Tocar con la derecha
Russian Red se reafirma en las ideas políticas que le granjearon una sorprendente y no-table polémica. ¿Es incompatible en España hacer música pop con ser conservador?
Cuidado con los cuestionarios: parecen inofensivos, pero cualquier desliz puede desatar un pequeño maremoto mediático. Lo sabe Russian Red, cantautora indie de moda, a quien hace poco preguntaron si era de izquierdas o de derechas. "Si me tengo que decantar, derechas", admitió inocente. Fue en la revista Marie Claire, donde también se interesaban por su "prenda infalible" o por si usaba más denim o encaje. Nadie hizo mucho caso a sus preferencias fashion, pero redes sociales como Facebook y Twitter empezaron a zumbar con el rumor político. Posteriormente, el periódico La Razón le hizo una entrevista para subrayar su postura ideológica. La madrileña no concedió más que un par de respuestas tópicas sobre el asunto. El reportaje Pop, cool y de derechas se convirtió en la tercera noticia más vista de la edición online del periódico. La popular web musical Jenesaispop también triunfó con el mismo contenido. Fue la noticia más vista del día y casi alcanza los 200 comentarios.
"De la derecha me?atraen varias cosas, pero no siento necesidad de justificarme"
La protagonista explica su estado de ánimo: "Al principio, este asunto me asustó un poco, pero ha acabado por darme igual. He recibido mucha agresividad y poco respeto desde que hice esta escuetísima declaración. La conclusión que saco de todo esto es que existe una totalitarización de la opinión pública que poco se acerca a los ideales de una sociedad progresista. De la derecha me atraen varias cosas, pero no siento la necesidad de justificarme al respecto, porque no afectan ni a mi música ni a mi manera de relacionarme con la gente. Evidentemente, las ideas políticas afectan en tu modo de entender la sociedad, que supone un balance entre qué es lo ideal y qué es lo práctico".
¿Se estigmatiza en España a los poperos de derecha? Fernando Márquez, alias El Zurdo, exlíder de La Mode, causó revuelo en los años ochenta por su apoyo a la Falange Auténtica. Ya lo revelaba Márquez a La Razón: el caso de Lourdes Hernández, nombre real de Russian Red, no le parece tan raro. "No estoy al corriente de los últimos grupos, pero las querencias al centro-derecha son más frecuentes de lo que parece: Carlos Berlanga era anarcoconservador, Alaska viene del anticastrismo, y, al menos en sus inicios, los hermanos Urquijo (Los Secretos) tenían vinculación con Alianza Popular", añade ahora. E insinúa que las simpatías políticas pueden abrir puertas: "Yo declaré mi apoyo a Alianza Popular (precedente del PP) en la época de La Mode y fue mi gran momento profesional, no solo con el grupo, sino con mi entrada como columnista en Abc", recuerda.
El Zurdo es un ejemplo de que la derecha española anda necesitada de iconos pop con cierto relumbrón. Hace poco revelaba que Luis Alberto de Cuenca, secretario de Estado de Cultura durante el Gobierno de José María Aznar, le ofreció cantar el himno del PP. Otro caso de lifting moderno es el fichaje de Alaska por la tertulia de Federico Jiménez Losantos. "No creo que haya afectado negativamente a la percepción de Fangoria, como tampoco nos ha perjudicado que escriba para El País y El Mundo, que presentara La bola de cristal o que actuase en películas de Almodóvar", responde Nacho Canut. En cualquier caso, parece clara la ansiedad de la derecha actual por arrimarse a personajes cool. Muchos recordarán aquel artículo de Luis María Anson en 2009 elevando a los altares a The Killers, el grupo bandera de los neoconservadores en Estados Unidos. El texto arrancaba mencionando que Aznar había acudido a ver en directo al grupo al Palacio de los Deportes de Madrid.
