Blesa defiende que él no era quien concedía los créditos en Caja Madrid
El expresidente resalta que el balance del grupo se multiplicó por seis durante su gestión Hernández Moltó, expresidente de CCM, arremete contra los consejeros del PP
Miguel Blesa, expresidente de Caja entre septiembre de 1996 y enero de 2010, optó por la estrategia de eludir responsabilidades: nadie sabía la que se venía encima y todas las entidades hicieron lo mismo. Es decir, nadie es culpable. En la misma línea que otros presidentes que han pasado por el Congreso de los Diputados, como Rodrigo Rato, sucesor de Blesa, o Julio Fernández Gayoso, de Novagalicia.
“Los excesos los cometimos todos los actores. En la banca no regalamos nunca el dinero a ciegas. Lo dimos con el rigor de siempre, pero seguro que las circunstancias que vivíamos entonces y que se vivían en todo el mundo, rápido crecimiento y mucha liquidez, nos llevaron a una política expansiva”, arrancó Blesa el reportaje. Sin embargo, Cristina Narbona, del PSOE, le recordó que no todas las entidades habían tenido el mismo final y citó a La Caixa. No hubo réplica.
Blesa fue más lejos: “En la banca era imposible prever que íbamos a tener un tsunami. Porque pueden imaginar que el préstamo no lo concede el presidente ni el consejo de administración (...) llegan con la propuesta del comercial, con informe del comité financiero, del comité de riesgos y en función de eso, allí se plantea. Pero eso todos”. Los responsables, al parecer, según el expresidente, fueron otros. ¿Y por qué se le concedieron 1.000 millones a Martinsa antes de que suspendiera pagos? Fue una pregunta constante de los diputados. Respuesta de Blesa: “Mire, Martinsa no es que lo concediera la caja, es un préstamo sindicado donde estaban muchísimas entidades”. Otra vez, mal de muchos.
Blesa admitió que tuvo una morosidad del 5,5% en 2009, entre las más altas del sector, pero no realizó autocrítica. Solo dijo que trató de reducirla. Los parlamentarios le preguntaron por qué dijo Rato que recibió Caja Madrid con un déficit de capital de 7.700 millones, a lo que Blesa respondió que “la auditoria de 2009 no tenía salvedades”. Conclusión: no sabía de qué le hablaban. Ni un disparo contra su sucesor, aunque tampoco admitió ninguna responsabilidad en el desastre de Bankia, que ha costado el rescate bancario a España y la inyección de 24.000 millones de dinero público.
Y en la banca era imposible prever que íbamos a tener un tsunami" Miguel Blesa
Mención aparte merece el coche blindado que utilizaba Blesa, admitió que lo tenía, “por razones de seguridad”, aunque se disculpó: “No es la cosa más cómoda del mundo”. Sobre los 3.000 millones de preferentes que vendió la entidad bajo su mandado afirmó: “No admito que diga que he causado un daño con las preferentes”.
Por otro lado, el expresidente de Caja Castilla La Mancha Juan Pedro Hernández Moltó, admitió errores de gestión, sobre todo por la expansión de oficinas, reconoció su sueldo, 130.000 euros (lo que no quiso confesar Blesa), pero responsabilizó a los consejeros del PP en la entidad y al Banco de España del deterioro de las cuentas que condujo a su intervención en 2008. Defendió que durante el último año de su gestión la entidad tuvo incluso beneficios. Agradeció poder dar su opinión sobre lo ocurrido tras cuatro años de “apaleamiento público, plagado de falsedades, insidias y calumnias”.
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