Las mujeres ganan el premio de la paz
Las liberianas Johnson-Sirleaf y Gbowee y la yemení Kerman obtienen el Nobel de 2011 por su destacado papel en la pacificación y en el cambio político y social
Todos los rumores anunciaban un premio Nobel de la Paz para los blogueros de la primavera árabe. Y el galardón acabó reconociendo una revolución, a veces silenciosa y siempre difícil: la lucha de las mujeres para impulsar el cambio político y social en el mundo. Con un reconocimiento expreso también al papel de la mujer en los procesos de paz, el Comité del Nobel de la Paz anunció un premio compartido entre la presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf; la también liberiana Leymah Gbowee, responsable de la organización Red de Mujeres por la Paz y la Seguridad en África; y la activista yemení Tawakul Kerman.
El presidente del Comité, Thorbjoern Jagland, manifestó que las tres laureadas son recompensadas por "la lucha no violenta en favor de la seguridad de las mujeres y de sus derechos a participar en los procesos de paz". "No podemos conseguir", añadió Jagland, "una democracia y una paz duraderas en el mundo si las mujeres no obtienen las mismas oportunidades que los hombres para influir a todos los niveles en el desarrollo de sus sociedades".
El comité destaca su compromiso en favor de la seguridad femenina
"Es un tributo a su contribución a la reconciliación", dice el Gobierno de Oslo
Tras la decisión del comité reunido en Oslo, que es donde también se entrega el Nobel de la Paz, el primer ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, declaró: "Este premio es un tributo a todas las mujeres del mundo y a su papel en los procesos de paz y de reconciliación".
Creado en 1901, este premio solo lo habían recibido hasta ahora otras nueve mujeres. La primera Nobel de la Paz fue, en 1905, Bertha von Suttner, una de las más destacadas figuras del movimiento pacifista internacional, cuya ideología difundió por toda Europa en los convulsos años del inicio del siglo XX.
Ellen Johnson-Sirleaf, de 72 años, es la primera africana que accede de forma democrática a la presidencia de un país en ese continente. Desde 2006 y pese a estar su país marcado por 14 años de guerra, Johnson-Sirleaf, economista de profesión, ha logrado dirigir Liberia y colocarla en la vía del desarrollo. "Es un premio para el pueblo liberiano", expresó.
El martes próximo, la conocida por sus oponentes como la dama de hierro se enfrenta a la reelección en unos disputados comicios, que proseguirán el curso previsto. Su principal rival, el abogado Winston Tubman, la critica precisamente por no haber hecho lo suficiente durante su mandato para sellar las heridas de la guerra civil y las divisiones que el conflicto dejó en la sociedad liberiana. Sin embargo, Thorbjoern Jagland rechazó que la concesión del Nobel pueda interferir en el resultado de las votaciones.
Por su parte, Leymah Gbowee, de 39 años, es una activista conocida por haber organizado la llamada huelga de sexo, el movimiento pacifista que, después de instar a las mujeres a no mantener relaciones sexuales, logró poner fin, en 2003, a la segunda guerra civil que desangraba Liberia. "Movilizó y organizó a las mujeres más allá de las líneas de división étnica y religiosa para poner fin a una larga guerra en Liberia y garantizar su participación en las elecciones", dijo Jagland al explicar las razones del comité para galardonar a la activista liberiana. La labor de Gbowee fue fundamental para impulsar el proceso de democratización y el triunfo de Johnson-Sirleaf. Gbowee supo que había recibido el premio cuando encendió su móvil tras un vuelo de cinco horas entre San Francisco y Nueva York. Se encontró con un sms que decía "Nobel, Nobel, Nobel" y abrazó a su compañero de asiento, un desconocido. "Cuando recibes una noticia así, tienes que compartirlo con alguien", explicó. "Me siento un símbolo de esperanza en un país, un continente, con pocos motivos para la esperanza", señaló.
Tawakul Kerman es una política yemení y activista pro derechos humanos que dirige el grupo de Mujeres Periodistas Sin Cadenas, creado en 2005. Yemen es uno de los países árabes más afectados por la ola de cambio en el mundo árabe. Su presidente, Ali Abdulá Saleh, se mantiene en el poder pese a las masivas protestas y a los cientos de yemeníes muertos en choques. "Se lo dedico a todos los jóvenes árabes que luchan contra las dictaduras", declaró a la corresponsal de EL PAÍS, Ángeles Espinosa.
Las mujeres yemeníes están siendo muy activas en las revueltas contra Saleh, un aliado de Estados Unidos. Decenas de miles de ellas, envueltas en sus abayas (el mantón negro que las cubre por entero), han tomado numerosas veces las calles de Saná para exigir el fin de los 30 años de reinado de Saleh. El presidente del Comité del Nobel quiso destacar que con este premio se envía una señal al autócrata yemení y a otros dictadores de Oriente Próximo para que abandonen el poder.
Las tres compartirán los 10 millones de coronas suecas (casi 1.100.000 euros) que conlleva el premio. El Comité del Nobel de la Paz ya otorgó ex aequo el galardón a otras dos mujeres en 2004: la abogada iraní Shirín Ebadí y la ecologista keniana Wangari Maathai, fallecida en septiembre.
El Comité del Nobel señaló que con este premio espera "contribuir a acabar con la represión que aún padecen las mujeres". También expresó que su voluntad ha sido destacar "el enorme potencial que representan las mujeres para la paz y la democracia". Sin hacer mención a las críticas que recibió por las selecciones de 2010 (el activista chino preso Liu Xiaobo) y de 2009 (Obama), Jagland señaló que "todo el mundo" reconocerá la "importancia" de los galardones de este año.
Las mujeres en la política y los negocios
- Un total de 114 países -más de la mitad- tienen algún tipo de reserva de escaños para las mujeres, que en la actualidad ocupan casi un 20% de los escaños parlamentarios del mundo.
- En la UE, un 12% de los miembros de los consejos de administración de las empresas son mujeres, aunque en España este porcentaje se reduce al 10% de los consejeros del Ibex-35.
- Desde 1992, menos del 10% de los negociadores en procesos de paz han sido mujeres. En términos generales, menos del 6% de los presupuestos de reconstrucción tienen en cuenta las necesidades específicas de mujeres y niñas.
- Pese a los avances, todavía hay lugares en los que las mujeres no pueden votar, conducir o salir solas.
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