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Entrevista:KIM CLIJSTERS | Campeona del Abierto de Australia en 2011 y número 14 mundial | TENIS | Abierto de Australia

"Tengo otras prioridades antes que promocionar el circuito femenino"

La tenista belga Kim Clijsters (1983), campeona de cuatro torneos del Grand Slam, defiende en Melbourne la corona de 2011. Ayer, en los octavos de final y contra la china Na Li, su rival en aquella final, sufrió una lesión en un tobillo, cedió la primera manga y se enfrentó a cuatro puntos de partido en el desempate de la segunda. Uno a uno, los fue descontando la exnúmero uno. Uno a uno, los perdió su contraria, que pidió silencio a la grada llevándose un dedo a los labios y luego, derrotada por 6-4, 6-7 y 4-6, acabó llorando ante los periodistas. Antes, Clijsters repasó su vida como madre, esposa y campeona.

Pregunta. ¿Cómo celebraba las victorias cuando era niña?

Respuesta. Mis padres siempre nos mantuvieron con los pies en el suelo. Mi padre era futbolista. Sabía que, después de un éxito, a la semana siguiente, hay otra competición y debes concentrarte. Nunca fui una fiestera. Siempre disfruté de quedarme en casa o ir a visitar a mis abuelos, mis tíos o mis primos. Siento con mucha fuerza el deseo de compartir mis victorias con los míos llevándoles a cenar, reuniéndonos... Nunca celebré nada a lo bestia.

"Cuando me lesioné el año pasado, me di cuenta de que estaba quemada"

P. La gente de Europa del Norte pasa por cerebral, lógica y un tanto fría. ¿Se ve reflejada en ese estereotipo?

R. Me veo como un elefante. No me refiero a las pintas, sino a la vida familiar. Mi marido es estadounidense y nos tomamos muy en serio que Jada [su hija] pase tiempo allí. Soy acogedora. Cualquiera puede aparecer por mi casa, y me pongo a cocinar. Está abierta. Siempre he sido muy sociable. También necesito privacidad, sobre todo en Bélgica. Vivo en la ciudad en la que crecí con mis padres, que es pequeña. Mi padre era famoso. La gente nos conocía desde bebés. Puedo ir a comprar con normalidad.

P. "Madre, esposa, hermana, hija, tenista". Así se definía en Twitter. Si son sus prioridades, lo último en su vida es el tenis.

R. Espero que la gente que me conoce no me vea como una tenista. Sé que puedo jugar bien, pero mi meta es tener cualidades personales que sean mejores que mis cualidades como tenista. Es una lección vital: los trofeos que ganas no significan nada si no tienes buena gente con la que compartirlos. Me emociono cuando gano un torneo grande, pero más cuando corro a mi banquillo a celebrarlo con mi marido, mi entrenador... No soy egoísta. No me gusta ser el centro de la atención. Siento que disputo un deporte de equipo, aunque es individual.

P. ¿Qué le falta a los campeones que no ven eso?

R. Quizás, buena gente a su alrededor. Yo no quiero que un día se acabe esta vida y descubrir que no tengo amigos fuera de la profesión. Todo eso es parte de mi vida, vale, pero la vida pasa muy deprisa y sería una locura encerrarse en una burbuja. Ahora estoy concentrada en el tenis, pero también necesito momentos para evadirme, para estar mentalmente fresca. También me tengo que ajustar cuando estoy con Jada.

P. ¿En qué sentido?

R. Como madre y como esposa, me he sentido muy culpable en algunos momentos cuando he tenido que dejar a mi familia. Con el tiempo, comprendí que para mi hija también era importante que mami no estuviera allí siempre cogiéndole la mano.

P. ¿Cómo traslada eso al tenis?

R. Al lesionarme en 2011, pasé mucho tiempo en casa. Me hizo darme cuenta de que estaba quemada, mentalmente vacía. Quería ser madre, esposa, ama de casa... Llegó la lesión y me asusté. Ahora disfruto del tenis.

P. Ganó el Abierto de Estados Unidos en 2009 en su tercer torneo tras dos años retirada. ¿Qué dice eso del tenis femenino?

R. Trabajé durísimo. Nadie esperaba que ganara. Creo que eso influyó en otras jugadoras. Fue una locura. Ahora, cuando miro los cuadros de los torneos, pienso: "¿Dónde está todo el mundo? ¿Dónde están Venus [Williams], Justine [Henin], [Elena] Dementieva? Los tiempos cambiaron.

P. Eso le convierte en uno de los pocos rostros reconocibles.

R. Sí, pero no tengo tiempo para serlo. Sé lo que esperan de mí. Que promueva el circuito. Me lo tomo en serio, pero tengo otras prioridades.

Kim Clijsters celebra la victoria ante Na Li.
Kim Clijsters celebra la victoria ante Na Li.CAMERON SPENCER (GETTY)

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