La crisis de la manicura francesa
Mireia Belmonte falla también en 200m mariposa y debe mejorar su fuerza mental
Los nadadores, y en general los representantes de disciplinas deportivas abocadas al aislamiento y la introspección, suelen ser supersticiosos. Mireia Belmonte, la nadadora española con mejores condiciones genéticas de la historia, no es la excepción. A sus 20 años, vive las competiciones bordeando la obsesión por repetir o alterar rutinas, pequeñas ceremonias paganas y rituales de sustrato mágico, según le vaya bien o mal en los primeros días. Las uñas son una de las cuestiones que le generan incertidumbre.
"Normalmente, me pinto las uñas antes de salir de casa", contó en las vísperas de viajar a China; "si el color no me da suerte, lo cambio. Si me va mal, abandono el pintauñas. Me llevo cuatro o cinco para casos de emergencia. Empiezo con la manicura francesa, que me da suerte. Si no, me pinto encima. O me hago la manicura en un sitio, si es que lo encuentro".
Mireia va camino de cambiar su manicura francesa, si es que no lo ha hecho ya. Sus objetivos primordiales eran recortar sus mejores tiempos personales e intentar nadar una final. No ha logrado ninguna de estas dos cosas: ni en Melbourne 2007, ni en Roma 2009, ni en Shanghái 2011 hasta el momento. Se quedó fuera de la de los 200 metros estilos el lunes y ayer no entró en la de los 200m mariposa. Le quedan los 400m estilos, su prueba preferida, y los 800 libre. Ayer, el director técnico de la federación, Luis Villanueva, que construyó toda su estrategia alrededor de la chica de Badalona, atribuyó su bajo rendimiento a causas psicológicas.
"Cuando ocurre una cosa de estas, no hay una sola razón", dijo; "si tuviera que apuntar a una, diría que es más probable que sea su capacidad para afrontar mentalmente las pruebas que su estado de preparación física. Físicamente, está bien. Ha estado entrenándose muy bien y lleva todo el año compitiendo muy bien. Es sintomático que, cuando llega el momento más importante, cuando hay que jugarse todo el trabajo de un año, la cosa no acaba de salir. El campeonato no está difícil. Con su marca, mañana estaría entre las cuatro o cinco primeras. Una cosa es estar en buena forma y otra ser capaz de demostrarlo ahí, cuando bajas a la arena delante de tanta gente. Ella está en el proceso de aprender y mejorar su consistencia, algo que aquí no ha sido capaz de lograr".
Mireia nadó la semifinal en 2m 7,94s, a casi dos segundos de su mejor tiempo, y quedó novena. Villanueva opinó que empezó bien, pero acabó muy mal. "El primer 100", dijo, "ha sido bastante aceptable, para poder estar en su marca, pero en el segundo 100 y sobre todo en el último 50 no ha podido nadar tan rápido como suele y se ha quedado". El director técnico no reveló quién había hecho la táctica. Pero cree que con su parcial de 1m 1,66s Mireia tuvo margen para recuperar en el segundo 100. Sin embargo, el paso de la nadadora por el segundo viraje fue el último de las 16 participantes. Ninguna se tomó tanto tiempo reservándose tanta energía. Ninguna se abocó a una remontada tan difícil.
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