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El contrato de La Meca potencia al AVE en otros países

El consorcio español de alta velocidad busca negocio en Rusia y Brasil

Álvaro Romero

La rúbrica ayer del contrato entre las autoridades de Arabia Saudí y el consorcio español que ganó el concurso del AVE a La Meca puso fin a las dudas surgidas en los últimos meses por las presiones de Francia para hacerse con el proyecto. El acuerdo confirma el mayor contrato para España en el extranjero, con un valor total de 6.700 millones de euros, y también supone una victoria inédita frente a los competidores franceses. Además, lo que refuerza el valor del logro, para construir el primer tren de alta velocidad del mundo en un desierto.

De hecho, pocas cosas en este proceso han seguido un patrón convencional. Partiendo del reto de hacer rodar un tren a 300 kilómetros por hora sobre la arena y a temperaturas de hasta 50 grados, hasta el tipo de concurso elegido por el Gobierno saudí para licitar una gran infraestructura -de llave en mano, que supone entregar el producto listo para su uso-, muy poco habituales en estos tiempos de crisis que corren.

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Tampoco el objetivo es uno de esos al uso: transportar a lo largo de 450 kilómetros a 160.000 personas al día en épocas de peregrinación entre las ciudades santas de Medina y La Meca, aunque en Arabia Saudí, que como el resto de países del Golfo se atreve con todo gracias al maná de los petrodólares, nada es exagerado.

Asimismo, tal y como reconocen desde el consorcio, las duras negociaciones con el gestor ferroviario y la relevancia que ha recibido la réplica del Rey Juan Carlos a la movilización del presidente francés, Nicolas Sarkozy, suelen tener tanta repercusión mediática.

En todo caso, pese a que las oportunidades que aparezcan en un futuro sean diferentes, el contrato, a cuya firma en Riad acudieron la ministra de Fomento, Ana Pastor; y el titular de Exteriores, José Manual García-Margallo, supone un importante espaldarazo para la alta velocidad española ahora que Brasil, Rusia,Turquía o incluso Estados Unidos se plantean implantarlas en sus territorios, aunque no tan pronto como se desearía. "Ahora, a San Petersburgo", anunciaba exultante tras la rúbrica el presidente del consorcio, Manuel Benegas, entre felicitaciones mutuas de los que han sido sus compañeros de trabajo, que no de empresa, en los últimos tres años.

Muchos de ellos, además, lo seguirán siendo en la fase de ejecución que empieza y que tendrá en la arena, que ayer, como todos los días, cubría con un leve manto la capital saudí, el mayor riesgo.

De este lado, entre las claves del proyecto español, que era "igual o superior en los aspectos técnicos y más barato que el francés", resume Julián García-Valverde, presidente de Consultrans, se han tratado de evitar los inconvenientes que provoca este árido colocando los raíles sobre placas protegidas por muros y se ha reforzado el aislamiento de los trenes Talgo 350, el conocido Pato por la silueta que dibuja su locomotora, que realizará el trayecto.

De momento, lo que asegura la construcción del tren Haramain, su nombre en árabe y cuyo diseño replica al 100% el modelo español del AVE, son unas exportaciones iniciales de material y personal cualificado de al menos 2.700 millones de euros, ahora que el mercado exterior es clave para salir del estancamiento económico.

La oportunidad que significa para crear empleo en un país con cinco millones de parados fue también destacado por las 12 empresas del consorcio, que está liderado por Renfe, Adif y Talgo. Esta docena de compañías acudió al concurso junto a la firma de inversiones y construcciones Al Shoula, propiedad del príncipe Mishaal bin Abdul Aziz. El príncipe saudí tendrá un tren propio diferenciado del resto por sus lujosos acabado.

En el centro de la sala donde se realizó la firma, a la que fueron invitados medios españoles, entre ellos EL PAÍS, una maqueta del Talgo 350 como el que llegará a La Meca pintado en oro, blanco y verde hacía las delicias de los súbditos saudíes.

Mientras, en un rincón de la sala, las cajas con los pliegos con más de 40.000 folios del contrato hacían lo propio entre la delegación española. "No habrá otro cliente ni otro proyecto como este", reconoció el presidente de Talgo, Carlos de Palacio.

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Sobre la firma

Álvaro Romero
Redactor del equipo de Redes Sociales y Desarrollo de Audiencias en EL PAÍS. Es licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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