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Marx Madera se despide de Malasaña con el puño en alto

El local dice adiós a sus parroquianos tras 28 años en el barrio de Malasaña

El local ecologista, alternativo y de izquierdas Marx Madera celebró ayer una fiesta de despedida "para estrechar las manos y levantar el puño", como definió uno de sus encargados.

El espacio cerrará definitivamente sus puertas el próximo sábado, después de 28 años en el número 9 de la calle Madera, en el corazón del barrio madrileño de Malasaña. Teresa y Paco, que se encargan del local desde sus inicios, aseguran que el Marx Madera ha sido "un refugio y un punto de encuentro para cambiar el mundo que ha dejado una impronta muy importante en la zona".

Es una especie de isla como la que aparece retratada en sus paredes, que combinan el azul de un mar y un cielo imaginados con los retratos del Che Guevara, las banderas republicanas y las hoces y los martillos de una revolución que aquí se ve como todavía posible.

Ayer los "camaradas" llenaron el lugar para homenajear su labor y a sus moradores desde su apertura en 1983.

No es la primera vez que la especulación inmobiliaria y la piqueta amenazan el Marx Madera, pero sí la primera que se salen con la suya. En 1995 la inmobiliaria propietaria del inmueble, Geshilarión 2000, intentó declarar el bloque en ruina económica (cuando la reparación supera el 50% del valor del edificio sin contar el valor del solar) para poder desalojar a los inquilinos, que entonces pagaban una renta antigua de entre 94 y 3.000 pesetas mensuales -a excepción de la sede de izquierdas, que abonaba una mensualidad de 77.000 pesetas-.

Esta vez Geshilarión 2000 ha conseguido echar a los inquilinos del Marx Madera merced a la extinción del contrato de alquiler, por el que pagaban unos 1.500 euros al mes. Una sentencia judicial declaró el pasado mes de marzo que los actuales arrendadores debían abandonar el local el próximo 4 de octubre, a menos que pudieran hacer frente a los 700.000 euros que la promotora pide por la compra del establecimiento.

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"El barco nos lo han quitado los piratas pero sabemos nadar, llegaremos a tierra firme, aquí no se rinde nadie", dijo Paco durante la presentación de la fiesta que definió "del reencuentro" y que reunió a cerca de dos centenares de personas.

La tarima se abrió anoche a la gente que subió de forma espontánea al escenario para recitar poemas de Miguel Hernández, Pablo Neruda y Jaime Gil de Biedma, para cantar las letras de Víctor Jara o para pedir el voto el próximo 20 de noviembre para Izquierda Unida.

A pesar de todo, la agrupación reclamó un compromiso más firme de la dirección nacional y regional de esta coalición que convierta la permanencia de los locales en un objetivo prioritario porque la izquierda, dijeron, "tiene que estar en la calle".

La fiesta terminó el canto "todos a una" y con el puño en alto de la Internacional. Al igual que otras muchas veladas en este reducto de la izquierda que ha hecho de la esperanza por la revolución social y el comunismo su bandera durante cerca de 30 años.

Despedida anoche con el puño en alto de los activistas del Marx Madera.
Despedida anoche con el puño en alto de los activistas del Marx Madera.CARLOS ROSILLO

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