"Las buenas historias policiacas tienen su origen en las tinieblas"

La actriz Sofie Gråbøl (Dinamarca, 1968) derrocha simpatía a su paso por Madrid. No para de gesticular cuando habla y ella misma se tiene que cortar para no alargar demasiado las respuestas. Y choca, porque es todo lo contrario a Sarah Lund, la detective dura y cínica que le ha lanzado a la fama en su país en 2007 y en Reino Unido el pasado verano con la serie policiaca The killing: crónica de un asesinato. En Dinamarca va ya por el rodaje de la tercera temporada y en España llegará a AXN el 25 de octubre (21.15). Esta noche, dentro del Festival de Series de Canal +, habrá un pase especial a modo de estreno en el cine Proyecciones, de Madrid (22.30).

La serie tuvo tal éxito que en EEUU el canal AMC ha hecho una versión propia que también se puede ver en España en Fox Crime y desde la semana pasada en La Sexta. "¡Me enteré ayer y es extraño que lo echen a la vez!", exclama la actriz. "No me siento amenazada por la versión americana, de la que solo he visto algunas escenas que parecían muy fieles a la original. Pero si tengo que recomendar una, me decanto por la danesa...".

Interpreta a una detective que en su último día en el departamento, antes de mudarse a otro país con su pareja y su hijo, se obsesiona con el caso de una adolescente asesinada. El funcionamiento de una investigación de estas características, con sus aciertos y errores, la corrupción política y la lucha por el poder son el eje de una trama que se va entrelazando a lo largo de 20 capítulos. Todo en una ambiente lúgubre y lluvioso. "Es un universo de oscuridad. En los países escandinavos, con los inviernos largos y nocturnos, la oscuridad es algo que está en nuestra mente y cultura". Las buenas historias policíacas escandinavas que tanto parecen abundar en los últimos años tienen parte de su origen en esas tinieblas, opina. "Tenemos una fuerte tradición dramática. Strindberg, Ibsen, Bergman... Los escandinavos estamos familiarizados con la oscuridad. Tanto la de la noche, la del invierno, como con lo oscuro de lo humano". Esa ambientación de la Copenhague más sombría, alejada de cualquier guía turística, es parte del encanto de la serie. Debido a esa atmósfera tenebrosa hubo muchos espectadores que "se quejaron porque no veían bien la pantalla", señala.

El gran pilar de The killing es el personaje de Sarah. "Me costó dar con él", cuenta la actriz, "ya que es una persona fría que demuestra pocas emociones. Eso me hacía enfadar al principio". Los productores y ella querían salirse de los clichés de la mujer detective en la ficción: "Pensando que en estos ambientes casi todos los personajes son hombres, comencé a hacerla moverse y pensar como un hombre. Copié los movimientos del director de los primeros capítulos, que tenía una forma muy masculina de moverse y así fui dando con ella. Ese es su atractivo". Gråbøl estuvo trabajando durante un año y medio en la producción de la serie. Los actores iban conociendo la trama semana a semana. "Es una forma extremadamente estresante de trabajar, sobre todo para el guionista. Es como si hubiese un tren en movimiento y él fuera el que tiene que ir colocando las vías por delante para que avance", dice la actriz. "Cuando estábamos rodando el capítulo dos, él escribía el tres, y así sucesivamente". El guión se lo entregaban un viernes y el lunes comenzaban a rodar, incluso versiones nuevas. "Nunca sé quién es el asesino hasta el final. Cada vez que recibo un guión es como recibir un capítulo de una novela de crímenes. Lo leo muy emocionada".

La actriz señala que el mérito del que se siente muy orgullosa "es triunfar en el formato televisivo con una serie así, que se toma su tiempo". Y continúa: "En casa el espectador hace clic con el mando y se acabó. Las televisiones muchas veces para evitar esto lo llenan con más acción, sexo, persecuciones, pistolas.... Tienden a subestimar a la audiencia. Y a esta lo que le gusta es que la reten y que les ofrezcan algo que profundice más".