Fabra conseguirá arañar 34,5 millones al mes de forma inmediata

Los recortes implantados por el Consell de Alberto Fabra mediante el tijeretazo de Año Nuevo, que prevén arañar para las maltrechas arcas valencianas hasta 1.057 millones al año, no tendrán un efecto inmediato tan contundente. A priori, menos del 40% de ese recorte empezará a dar réditos durante los primeros meses. Y serán la nómina de los funcionarios y un par de tasas, como la del céntimo sanitario que grava la compra minorista de los hidrocarburos (3,6 céntimos por litro) o las correspondientes al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y a los Actos Jurídicos Documentales, las únicas medidas que dan liquidez rápida. Fabra conseguirá arañar así 34,5 millones de euros al mes de forma inmediata (18,85 en salarios y 15,69 en impuestos).

Con los sexenios de los docentes se ahorran 6,6 millones cada mes

Con la carrera profesional en sanidad se ganan otros 7,2 millones

Quitar la paga de verano a profesores interinos se notará solo dos meses

El control del gasto sanitario se fía a que en el futuro mejore la gestión

Según los cálculos de este diario, casi todas las medidas que contraen la masa salarial de los trabajadores públicos permitirán ahorrar ya al año 226,2 millones de los 258,2 previstos. Pero la eliminación de las pagas en verano de los interinos de educación (con un ahorro de 32 millones) no lucirá hasta julio y agosto.

Es decir, el Consell pagará en salarios 18,85 millones de euros menos al mes. Sobre todo a costa de los sexenios de los profesionales de educación (6,6 millones al mes) y de la carrera profesional de los de sanidad (7,2 millones). Aunque con la reducción del 25% de la jornada laboral de los interinos de algunos departamentos (para educación y sanidad el Consell dio marcha atrás en apenas 24 horas) y no completando las pagas de los trabajadores que estén de baja laboral también se ahorra otros tres millones al mes.

El otro bloque que dará réditos inmediatos es el de los impuestos, pero no en el volumen anunciado el jueves por el Consell. Con ellos se esperaba ganar 238 millones más al año, pero la modificación de varios impuestos no significa recaudar más, sino que el Consell no tendrá que devolver tanto dinero en 2013. Así ocurre con la eliminación de la deducción autonómica por compra de vivienda habitual (12 millones al año), o la de otras deducciones para rentas individuales superiores a 24.000 euros y conjuntas mayores de 38.000 (ahorro de ocho millones al año), que no se sustanciarán hasta junio de 2013, cuando el Consell no tenga que abonar esas cantidades. Y para el nuevo tributo medioambiental a empresas, con 29,7 millones de euros, habrá que esperar a ver de qué manera se arbitra.

Por tanto, solo tres bloques impositivos permitirán recaudar más dinero de forma rápida. En total, 188,31 millones al año, lo que supone 15,69 millones más al mes. Se trata de la implantación del céntimo sanitario a su máximo nivel, que con una cifra prevista de 98,11 millones más al año, rendirán 8,18 al mes para las arcas de Hacienda. También cuentan los impuestos de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentales, con 62 millones en total (5,17 al mes). Por último, la subida del tramo autonómico del IRPF a las rentas más altas, que gravará con un 22,5% a los que cobren más de 120.000 euros (unos 9.000 ciudadanos) y con un 23,5% a los que superen los 175.000 (otros 4.600), proporcionará más dinero puesto que a estos asalariados se les retendrá más en su nómina. La recaudación será de 28,2 millones al año, es decir, 2,35 millones al mes.

El consejero de Hacienda, José Manuel Vela, insistió el pasado miércoles en que las medidas de ajuste del Consell son excepcionales y que solo tendrán una vigencia de dos años porque responden a un problema muy claro, la falta de liquidez por las enormes dificultades que tiene el Consell para lograr financiación en los mercados. "El nuestro no es un problema presupuestario, insisto, es una falta de liquidez que requiere sacar recursos de donde podamos porque lamentablemente los mercados financieros fallan", aseguró. Y si bien insistió en reclamar los denominados hispabonos, es decir, que sea el Estado el que emita la deuda de las autonomías, está claro que el Consell del presidente Fabra apuesta por el tijeretazo de Año Nuevo no tanto por ajustar un presupuesto para 2012 que tal y como se aprobó en diciembre ya ofrecía una austeridad del 6,5% respecto al de 2011, sino para obtener liquidez rápida.

Pero vistas las medidas del Decreto Ley sobre Medidas Urgentes para la Reducción del Déficit de la Comunidad Valenciana, la mayoría de ellas, como los 440 millones previstos en el capítulo de contención del gasto en el ámbito sanitario, no son más que fiar el recorte a una futura mejora de la gestión. Muchas de ellas son de difícil aplicación y quizá pasen muchos meses para que den resultado.

Es, por ejemplo, el caso de la implantación de una central de compras para gestionar el gasto farmacéutico sanitario, con la que el Consell espera ahorrar 50 millones de euros. O las medidas de eficiencia en los departamentos de Salud para el control del gasto corriente y la aplicación de la economía de escala en servicios centralizados, que pretende economizar 70 millones de euros con la centralización de los servicios de hostelería, cocina, suministros y mantenimiento. O la reorganización de unidades, "que mejorará la prestación de servicios y la comunicación intercentros", con un ahorro de 40 millones de euros.

Quizá sí empiecen a dar réditos rápidos, aunque no muy cuantiosos, la entrada en vigor de la tasa de renovación de la tarjeta sanitaria y la de solicitud de acreditación de clínicas o centros sanitarios. Será un millón al año, es decir, menos de 100.000 euros durante estos primeros meses.