El 'niño bien' que asesinó por 300 euros
Un joven confiesa haber matado hace cinco meses a una mujer en Azpeitia
La policía le tenía acorralado y optó por acogerse a los beneficios de la Ley del Menor. A las 18:30 horas del miércoles, Ander E. entró junto a su padre y un abogado en la Fiscalía de Gipuzkoa y confesó ser el asesino de Amaia Azkue, la mujer de Zarautz que el pasado 16 de marzo apareció muerta en el embalse de Ibai-Eder del barrio de Nuarbe, ubicado en Azpeitia, a apenas 25 kilómetros de la citada localidad guipuzcoana. Cinco meses después de cometer presuntamente el crimen y únicamente un día antes de cumplir la mayoría de edad, dijo estar arrepentido.
Azpeitia amaneció ayer con una mezcla de incredulidad y alivio. Las conversaciones giraban en torno al mismo tema. Sorpresa, puesto que los vecinos no se explicaban que "un chico normal del pueblo" que vivía en una conocida urbanización cercana al santuario de Loiola, dotada de piscina y pista de tenis, y cuya familia trabaja en una popular empresa guipuzcoana de la zona, hubiera cometido un crimen atroz. De hecho, la mayoría de los preguntados respondía: "No tenía ninguna necesidad económica ni mucho menos, porque son una familia de mucho dinero".
Horas antes de entregarse, fue interrogado como principal sospechoso
Desahogo, en parte, puesto que, como indicaron varios vecinos, "sabíamos por la rapidez y precisión de sus movimientos que el asesino vivía en la zona del Urola -fue la primera hipótesis de la Ertzaintza- y, por el bien de todos, era mejor que se supiera ya quién era. No queríamos más rumores".
Presuntamente, Amaia Azkue, natural de Orio, de 39 años, casada y con dos hijas, recogió en su coche a Ander, que hacía autostop, a la salida de un supermercado de Zarautz. Durante el trayecto, el joven la habría amenazado y sustraído diversos enseres, incluidas tarjetas de crédito, y posteriormente la golpeó en la cabeza hasta matarla. Después lanzó el cadáver atado de pies y manos al embalse de Azcoitia, se deshizo de algunos objetos en un contenedor cercano y aparcó el coche cerca del santuario de Loiola, a apenas dos kilómetros.
El mismo día de los hechos, el presunto asesino -rubio, delgado y muy alto, según pudo comprobar la policía autonómica en las grabaciones de las cámaras de una sucursal bancaria- extrajo 300 euros de un cajero de Azpeitia con la tarjeta de su víctima. Dos días después volvió a intentar usar la tarjeta, pero ya no fue posible puesto que había sido desactivada.
"¿Mató por 300 míseros euros una persona que ni mucho menos tenía problemas económicos, que vivía cómodamente?", se preguntaba ayer una vecina, que añadía: "¿Qué haremos mal los padres para que un chaval de 17 años mate a una persona y se comporte así?". Y es que el presunto asesino ha vivido con aparente normalidad durante estos cinco meses, asistiendo a sus clases en un colegio de Azpeitia y, como aseguró una joven de la localidad, "saliendo con sus amigos de siempre".
Según indicaron esta joven y varios vecinos, hace mes y medio el presunto asesino tuvo "problemas" por el posible robo de una moto de una tienda de alquiler cercana a la localidad. La Ertzaintza no confirmó este extremo dado que el caso se halla bajo secreto de sumario.
Al parecer, Ander E. se entregó al sentir que la Ertzaintza constataría pronto que era el asesino de Amaia Azkue. Según indicó ayer la consejería dfe Interior, el joven estaba siendo investigado por la policía autonómica desde hace días en relación con el caso. El miércoles por la mañana, horas antes de su detención, fue citado en la comisaria de Azkoitia, a la que se presentó en compañía de su padre y un abogado y prestó declaración.
El relato del presunto asesino no fue demasiado convincente, según fuentes de la investigación, y horas más tarde, se entregó en la Fiscalía de Gipuzkoa, donde confesó haber matado a Amaia Azkue. Inmediatamente, fue trasladado al centro de menores de Zumarraga, a unos 20 kilómetros de Azpeitia.
No obstante, fuentes de la Ertzaintza apuntaron que el joven se limitó a reconocer que golpeó a la mujer y la mató, y deslizaron que algunos aspectos de la versión que ofreció "casan muy mal" con la investigación.
Poco después de su confesión, la policía autonómica se trasladó a registrar la vivienda de Ander E., donde hallaron nuevas evidencias. Según la Ertzaintza, las pruebas existentes contra el joven eran de contenido "científico y técnico" y habrían permitido su inminente detención.
Las pesquisas están ahora pendientes de la comparación de unas pruebas de ADN realizadas al joven con las recogidas por la Ertzaintza en la investigación. Interior subrayó que en el avance de la investigación, a la que la policía autonómica ha destinado 30 especialistas, ha sido de vital importancia la colaboración ciudadana, habiéndose recibido numerosas llamadas de ciudadanos aportando datos e información.
El Ayuntamiento de Zarautz hizo pública ayer una nota de prensa en la que mostraba su deseo de que el caso sea aclarado cuando antes y "se termine haciendo justicia". Asimismo, ofreció su apoyo a la familia de la víctima.
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