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Àngel Ros, un cristiano en campo contrario

El alcalde de Lleida busca sacar rédito de no ser el candidato del aparato

Àngel Ros (Lleida, 1952) se ha empleado a fondo durante los siete años desde que es alcalde para que Lleida (140.000 habitantes) se quite la etiqueta de ciudad rural y de provincias y para convertirla en una ciudad moderna. Ros puede parecer una rara avis de la política, pero esa percepción es errónea en la distancia corta.

Este doctor en Informática y licenciado en Ciencias Físicas irrumpió en la política municipal casi por casualidad, como sustituto del histórico Antoni Siurana. Se curtió profesional y humanamente como docente en universidades, como técnico en los Ayuntamientos de Lleida, Madrid y Barcelona, así como en varias empresas, donde forjó su carácter hiperactivo. Es enérgico en sus decisiones, rápido de reflejos y no escatima horas a su trabajo. Es uno de los pocos ediles socialistas que triunfó en las elecciones municipales, consiguiendo una aplastante mayoría absoluta. De profundas convicciones cristianas y crítico con el aparato del partido, a Ros le sobran capacidad y ambición para liderarlo, pero sabe que ser de provincias puede ser un obstáculo insalvable. Pero volverá a la carga para ser el candidato a presidir la Generalitat.

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