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Reportaje:

El Cabanyal, un territorio herido

La diputada Mònica Oltra critica la barbarie contra el barrio a poco del juicio

Cristina Vázquez

Es imposible entrar en el número 83 de la calle de Sant Pere, una de las más antiguas del barrio del Cabanyal-Canyamelar, y no sentir curiosidad por la historia del antiguo Poble Nou del Mar. Salvem El Cabanyal ha establecido ahí la oficina de información de la 13ª edición de Portes Obertes, donde se mezclan arte y reivindicación en favor de un barrio amenazado por los planes urbanísticos del Ayuntamiento. El gobierno municipal, del PP, acordó prolongar la avenida de Blasco Ibáñez hasta la playa a costa del derribo de 1.600 viviendas en el distrito marítimo.

En el local hay mapas del barrio de 1789, de 1882, de 1899 y de 2010, que muestra cómo ha evolucionado de pueblo a enclave amenazado. Atentas, unas 40 personas escuchan de labios de la guía que el ingeniero Casimiro Meseguer ya previó a finales del siglo XIX la prolongación del Paseo al Mar hasta el Cabanyal, como una vía de enlace entre el centro de la ciudad con las playas del norte. "Si te quitan tu casa, se llevan parte de tu vida", agrega la guía a la par que explica a los presentes de que la casa en la que están desaparecerá para dar lugar al bulevar de San Pedro, que va de ninguna parte a ningún sitio, dice. "Se me ponen los pelos de punta", comenta bajito una mujer del público a su acompañante.

En marcha la 13ª edición del Portes Obertes, que acaba el 9 de octubre

Maria concluye el viaje al pasado ante una maqueta y explica que el público podrá visitar 14 casas particulares y contemplar en el interior las ilustraciones realizadas por artistas conocidos e inspiradas en historias de los vecinos. La editorial Media Vaca las ha recopilado en un libro. El millar de ejemplares cedidos por los editores a Salvem para sacarlos a la venta se agota.

A la visita guiada se incorporó la diputada de Compromís Mònica Oltra y la concejal de esta coalición en Valencia Pilar Soriano. "A dos semanas del juicio, me reafirmo contra la barbarie", explica Oltra, que en unos días comparecerá ante un tribunal por un juicio de faltas por desobediencia. La diputada es una de las decenas de personas que en abril de 2010 trató de impedir el derribo de una de las casas del barrio. La diputada fue desalojada por la policía junto a otros vecinos que intentaban impedir la acción de una excavadora.

De Portes Obertes dice que es una "manera positiva de explicar por qué vale la pena conservar este barrio en lugar de destrozarlo". Coincide Oltra con otros muchos que El Cabanyal tiene un potencial turístico de primer orden para Valencia sin necesidad de realizar inversiones extraordinarias. Podía convertirse en algo parecido al barrio de la Alfama de Lisboa o el Trastévere, de Roma.

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No es la única que ha aprovechado el domingo para acercarse hasta la playa. Inma, de 59 años, ha venido desde Catarroja para ver el Portes Obertes. "Es una causa muy popular fuera. Hace poco visité Hamburgo y Berlín y dos arquitectos llevaban la camiseta de Salvem El Cabanyal", explica.

"Tirar una casa es como cortarse un brazo, ya nada vuelve a ser igual", concluye María Villora, mientras enseña otro domingo más a los visitantes los tesoros del barrio -las casas adornadas de brillantes azulejos- y también sus heridas, 188 solares y más de 300 casas en mal estado.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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