España se desinfla

La derrota ante Dinamarca en las semifinales del Campeonato de Europa de balonmano pesó como una losa en la mentalidad de España al afrontar la disputa de la medalla de bronce contra Croacia. Salió apagada, falta de la garra habitual, de la consistencia demostrada antes. Su rival no le perdonó. Fueron los croatas quienes marcaron el ritmo. Los españoles se quedaron sin metal.

"Es injusto", repetía Valero Rivera, el seleccionador; "el final ha sido cruel, pero es evidente que no hemos estado bien. Hemos jugado el peor partido con diferencia. Croacia nos ha superado en todas las defensas que hemos intentado". El deporte es así. El excelente juego de España en las dos primeras fases se esfumó en los dos encuentros decisivos.

España siguió luchando hasta el final. Mantuvo el espíritu, pero no tuvo el tono ni la velocidad que le habían caracterizado. Fue una sombra de sí misma. Aunque buscó con ansiedad la victoria, las diferencias en el marcador fueron siempre demasiado importantes. Croacia llegó a dominar por seis goles (16-22). España se acercó hasta dos (24-26), pero sin la convicción necesaria.

"Anímicamente, la derrota contra Dinamarca estuvo presente frente a Croacia", reconoció Morros, distinguido como el mejor defensor del torneo; "fue un golpe muy duro". Tal vez fue poco, pero algo funcionaba de modo diferente. Las asistencias defensivas llegaban más tarde y los balones entraban con demasiada fluidez hasta Vori o, de golpe, surgían huecos para Lackovic o Kopljar.

Solo cuando Rivera planteó una defensa mixta, saliendo hasta los 11 metros, España consiguió remontar. Pero el esfuerzo era enorme y no se veía compensado por un ataque resolutivo. La falta de tiro exterior de los españoles permitió a los croatas un cerrojo en los seis metros sobre Aguinagalde evitando las penetraciones de los extremos, que tampoco estuvieron acertados. El único que apuntaba, Tomás, se lesionó tras marcar su cuarto gol.

"En el descanso dije a mis jugadores que aún podíamos levantar el resultado", recordó Rivera. Sin embargo, era una misión heroica. Lo intentó Sarmiento (7 goles), pero estaba solo. Faltaban brazos, ánimos; no había pasión. Y, poco a poco, el equipo fue cayendo en un agujero. Croacia se aseguró el bronce y se mantuvo en el podio rememorando la plata ganada en los dos Europeos precedentes.

El mazazo fue excesivo. Las caras de los españoles no engañaban. "Este equipo no tiene fortuna, pero algún día la tendrá", se animó Rivera; "después de haber logrado el reconocimiento de nuestros rivales, siento acabar así. En los últimos partidos no hemos dado el nivel. Algo hemos hecho mal. Hay que sacar conclusiones para seguir aprendiendo".

España debe buscar su plaza para los Juegos de Londres en el torneo preolímpico de Alicante, del 6 al 8 de abril. Sus rivales serán Serbia, Polonia y Argelia. La lograrán los dos primeros.

FINAL: Serbia, 19; Dinamarca, 21.