La Rioja pide 60.000 euros a una firma alavesa por atravesar 10 kilómetros
Coloca señales de limitación de tonelaje solo para el tráfico procedente de Álava
El Gobierno de La Rioja que dirige Pedro Sanz está decidido a hacer caja como sea. Si desde hace semanas negocia con el Gobierno vasco si procede algún tipo de compensación económica por los pacientes alaveses a los que se negó a atender en su hospital, ahora quiere financiación adicional para reparar las carreteras por las que circulan camiones de tonelaje medio.
El jefe de Servicio de gestión de Carreteras de la comunidad riojana, José Miguel Mateo, firmó un expediente el pasado noviembre en el que pide a una empresa alavesa una fianza de 60.000 euros por atravesar un tramo de menos de diez kilómetros que ya tiene el firme absolutamente deteriorado.
Se trata de un tramo de carretera de obligado paso por La Rioja para ir desde la localidad alavesa de Labastida hacia la de Peñacerrada y vuelta y que el firmante del expediente justifica como una fianza "por los daños graves que puedan causarse al transportar materiales pesados por la calzada en excavaciones, y canteras que pudieran deformar el firme, para su posible reparación mediante ejecución subsidiaria".
El tramo por el que piden 60.000 euros está totalmente parcheado
El Gobierno del popular Pedro Sanz plantó después del verano las señales de limitación de paso a camiones con más de 16 toneladas. Señales que perjudican seriamente a los intereses alaveses porque afectan mayoritariamente al tráfico que se incorpora a esa vía desde Álava y por lo tanto, sobre todo a las empresas alavesas que hacen uso de esa vía. Esta señalización limitativa del peso no ha sido colocadas para el tráfico que se incorpora a esa vía, la LR-316, desde la comunidad de La Rioja, a través de Briones, San Vicente de la Sonsierra y finalmente la localidad de Rivas de Tereso.
Es decir el tráfico procedente de Labastida (Álava) hacia Rivas de Tereso y Peñacerrada (Álava) se encuentra junto al cartel anunciador de que se adentra en la Comunidad de La Rioja, con una señal que impide el paso de camiones a partir de un determinado peso.
El principal problema derivado de esa decisión del Ejecutivo riojano es que tiene consecuencias económicas graves para algunas empresas que utilizan esa carretera, un tramo de no más de diez kilómetros y que ya tenía el firme muy parcheado y deteriorado antes de que fuera colocada la señalización. De hecho hay que reducir la velocidad en la carretera a pasar de Álava a Larioja debido al mal estado del firme.
"Si el presidente de La Rioja, Pedro Sanz, tenía razones para estar molesto con las instituciones forales vascas a raíz de la excesiva regulación que hicieron del impuesto de Sociedades en la década de los noventa, ahora él está haciendo lo mismo con la sanidad y con las carreteras" criticó ayer un empresario conocedor del problema que todavía no ha recibido ninguna comunicación.
La señalización que la comunidad de La Rioja plantó después del verano permite dotar a esa vía de una regulación de uso excepcional y por lo tanto establecer un peaje de paso que en el caso del expediente aplicado a firma alavesa, es el máximo de los previstos en la Ley de Carreteras de esa comunidad autónoma. De hecho el expediente apela a la Ley de Carreteras, a la ley de Patrimonio de las Administraciones Públicas y a la de Tasas y Precios Públicos para justificar la petición de la fianza máxima de las posibles.
La empresa afectada, que ha evitado confirmar la exigencia de la finanza, es, según fuentes del sector una sociedad dedicada a la extracción y traslado de cemento, como hay varias en la zona.
El Gobierno de La Rioja pide los 60.000 euros a la firma alavesa en metálico o a través de la presentación de un aval bancario. El hecho de que se le pida el máximo de lo previsto en la legislación autonómica es interpretado en medios empresariales como un castigo ejemplar a la empresa. Estas fuentes no tienen ninguna duda de que el aval será ejcutado "inmediatamente" para reparar la carretera.
El listado de roces entre La Rioja y Álava no para de crecer desde las denominadas vacaciones fiscales, unas ayudas fruto de las cuales la empresa riojana Ramondin abandonó la comunidad de Pedro Sanz y se instaló en Álava.
Sobre la firma
