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Reportaje:Empresas & sectores

Burbujas en la Coca-Cola española

Las siete embotelladoras nacionales preparan una fusión para emprender su internacionalización y aclarar las participaciones de las dinastías propietarias

España se ha convertido en uno de los grandes mercados de Coca-Cola en el mundo (el segundo de Europa, con el 14% de las ventas), y eso la multinacional de Atlanta lo debe en parte al buen hacer de sus embotelladoras en nuestro país, las que fabrican, distribuyen y promocionan exclusivamente el producto en cada una de sus regiones. Así y todo, 60 años después de la llegada de la chispa de la vida a nuestro país (1951), las siete compañías del sistema Coca-Cola en España han decidido poner en marcha un proceso de fusión que busca aclarar y valorar las participaciones de las distintas ramas familiares y poner los cimientos de una expansión internacional que hasta ahora, debido a la buena marcha y a las altas rentabilidades del negocio en España, no se habían planteado.

No se descarta la futura salida a Bolsa de la empresa resultante
La unión daría lugar a una de las embotelladoras más grandes del mundo

La fusión, que se espera culmine a mediados de 2012, tendrá, explican en Coca-Cola, "objetivos más societarios que industriales". Aun cuando la integración de las siete generará sinergias y ahorros diversos (por ejemplo, concentrando el embotellamiento de una marca en una sola planta), el gran objetivo es cuantificar las participaciones de cada una de las distintas familias. También se busca una estructura simplificada que facilite las relaciones entre ellas y con Coca-Cola y que, según apuntan en la multinacional, "se ha llevado ya a cabo en otros países".

Después de varios procesos sucesivos de fusión, que han reducido las 40 embotelladoras iniciales de Coca-Cola a las siete de ahora, la estructura de este conjunto se ha hecho muy compleja. Además de que las ramas familiares (muchas en la tercera generación) se cuentan ya por decenas, existen participaciones cruzadas entre familias. Por ejemplo, los Daurella, de Cobega (Cataluña), participan también en Casbega (zona centro) o Norbega (noreste). Y los Urrutia, de Casbega, participan en Begano (Galicia) o

Asturvega. Y así sucesivamente. Además, las siete participan en conjunto en la embotelladora portuguesa.

Desde esta perspectiva, la fusión no solo aclarará el peso de las principales familias en el conjunto, sino que facilitará, a los que quieran, poder monetizar sus paquetes. Ello podría llevar a la nueva empresa a cotizar en Bolsa, algo que ocurre con otras embotelladoras de la marca como Coca-Cola Hellenic, Coca-Cola Enterprises o Coca-Cola FEMSA. En la multinacional, que ha prorrogado los acuerdos de licencia -vencidos en 2010- hasta que se complete la fusión, apuntan que la iniciativa ha partido de los principales embotelladores e insisten en que no tienen interés en entrar en la nueva compañía.

Pese a que Coca-Cola, cuyas ventas mundiales han crecido un 22% en los últimos tres años, participa en algunas de sus grandes embotelladoras, no parece que esa sea la tendencia actual de la empresa, sino todo lo contrario. Muhtar Kent, su consejero delegado, ha dejado claro que -al contrario de lo que sucede en Pepsi-Cola, que si está comprando embotelladoras- su idea es seguir con el sistema de licencias. La excepción reciente a esta política fue la compra en 2010 de las operaciones de Coca-Cola Enterprises en EE UU, que se explicó por la necesidad de reanimar el crecimiento en un mercado algo estancado. También los analistas y grandes inversores de la compañía en EE UU vienen instando a que esta venda los paquetes que ya tiene. La compañía participa, por ejemplo, en la mexicana Coca-Cola FEMSA (30,6%) o en la sudafricana Sabco (20%). Los inversores entienden que Coca-Cola necesita ese dinero para poder crecer más deprisa en Asia.

Otra de las consecuencias de una fusión en España es que crearía una de las mayores embotelladoras del mundo, con músculo suficiente "para abordar la internacionalización", dicen fuentes de la empresa. No cabe duda de que el tamaño de la nueva compañía la situaría entre las grandes. Teniendo en cuenta que Coca-Cola factura en España en torno a los 3.000 millones de euros anuales, la embotelladora fusionada se codearía con Coca-Cola Hellenic, la mayor del mundo (7.000 millones de euros de ventas en 28 países): Coca-Cola FEMSA, la segunda (con unos 5.500 millones de ventas nueve países), y Coca-Cola Enterprises, la tercera (con 5.200 millones en seis países de Europa).

Lo insólito es que estas embotelladoras hayan tardado tanto en sumergirse en un proceso de fusión desarrollado hace años en casi todo el mundo. La explicación es el enorme éxito del modelo de reparto territorial en España, que se mantendrá tras la fusión. En el sector se cree que la expansión en Europa no será fácil. La nueva empresa se tendrá que enfrentar al statu quo y a un reparto muy consolidado. Mientras Hellenic controla Italia, Austria, Suiza y toda Europa central y oriental, Enterprises copa Europa occidental, incluida Francia, Reino Unido, Benelux y los países nórdicos.

Queda Alemania, el primer mercado de Europa (15%), con una estructura atomizada como la española, pero que funciona mucho peor y en el que la multinacional ha sufrido ventas estancadas y problemas diversos. Las aspiraciones de la nueva empresa pasan, según explican fuentes autorizadas, por hacerse con el mercado alemán. Pero el proyecto podría complicarse debido a que Coca-Cola Enterprises tiene los derechos de embotellado en Alemania hasta 2013. En España confían, sin embargo, en la excelente trayectoria de las embotelladoras españolas -"entre las más rentables del mundo", afirman en Coca-Cola- y en el prestigio e influencia de Marcos de Quinto, presidente de la división de Iberia (España y Portugal) en Atlanta.

Lo mismo cabría decir de Latinoamérica, donde las cartas están repartidas y el mayor actor es Coca-Cola FEMSA. Otra cosa es África, con embotelladoras de fuste como Sabco, presente en 12 países, pero donde Cobega ha clavado una punta de lanza. La embotelladora catalana de los Daurella está presente, a través de su filial ECCBC, en países como Marruecos y Argelia y en un grupo de pequeños mercados del África occidental como Guinea Conakry, Sierra Leona, Mauritania o Liberia, entre otros; una operación excelente que ha venido creciendo a tasas del 50% y superó los 400 millones de euros en 2009. -

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