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El presidente y la alcaldesa no disimulan su fría relación

Tenso encuentro después de que Barberá se queje de los "enredos" en el PP

Cristina Vázquez

Más que distancia se ha abierto un abismo. Las relaciones entre el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ambos compañeros del partido, nunca han sido excelentes, pero de un tiempo a esta tarde se deterioran a un ritmo vertiginoso. Ayer no ocultaron esta frialdad en la parada militar en la que coincidieron. La regidora ofició de madrina del contingente de 100 mandos militares del Cuartel General de Despliegue Rápido de la OTAN en Bétera que viajará a Afganistán en una misión internacional. En la tribuna de autoridades estaban, además, el presidente Fabra, la delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León, y el vicepresidente del Consell, José Ciscar.

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Barberá departió en diferentes momentos con Sánchez de León y con Ciscar pero no cruzó palabra con el presidente, a pesar de que lo tuvo todo el tiempo a su derecha. No se saludaron al llegar y no se despidieron al irse. El presidente y la alcaldesa declinaron, antes, hacer declaraciones a los medios de comunicación -la regidora habló exclusivamente de la misión- solo un día después de que Barberá criticase sin disimulo al PP que preside Alberto Fabra. "Lamento que vuelvan los enredos al PP valenciano", dijo la alcaldesa el lunes tras conocer las intenciones del Consell de replantearse el contrato de la fórmula 1 suscrito en 2007 con el patrón de la competición, Bernie Ecclestone, cuando Francisco Camps presidía todavía la Generalitat. "Hoy no toca", dijeron cada uno por su lado cuando los periodistas se acercaron.

Ambos políticos han dado muestras en varias ocasiones de la escasa simpatía que se tienen. Fuentes del entorno del presidente confirman que la relación es fría y que ni se hablan. Los desencuentros entre ambos no tiene una sola causa. El presidente Fabra está descontento con la gestión que Barberá ha hecho del escándalo relacionado con la extinguida empresa pública Emarsa, que se encargaba de la depuradora de Pinedo, y cuya gestión está siendo investigada por los tribunales. El número de imputados supera la veintena y algunos de ellos han estado o están vinculados al organigrama del PP en la ciudad, que controlan concejales del Gobierno de Barberá. Estas diferencias afloraron cuando el secretario general del PP valenciano, Antonio Clemente, desautorizó al equipo de Barberá y suspendió de militancia a Esteban Cuesta, exgerente de Emarsa con cargo en el partido. La inacción del PP local causa disgusto al entorno de Fabra.

La revisión del contrato con Ecclestone para la celebración del Gran Premio de Fórmula 1 en Valencia, que anunció el Consell hace solo unos días dentro de su política de recortes, ha soliviantado a Barberá. La alcaldesa es, junto a Francisco Camps, una de las defensoras de este evento. En una entrevista a Onda Cero, el propio Fabra descartó la propuesta realizada por la propia Barberá de, para salvar las carreras, dedicar los 22 millones de euros que Canal 9 paga a Ecclestone (en derechos de retransmisión del campeonato) al pago del canon para no alterar el evento. Fabra dijo que no le salen las cuentas, por mucho que se deje de retransmitir la F-1. "El problema es que hay un contrato", reconoció sin tapujos.

Fue la única crítica que evidenció Fabra en relación a la propuesta de la alcaldesa, que se ha entrevistado en solitario con Ecclestone. El presidente eludió pronunciarse sobre las polémicas declaraciones de Barberá, en las que aludió a que los enredos vuelven al PP que él preside. "Mis relaciones con la alcaldesa son buenas. Siento su trato y también su consejo", dijo.

Esto lo dijo Fabra después de que el Gobierno local se haya negado a eximir a la Generalitat de pagar 2,5 millones de euros en impuestos al Consistorio, otra prueba más de una guerra fría que Génova, cuartel general del PP nacional, teme que estalle en cualquier momento.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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