_
_
_
_
Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Qué esconde un Stradivarius?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Ni siquiera en el mundo de los violines cualquier tiempo pasado fue mejor. Los afamados Stradivarius, creados por Antonio Stradivari (1644-1737), parece que no suenan mejor que los violines fabricados estos años, según atestigua un estudio efectuado por Claudia Fritz, de la Universidad de París.

La investigadora reunió en Indianápolis (Estados Unidos) en 2010 a 21 violinistas profesionales para que probaran seis violines, de los que dos eran Stradivarius de finales del siglo XVII o comienzos del XVIII, otro era un Guarneri del Gesù de 1740, y los tres restantes recién salidos de fábrica, eso sí, de altísima gama.

Los músicos tocaron con todos los violines llevando gafas de soldador, para que no pudieran distinguir unos de otros, y se había perfumado la parte del instrumento más próxima a la nariz del ejecutante para que el aroma a madera vieja no diera pistas. Los concertistas estaban, además, separados por cortinajes de forma que no pudieran comunicarse y tenían que valorar cada instrumento por comodidad de manejo, proyección, respuesta y colores tonales. El resultado fue el mayor golpe imaginable a un prestigio multisecular.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Una clara mayoría prefirió lo nuevo a lo antiguo, uno de los dos Stradivarius fue el peor valorado, y los artistas se mostraron incapaces de distinguir lo viejo de lo nuevo.

Los tres violines antiguos están valorados unas 100 veces más que los instrumentos nuevos.

No es de aventurar, sin embargo, que el descubrimiento vaya a afectar a la cotización de esas joyas de época, porque aunque solo fuere como objetos de coleccionista, los Stradivarius seguirían siendo valiosísimos. El taller del gran maestro italiano fabricó un gran número de tan bellos instrumentos, pero solo se conservan 650.

La moraleja de esta historia es la de que es una insensatez comparar lo viejo con lo nuevo, atribuyendo cualidades especiales a uno u otro, y más aún a lo viejo por el solo hecho de serlo. Lo que importa, dicen los expertos, es que el violín esté bien proporcionado y sea un trabajo plenamente profesional. La antigüedad no le da un bouquet especial, como ocurre con el vino, ni siquiera a la obra de tan excelsos maestros.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_