¿Moda o provocación? Por qué algunos artistas urbanos están tan obsesionados con el sexo
“Yo me arrodillo, a ese toto le saco brillo”, “Adicto a donde no te da el sol, pa’ chingar no tengo autocontrol”, “Tengo un palo que si abres la boca te va a dejar un regalo”: estas son solo algunas de las frases del último disco de Quevedo, Buenas noches.
Las letras ultrasexuales han conquistado la música urbana, generando debates sobre su impacto cultural y su capacidad para conectar con millones de oyentes. Pero ¿qué hay detrás de esta obsesión con lo explícito? ¿Estrategia comercial, pura provocación o una evolución del género? Esto es lo que piensan algunos expertos consultados por EL PAÍS:
- Una cuestión de género musical. “Creo que es un poco la esencia del género urbano”, dice David Fuentes, creador de contenido digital.
- O de pura provocación. La periodista musical Marta España considera que “aunque las canciones son ficciones, representan una realidad”. Es decir, que puede que los artistas estén viviendo numerosos episodios carnales y en sus letras no hagan más que plasmar su día a día (o noche a noche).
- No es algo nuevo. Fernando Martínez, el popular y veterano DJ conocido como Fernandisco, explica que realmente “el componente sexual siempre ha existido en la música”.
Y la receta sí que funciona: el disco del artista canario ha entrado al primer puesto de la lista de álbumes más vendidos en España, por encima de lanzamientos de Marea, Raphael y Kendrick Lamar.
El pero. Muchas de estas canciones calan fuerte en el público infantil. Muchos niños piden a sus familias que les compren este tipo de discos, y algunos progenitores no lo encuentran conveniente.
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