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Reportaje:LOS RETOS DE 2012 | Los Juegos Olímpicos

El ocaso de un sistema

De España se esperan entre 17 y 22 medallas en Londres, que marcará el fin del plan ADO

Los casi 300 deportistas españoles que, según las previsiones de los técnicos, participarán en los Juegos Olímpicos de Londres el próximo verano se repartirán 12 millones de euros en ayudas del plan ADO.

Será uno de los montos a los que no afecten los recortes que trae consigo la crisis económica, que sí tocarán a la subvención que concede el Consejo Superior de Deportes (CSD) a las federaciones. Hoy mismo, el Consejo de Ministros decidirá en cuánto se recortan los presupuestos prorrogados al primer trimestre de 2012, lo que afectará a todas las federaciones.

Será también la última vez que el plan ADO -el compromiso de las principales empresas españolas lideradas por el CSD y Televisión Española para financiar la preparación de los deportistas olímpicos- funcione tal y como lo ha hecho desde su nacimiento, en el ciclo olímpico de Barcelona 92.

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Marcará Londres, así, el fin de un sistema, que agoniza tanto por la dificultad de que en los tiempos que corren las empresas privadas mantengan sus cifras de patrocinio como porque, dicho con ese lenguaje difuso que tanto se usa, el modelo está agotado. Lo reconoció así Albert Soler, el último secretario de Estado para el Deporte, al analizar los flacos resultados del atletismo español en Daegu (una medalla, el bronce de Natalia Rodríguez en 1.500 metros, y un cuarto puesto, el de Manuel Olmedo). "Hay que buscar alternativas, otras maneras de ayudar a los deportistas que no sean las becas que les convierten en funcionarios del deporte", dijo Soler. Será el nuevo presidente del CSD, a quien probablemente nombrará hoy el Gobierno de Rajoy, quien se encargue del cambio futuro, pero la cosecha que se obtenga, del 27 de julio al 12 de agosto próximos en Londres, dependerá principalmente de la programación diseñada hace tres años.

Las previsiones, hijas de lo mostrado por el deporte español en el último año y acordes con el clima vital del país, no son excesivamente optimistas. Para Luciano Barra, un experto italiano que elabora un medallero olímpico virtual teniendo en cuenta los resultados de los países en los campeonatos mundiales y grandes competiciones, España ocupará en Londres el puesto 23º del ranking (muy parecido al de Sidney 2000, el peor desde Barcelona 92), fruto de 17 medallas (el menor número desde Sidney también), cuatro de ellas de oro.

Los técnicos del CSD son ligeramente más optimistas y, a falta de los ajustes finales, que no se harán hasta enero, hablan de entre 19 y 22 medallas, sin precisar cuántas serían de oro, en la media de los Juegos disputados desde Barcelona 92 pero inferior a lo establecido en la planificación. En ello ha influido, según los técnicos, el descenso espectacular de tres deportes que en los últimos años mantenían un nivel elevado: atletismo, ciclismo y gimnasia.

Aunque el atletismo no consiguió medallas en Pekín 2008, sí que colocó a 11 finalistas, y en los siguientes Mundiales, los de Berlín 2009 obtuvo dos medallas y siete finalistas. En Daegu se quedó en dos finalistas, con una medalla de bronce.

El ciclismo fue, por su parte, el deporte español que mejores resultados obtuvo en los Juegos de Pekín, con dos medallas de oro (Samuel Sánchez, en carretera, y Llaneras, en la pista), más una de plata y una de bronce logradas en el velódromo. Mientras las posibilidades olímpicas para 2012 siguen intactas en carretera -España, la primera en el ranking ha calificado el equipo máximo, cinco ciclistas, y cuenta con tres corredores que se adaptan perfectamente al circuito londinense, Samuel, Valverde y Freire; y, además, Contador se ha puesto como objetivo la contrarreloj-, en pista, tras unos Mundiales secos en 2011, se conjuntan dos factores negativos: la retirada de Joan Llaneras, un seguro de medalla en los tres últimos Juegos, y la reforma del programa olímpico, que ha borrado pruebas como madison y puntuación, en las que España es excelente. Así, Leire Olaberria, bronce en Pekín en puntuación, se ha debido reconvertir al Omnium. La gimnasia española, por su parte, se verá penalizada por la retirada de Gervasio Deferr.

Cualitativa e históricamente, el núcleo duro de los Juegos, los deportes que dan sentido por excelencia al mito olímpico, lo han formado el atletismo, la natación y la gimnasia, precisamente tres especialidades en las que pintan bastos para el deporte español. Sin embargo, y esto es otra señal del fin del sistema, del paso de lo viejo a lo nuevo, la capacidad de los Juegos para crear leyendas deportivas, antes casi exclusiva de la idea olímpica, se ha visto suplantada por otras competiciones de deportes que antes eran olímpicamente tangenciales o inexistentes, y ahora ocupan su núcleo mediático-publicitario. La apertura de los Juegos a los deportistas más profesionalizados, acometida por Juan Antonio Samaranch, ha convertido al tenis, por ejemplo, al fútbol o al baloncesto, que aportan a las grandes estrellas del deporte actual, en las nuevas especialidades reinas del programa olímpico. Lo cual, bien visto, no está nada mal para la España de Nadal, La Roja y Pau Gasol, deportistas y selecciones que, evidentemente, no dependen del plan ADO para prepararse.

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