Pereñíguez revela sus fuentes

"Se excavó un pozo redondo en el actual comicio y se depositaron allí primicias de todos los productos que, por ley, utilizaban como buenos y, por naturaleza, como necesarios. Y, por último, de la poca tierra que cada uno había traído de su lugar de procedencia, echaban una parte allí mismo y la mezclaban. Llaman a este pozo con el mismo nombre que al cielo: Mundum. Luego, como un círculo trazaron en torno a este centro la ciudad". Esta cita de Plutarco en su obra Vida de Rómulo, es el punto de partida de la enigmática serie Mundus que José Miguel Pereñíguez inauguró ayer en la Galería Rafael Ortiz de Sevilla. La muestra, titulada La escena y el solar, estará abierta hasta el 22 de julio.

Sin embargo, por primera vez, Pereñíguez (Sevilla, 1977) ha querido compartir la precariedad de sus modelos con el público. Al fondo de sala principal de la galería, en la que cuelgan las 12 obras sobre cartón que integran Mundus (2010) aparece una estantería blanca repleta de pequeñas maquetas de barro, de pasta de modelar, maderas, papeles... y hasta el libro La idea de la ciudad. Antropología de la forma urbana en el mundo antiguo, de Robert Rykwert. Todos los elementos que el artista, que ya expuso en Rafael Ortiz en 2009, utiliza para construir sus modelos, aquellos que después traslada con precisión al cartón con solo tiza, carbón y lápiz.

"Parto siempre de un ritual de representación que hago en mi estudio con materiales muy elementales y casuales que, después, traslado a la obra. Por eso en la estantería los objetos aparecen de una forma casi pudorosa, medio cubiertos. Confrontar el dibujo con el modelo directamente sería ofrecer una lectura demasiado evidente", explica José Miguel Pereñíguez, quien empezó su carrera a finales de los noventa arropado por otros artistas jóvenes como The Richard Channin Foundation o los agrupados en Sala de eStar. Sin embargo, la obra de Pereñíguez, casi todo dibujo y siempre dentro de la figuración, siempre ha estado al margen de similitudes estéticas con sus coetáneos.

"Antes de ponerme a pintar necesito hacer una composición casi científica de lo que me propongo y eso es lo único que guía mi trabajo. Nunca me he parado a pensar si mi obra tiene similitudes con la de otros artistas de mi generación", explica el artista, cuya obras están, entre otros, en las colecciones del Museo de Arte Contemporáneo Patio Herreriano de Valladolid, la Fundación Coca Cola España y el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla.

Mundus ilustra, "como si se tratara de un proyecto arquitectónico", el proceso que, según varias descripciones literarias, debían de seguir los romanos antes de fundar una ciudad. El artista ofrece distintas perspectivas, alzadas y cortes de los elementos arquitectónicos que debían usarse para guardar esos bienes secretos que protegerían a la futura urbe. La exposición incluye La casa del poeta, una reconstrucción que el artista hace a partir de la descripción de su propia casa que hace el poeta griego Alceo (siglo VII antes de Cristo) y de la que también su pueden ver las pequeñas maquetas de cascos, escudos y armas que Pereñíguez ha construido para luego plasmarlas en su obra. Una decoración demasiado bélica para un poeta.