando sacó las preferentes
El hecho cierto es que estos productos, que son perpetuos y similares a las acciones, se vendieron indiscriminadamente entre unos 82.000 clientes, sin tener en cuenta la cultura financiera del cliente.
Ante las preguntas del fiscal Alejandro Luzón, sobre por qué se hizo así, Blesa alegó que “un cliente minorista o un jubilado que cobra su pensión no es un ignorante financiero”, apuntaron algunos abogados presentes en la sala. Otras fuentes puntualizaron que dijo: “Los pensionistas no tienen por qué seres ignorantes financieros”.
Blesa también añadió que los compradores eran, en todo caso, “responsables de lo que firmaban, de lo que leían o no leían, porque en el folleto y en el tríptico estaba toda la información”, según fuentes presentes en la declaración. Hasta que no lleguen las transcripciones de la declaración no se conocerán las palabras exactas.
Blesa, que declaró durante más de una hora, aseguró que la Comisión Ejecutiva de la entidad, de la que formaba parte, aprobó la emisión de preferentes en mayo de 2009 mientras que los departamentos de Marketing y la Dirección Comercial elaboraron los folletos para los clientes. El exdirectivo no supo explicar por qué en el test de idoneidad de los clientes solo una pregunta abordaba la naturaleza de las preferentes, ni cuáles eran los incentivos de la red de oficinas vendieran las preferentes con tanto interés.
En mitad de la colocación de las preferentes, la agencia de calificación Moody's rebajó la nota a Caja Madrid. El fiscal preguntó si se transmitió a las oficinas y a los clientes esta circunstancia tan importante, a lo que Blesa respondió que se mandó información a las sucursales para que lo hicieran, pero sin confirmar que fuera así. El exbanquero, que estuvo nervioso y leyó papeles en su declaración ante unos cuarenta abogados, según las citadas fuentes, disparó hacia su sucesor, Rodrigo Rato. Explicó que mientras él dirigió la caja, los preferentistas siempre obtuvieron el beneficio que les había prometido. “Lo que pasó en Bankia cuando yo ya no estaba no es cosa mía”, aseguró, según las citadas fuentes.
No explicó por qué se vendieron mal y a personas sin cultura financiera
El fiscal preguntó por dos informes del Banco de España de 2006 y 2008 alertando de problemas con los créditos, que se traducirían en la insolvencia de la entidad más adelante. Según algunas fuentes, Blesa no fue claro en cómo atajaron este déficit. Otros abogados afirmaron que indicó que se hizo caso al supervisor. Gonzalo Martín, consejero en representación de UGT, declaró a continuación y afirmó que no se leyeron íntegramente los informes del Banco de España y que no supo de las preferentes porque no estuvo en la comisión ejecutiva. Lo mismo apuntó Gerardo Díaz Ferrán, exconsejero, que llegó y se fue esposado: “No supe nada de las preferentes hasta que estalló el escándalo”,
Blesa llegó sin problemas a la Audiencia, alrededor de las dos y diez de la tarde. Sin embargo, a su salida de la sede judicial, a las 4, 15 horas, varias docenas de afectados tiraron globos de agua, se abalanzaron y golpearon el coche con puñetazos y banderas. El exdirectivo, con rostro pálido y atemorizado, contempló impotente como cada vez se agrupaban más manifestantes, que un pequeño grupo de policías trató de retirar. Tras casi un minuto de gran tensión, el mercedes clase A de Blesa, situado en el asiento de atrás, enfiló el madrileño Paseo de Recoletas dejando tras de sí gritos de “ladrón” o “hay que matarle”. Curiosamente, unos minutos antes de que Blesa saliera a la calle, un grupo de policías abandonó el cruce de la calle Prim con Recoletos, que es por donde salió el coche. En la calle había ocho furgonetas de la Unidad de Intervención Policial y numerosos agentes, pero al final los preferentistas, menos de un centenar y de edad avanzada, se abalanzaron sobre el vehículo. La última vez que Blesa acudió a un tribunal, el 24 de enero, fue golpeado por preferentistas.
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