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Reportaje:

Una década para hacer justicia

Primera condena a la gestión del Partido Popular en la Zona Franca de Cádiz

El portal informático Rilco podía haber sido el mayor negocio de la bahía gaditana. Su valor podría haber superado los 3.000 millones de euros. Pero el negocio fue cortado de raíz sin haberse desarrollado del todo. Esa es la visión de Manuel Rodríguez de Castro, exdelegado del PP en la Zona Franca de Cádiz.

Pero el Tribunal de Cuentas tiene otra muy distinta. Cree que montó el negocio para enriquecerse con dinero público. También considera probado que su sucesor hasta 2004, Miguel Osuna, del PP, le ayudó en este objetivo. Una década después de destaparse este escándalo ha llegado la primera condena, la del Tribunal de Cuentas, pero la justicia ordinaria va a dar en breve nuevos pasos para tratar de cerrar este caso.

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La Red Iberoamericana de Logística y Comercio (Rilco) se puso en marcha en 1998. Fue una idea personal de Rodríguez de Castro. La vendió muy bien, al menos en su Gobierno. Era la primera experiencia de comercio electrónico entre España y América. Emulaba el modelo asiático del portal Alibaba, pero mejorado. Zona Franca primero contrató a dos empresas españolas, Saínco y Telvent, para constatar si la idea era razonable pero, sin esperar resultados, convocó un concurso para desarrollarla completamente, que ganó una empresa fantasma de Miami. El Tribunal de Cuentas da por buena la versión de la Abogacía del Estado, que denunció que parte de ese dinero acabó en una cuenta de Rodríguez de Castro.

La sentencia deja claro que Rodríguez de Castro creó Rilco en su propio beneficio y que Osuna, por una "grave negligencia", lo permitió. Pero la versión de ambos es diferente. Rodríguez de Castro no acudió ni una sola vez a declarar al órgano contable, pero sí ha sido prolijo en las redes sociales, donde esta semana volvía a defender que Rilco era un gran negocio que los demás no supieron ver. Así lo defiende en su perfil profesional colgado en Internet. "Mis sucesores no supieron llevar esta red a otro nivel de eficiencia y calidad, mejoras que sí se ven en el modelo asiático, por lo que dejó de ser una amenaza. Rilco podría haber valido lo que Yahoo pagó por el portal Alibaba".

Osuna mantiene que él continuó con estos negocios porque los que deberían haberle advertido de las irregularidades, los abogados del Estado, no lo hicieron. Es algo que desmintieron en su día los letrados, que aseguraron que nadie les preguntó nunca sobre estos contratos con Miami. El Tribunal de Cuentas así lo corrobora, pero es uno de los principales argumentos de la defensa de Osuna para recurrir la sentencia. También una de las razones del PP para atacar esta investigación. Los actuales dirigentes populares comparten la frase que en su día pronunció Rodríguez de Castro. "Es indecente que quien me asesoró durante mi gestión ahora ejerza la acusación contra mí".

Otro argumento utilizado por Osuna para echar por tierra la investigación es la prescripción de los posibles delitos. El Tribunal de Cuentas dedica varias páginas de la sentencia a detallar que la investigación se ha ido actualizando desde 2001 y que, por tanto, las irregularidades detectadas son perfectamente condenables. El órgano fiscalizador les obliga a pagar 4,3 millones de euros a ambos, aunque la sentencia ya está recurrida.

En breve, habrá novedades en la vía penal. El juzgado número cuatro de Cádiz aguarda ya el escrito de acusación de la fiscalía en el que, salvo sorpresas, se incluirán las imputaciones de ambos delegados por varios delitos, entre ellos, el de malversación de caudales públicos. Es una de las investigaciones abiertas. Existe otra, la de Quality Food, otro escándalo en la etapa de Miguel Osuna, también por la vía penal, que aguarda en este año nuevas declaraciones, después de que la Audiencia Provincial rechazara el archivo de la causa. Habrá juicio sobre Rilco y Quality, aunque, después de tanto tiempo transcurrido, nadie se atreve ni siquiera a garantizar que se fijará para el año que viene.

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