Ponga Asia en su radar
La empresa española necesita entablar relaciones comerciales con los países emergentes que concentrarán el crecimiento mundial
Luego es tarde. España tiene que revisar su relación con los mercados emergentes. Y poner su punto de mira en Asia, donde su presencia es casi inexistente. El crecimiento económico se está desplazando de Estados Unidos y Europa, que no levantan cabeza en esta crisis, hacia los "nuevos continentes". No hay marcha atrás. "El mundo está viviendo una transformación extraordinaria de la que no somos conscientes, como tampoco de su velocidad. Si los españoles nos quedamos fuera de este proceso, seremos relegados al vagón de cola", advertía Javier Solana, presidente del Centro de Economía Global y Geopolítica de ESADE (ESADEgeo), en la presentación del estudio Las economías emergentes y el reequilibrio global: retos y oportunidades para España, promovido por la Fundación de Estudios Financieros.
Los expertos aconsejan entrar en India, Indonesia, Malasia y Filipinas
China, Corea del Sur y Emiratos, buenos destinos para las firmas nacionales
Las empresas españolas ya han comprobado la efectividad de los países emergentes en América Latina, de hecho, muchas compañías del Ibex 35 han salvado sus cuentas gracias al imparable aumento de las clases consumidoras en estos mercados, donde España es uno de los grandes inversores mundiales. Pero, aunque haya que continuar con esta apuesta, no es suficiente.
Además de que la mayoría de los países que han esquivado la crisis global y tiran de la economía mundial en los últimos años (Brasil, Rusia, India y China) se encuentran en Asia; los que vienen por detrás también están allí. Es el futuro, la oportunidad.
Según BBVA Research, la mitad del crecimiento económico mundial hasta 2020 se va a concentrar en China, India, Brasil, Indonesia, Corea del Sur, México, Taiwán y Turquía, los denominados EAGLES. Y, a excepción de Brasil y México, donde las empresas españolas son ya grandes conocidas, sus relaciones comerciales con el resto de estos mercados son exiguas.
"La marca España tiene una escasa visibilidad en la región Asia-Pacífico, que es la de mayor potencial de crecimiento ahora mismo, con tasas que duplican la media mundial y unos tamaños demográficos, que prometen un enorme potencial. Alemania, Francia, Reino Unido y Estados Unidos ya tienen a Asia-Pacífico entre sus prioridades. En España hay que reforzar la acción exterior, tanto a nivel público como de empresa, en países clave como India, Indonesia, Malasia, Filipinas y Vietnam, entre otros, en los que debemos construir acuerdos con socios sólidos", opina Jesús Mallol, director de análisis y estrategia de Indra.
Para ello, las compañías españolas han de perder el miedo a las culturas desconocidas, pues estos países no tienen que ser necesariamente más difíciles que otros como Brasil, donde se han situado muy bien. Como a Brasil o México, mantienen los expertos, no se puede ir a estos mercados con actitud de conquistador, sino para compartir el saber hacer. "Si eres capaz de compartir negocio con ellos, la asociación es viable", mantienen quienes conocen a los competidores asiáticos.
Y no se trata solo de una apuesta que deban hacer las grandes compañías nacionales, sino las medianas, las pequeñas y las starts up, sostiene Javier Santiso, profesor de ESADE. Para quien la idea tampoco es una relación unidireccional, más bien al contrario. Desembarcar, invertir y exportar a los países emergentes debe combinarse con la atracción de las empresas asiáticas hacia España.
Menos del 40% de las 100 primeras multinacionales de China, India y Corea del Sur tienen sedes o presencia significativa en Europa. Y entre 1.500 y 3.000 empresas de esos tres países, y Taiwán, están considerando moverse hacia el Viejo Continente en esta década. "El impacto de las sedes no es menor, opina el profesor de ESADE. "Las autoridades suizas estiman que cada sede corporativa que se instala en el país tiene un impacto anual de entre 70 y 80 millones de francos suizos y tiende a crear entre 450 y 500 puestos de trabajo".
Pero ¿dónde están las oportunidades para las empresas españolas? Mallol es un firme partidario de India, el segundo país del mundo en demografía y el primero en población menor de 25 años. Deficitario en energía, agua e infraestructuras, supone un gran potencial para las empresas eléctricas españolas, de energías renovables, constructoras, de ingeniería -sectores en los que España es líder mundial-, además de para la actividad logística o la agroalimentaria.
Para Jaume Giné, profesor de ESADE, "urge dar un decidido salto comercial a Corea del Sur, la cuarta economía asiática. La eliminación o reducción arancelaria favorece las exportaciones españolas de maquinaria y bienes de equipo, bienes de consumo, farmacéuticos, agroalimentarios... Y se abren las puertas para los sectores de servicios financieros y seguros, energías renovables, logística, arquitectura, ingeniería, gestión de infraestructuras, telecomunicaciones, turismo y biotecnología", anticipa.
Emiratos Árabes Unidos también presenta grandes atractivos para las empresas españolas, en opinión de Sofiane Khatib, economista del World Economic Forum, "si bien la colaboración en sectores como la energía o los servicios financieros parece haber dado sus primeros frutos, existen interesantes oportunidades en el sector turístico, de la ingeniería civil y de las telecomunicaciones", dice en su artículo incluido en el informe de la Fundación de Estudios Financieros.
Javier Santiso cree que las compañías tecnológicas españolas harían bien saltando a Turquía, Emiratos Árabes, Malasia, Singapur e Indonesia. Y las de infraestructuras, a India, China y Oriente Próximo. El director de ESADEgeo recomienda buscar países que tengan una relación difícil con sus excolonizadores. Y aprovechar la presencia nacional en América Latina, donde las empresas asiáticas están centrando buena parte de su internacionalización (de hecho, en 2010 China se convirtió en el primer inversor de la región), para estrechar lazos.
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