A ver quién reserva
Hace ya más de un año que el grupo Tragaluz enamoró al tout Madrid con su bar Tomate. Si ese amor fue ardiente, el que ha surgido con esta segunda idea es ferviente, a juzgar por el cartel permanente de "no hay mesa" y sus precios accesibles. Dos saraos (una fiesta de Davidelfin y el cumpleaños de María Fitz-James) sirvieron para que la alarma saltase entre los que aún ignoraban que algo pasaba en el privilegiado tramo de la Castellana que va del puente de Juan Bravo a Rafael Calvo.
Allí donde confluye el Chamberí pijo con el barrio de Salamanca se encuentra una explanada que antecede a un bajo acristalado y coronado por una enorme cornisa de abanico, que desde fuera ofrece al transeúnte esta escena: ni Pepi, ni Luci, ni Bom, ni chicos y chicas del montón cenan ostras de La Rochelle y no conceden tregua al hidrato nocturno degustando arroces al carbón, mientras esperan que el DJ amenice unos postres que se alargan con champán hasta el cierre.
Todos ellos atravesaron una estrecha y altísima puerta de entrada, se sentaron en una de las mesas que Sandra Tarruella (la interiorista del proyecto) escogió revisando el mobiliario doméstico de finales de los cincuenta y eligieron delicias mediterráneas de una carta expuesta en un atril de madera de balsa con su logo grabado a fuego. Triunfa la filosofía "todo al centro" en un local de grises exactos en servilletas, vajilla, cubertería de Cutipol, techo de fieltro y una rampa de cemento pulido también gris que comunica las diferentes alturas y por la que descienden caras tan conocidas como la de Nati Abascal o socialites ignoradas por el gran público como la apetecible Veva Longoria (que no Eva). 2012 va a ser el de su apuesta por el brunch sin fin; con semejante cristalera y plan no va a haber titular dominical, por muy indigesto que sea, que no pueda ser olvidado. | h Recomendado para: Fans del ver y ser visto. Aquí están hasta los fogones ante tus ojos en una cocina que preside el magnifico salón.
h no vengas si... te asusta contemplar en un mismo lugar un espectro social tan amplio que va de la camisa con iniciales al Versace para H&M.
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