El rockero Nacho Vegas no encuentra aceptables actitudes como las de Lourdes Hernández: "Las políticas neoliberales han dejado en la calle a familiares y amigos y han recortado derechos fundamentales a la mayoría de la gente. En esta situación no puedo evitar pensar que cualquiera que se declare de derechas ha de ser un cretino o un cabrón. O un potentado. Como en principio no tengo a Russian Red por ninguna de estas tres cosas, quiero pensar que no sabía muy bien de lo que hablaba". También alega motivos artísticos para el rechazo: "Hacer canciones significa hablar de tu relación con el mundo, de cuestionarlo. Creo que la política en un sentido amplio debe estar de forma más o menos implícita en lo que compones. En realidad, no me extraña tanto que Lourdes sea de derechas porque creo que su intención es solo hacer canciones bonitas".
Russian Red termina aclarando algunos matices: "Me parece evidente la carencia total de contenido político que hay en mi música. El único indicio de moralidad que aparece en mis canciones es la importancia que tienen en mi vida las relaciones personales". Y añade: "Mi pensamiento es más tradicional, es más cercano a la derecha, pero no me siento completamente representada por ningún partido político en España, un país en el que ya no existe ni derecha ni izquierda como tal".
Ideología y canciones
Del underground al rock masivo, el credo político está más presente hoy en el panorama musical español de lo que muchos puedan pensar. Abordamos a seis músicos de diferentes generaciones para que reflexionen en voz alta sobre el valor de la ética y la estética del compromiso social en su profesión.
Nacho Canut
"No conozco a casi nadie que se defina como de izquierdas o de derechas, son términos que nunca me han interesado especialmente. Hay artistas que hacen letras políticas muy buenas, como los Specials, Paul Weller o, aquí en España, Lluís Llach. Yo no me considero capaz de hacerlo ni me lo pide el cuerpo. A lo más que he llegado es a componer sobre la libertad individual (A quién le importa) o sobre un vago sentimiento contra la religión organizada (El cielo esta vacío)".
Andrés Calamaro
"Mi generación cultivó cierto hedonismo ético, que se encontraba más volcado a la izquierda europea de Felipe González, un marxismo burgués con cierta conciencia. Mi raigambre ideológica tiene forma de libertades individuales, de defensa de un modo de vida, de análisis. Y también puede presentarse, ya en un marco artístico, como disparate político. Pero tengo suficiente letra para enmarcar una ética personal y funcional en cuanto a manejarme o dejarme manejar".
Bunbury
"Tampoco me importa mucho si Nena Daconte o La Quinta Estación votan a CiU o a UPyD. Mientras nos peleamos por si queremos Rajoy o Rubalcaba, nos meten goles por la escuadra. En un sistema bipartidista escoges los mismos perros con distintos collares. Existen problemas más importantes que las rencillas a las que quieren que juguemos los verdaderos intereses planetarios. Ante el Fondo Monetario Internacional todos somos iguales, o sea, la nada".
David Rodríguez (beef, productor de la bien querida)
"Los medios de comunicación son muy sectarios y hacen criba de los artistas con contenidos políticos. Salvo Extremoduro, no me viene a la cabeza ningún otro grupo politizado que tenga cancha en prensa, radio y televisión. Pienso, por ejemplo, en La Polla Records, que tenían mogollón de fans y muy escasa cobertura. Ahora que lo pienso, Extremoduro han calado más por sus canciones de amor que por su mensaje sociopolítico, ¿no?".
Rodrigo Caamaño (triángulo de amor bizarro)
"Los grupos 100% politizados me aburren, pero también me parece triste que la política pase a segundo plano. El pop siempre ha servido un poco de caballo de Troya para transmitir ideas sin caer en el sermón, a la vez que cantas y bailas. Además, todo el componente de liberación que trae consigo el pop y la música de baile es de por sí una manifestación política. Ahora a casi nadie del negocio le interesa eso, buscan el target universal, supongo".
Manolo Martínez (astrud)
"Yo estoy afiliado a un partido comunista y, desde luego, intento que lo que hago como artista no traicione mis convicciones políticas. También soy consciente de que hay gente, cuyo juicio respeto, que dice que todo arte es político. Supongo que esa gente diría que, en virtud de la casi total ausencia de política en mis letras, estoy haciendo música complaciente con el statu quo y, en esa medida, de derechas. Es algo que me preocupa y que no tengo del todo resuelto".
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