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Guindos baja el 70% los sueldos a los directivos de las cajas con ayudas

Los altos ejecutivos cobrarán un máximo de 600.000 euros, y de 300.000 en las entidades nacionalizadas - BFA-Bankia y CatalunyaCaixa sufren el mayor recorte

Íñigo de Barrón

El Gobierno cree que los ejecutivos de las cajas ayudadas por el Estado no han entendido el momento de crisis que vive España. Y ayer aplicó medidas de choque contra unas remuneraciones que, en algunos casos, han causado escándalo en la sociedad y contra las que no tomaron medidas ni el anterior Gobierno socialista ni el Banco de España, pese a tener la legislación en su mano. En promedio, el recorte de sueldo se acercará al 70%.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, explicó tras el Consejo de Ministros que a partir de este año, los presidentes, directores generales o consejeros delegados de cajas con ayudas del Estado (Bankia, Banca Cívica, BMN y Caja España) no podrán cobrar remuneraciones anuales fijas superiores a 600.000 euros. Para los presidentes, la caída media será del 67% y para los altos ejecutivos, del 65%, siempre con esos topes. En la limitación se incluyen los fondos de pensiones. "Además, se suspende la retribución variable. Dentro de tres años, cuando se evalúe si se han cumplido los objetivos establecidos, se concederá o no", afirmó. Los consejeros no ejecutivos no podrán cobrar más de 100.000 euros.

La retribución de los consejeros se limita a 50.000 o 100.000 euros
El ministro critica que el Banco de España no hiciese cumplir la norma

Para las entidades nacionalizadas, la medida es más severa. El Gobierno ha establecido un límite máximo de 300.000 euros como retribución fija de los presidentes o consejeros delegados de las entidades intervenidas o nacionalizadas. En este caso a los presidentes se les recortará la remuneración un 76% y a los altos directivos un 66%. Los consejeros no ejecutivos de estas entidades (Novacaixagalicia, CatalunyaCaixa y Unimm, y Banco de Valencia) no podrán cobrar más de 50.000 euros. Además, no habrá paga variable ni beneficios de pensiones para consejeros y alta dirección.

Guindos no ocultó que la normativa no se había cumplido, "pese a estar bajo la vigilancia del Banco de España", en una crítica sin precedentes de un ministro de Economía al supervisor. "El grado de cumplimiento de la normativa sobre retribuciones era medio o bajo", añadió. Más adelante, intentó suavizar sus palabras comentando que "la confianza en el Banco de España era muy elevada. Su prestigio secular continuará en el futuro", afirmó. Y descartó pedir al gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que anticipe su marcha, prevista en julio.

La rebaja de salarios está apoyada en directivas europeas y normas españolas de 2011. Entre los ejecutivos se daba por seguro que este recorte iba a llegar porque sus salarios, conocidos el 30 de diciembre pasado, levantaron polémica. Muchas entidades retrasaron su publicación la víspera de Nochevieja para evitar que los medios cubrieran la información. Ayer, más de un ejecutivo dijo estar sorprendido por la medida. Otros, analistas y consultores, creen que siguen siendo sueldos muy altos para entidades con problemas; Guindos dijo que eran "razonables".

El más afectado será Rodrigo Rato, presidente ejecutivo de Bankia y presidente de la matriz del grupo BFA y de Caja Madrid, que cobró 2,34 millones en 2011 y tendrá que bajarse el sueldo un 75%. La paga variable, en un principio, podía ser de hasta dos millones más, aunque existía una negociación para reducirla. José Luis Olivas, ex vicepresidente de Bankia, que salió de la entidad tras el escándalo de la quiebra del Banco de Valencia, no tendrá problemas porque ya cobró su cese de 1,6 millones. El consejero delegado de Bankia, Francisco Verdú, también bajará su nómina: cobra 2,26 millones anuales.

La mayoría de los consejeros de Caja Madrid y Bankia reducirán sus ingresos: el vicepresidente José Antonio Moral Santín cobra más de 500.000 euros; Mercedes de la Merced supera los 400.000 euros, al igual que Antonio Tirado, Estanislao Rodríguez-Ponga y Virgilio Zapatero, también vicepresidente. Jorge Gómez está cerca de esa cantidad; Ricardo Romero de Tejada percibe 316.000 euros, mientras que Agustín González se sitúa en unos 224.000 euros. Era un secreto a voces que las remuneraciones de Bankia subieron con fuerza en los dos últimos años. Los agraciados fueron representantes del PP, del PSOE y de algunos sindicatos.

También tendrán que bajarse el sueldo los presidentes de Banca Cívica, Antonio Pulido y Enrique Goñi, que reconocieron un salario anual de 900.000 euros. Pero no el presidente de BMN, Carlos Egea, que percibe 450.000 euros.

Entre las cajas intervenidas destaca el presidente de CatalunyaCaixa, Adolf Todó, que percibe 1,55 millones anuales, y su director general Jaume Masana, 860.000 euros, en tanto que el director general de Unnim, Jordi Mestre, cobra 960.000 euros. En Novacaixagalicia, el presidente Jose María Castellano, y el consejero delegado, Cesar González-Bueno, reconocieron un salario de 890.000 euros anuales. Los que no devolverán los millones cobrados en indemnizaciones y pensiones son los que dirigían esas entidades antes de ser intervenidas.

Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad, ayer en su comparecencia después del Consejo de Ministros.
Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad, ayer en su comparecencia después del Consejo de Ministros.ULY MARTÍN

Poda a los órganos de gobierno

La segunda medida de la reforma financiera aprobada ayer por el Gobierno también causará disgustos a los consejeros de las antiguas cajas de ahorros. Lo que anunció Economía trata de adecuar a la realidad los órganos de gobierno de las antiguas cajas. Éstas ahora han traspasado su negocio financiero a unos bancos, por lo que no tenía sentido que mantuviera su estructura directiva cuando la actividad ha desaparecido. El Gobierno establece que sólo podrán contar con consejeros en asambleas generales y en los consejos de administración.

Para evitar gastos excesivos, el ministro de Economía concretó que se obligará a las cajas que no sean entidades de crédito a destinar el 90% de sus ingresos a la obra social, al tiempo que se simplifica el funcionamiento y las obligaciones legales a las que estaban sometidas, como comisión de control, auditoria, comisión de riesgos y otras. La intención del Ejecutivo es rebajar los costes de las cajas.

El ministro también avanzó que el decreto ley de la reforma financiera rebajará del 50% actual al 25% el umbral de capital a partir del cual las cajas deberán convertirse en fundaciones. Es decir, una caja accionista de un banco no estará obligada a convertirse en fundación hasta que la participación en ese banco no baje del 25%.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.
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