Lady Gaga destrona a Oprah

No es noticia, pero sigue generando noticias. Hace tiempo que sabemos que Lady Gaga es la reina incontestable de esta nueva década. Al menos en el mundo mediático. Es un grito que llega desde todos los rincones. Pero continúa reafirmándose. Si hace apenas dos días batía un récord al alcanzar los 10 millones de seguidores en Twitter, ayer volvió a ser noticia por dos razones: por un lado la cantante firmaba la edición estadounidense del periódico gratuito Metro y por otro, y esto sí es noticia, la revista Forbes la sitúa en el puesto número uno de las celebridades más poderosas e influyentes del planeta.

La artista neoyorquina destrona así a Oprah Winfrey, quien ha ocupado el trono de las celebridades poderosas cuatro veces y ahora ha tenido que conformarse con un segundo puesto. La lista se elabora en función del dinero que gana el artista, pero también de su influencia mediática. Así se explica que aunque Oprah ganó 200 millones de euros el pasado año, frente a los 63 de Lady Gaga, sea esta y no la primera la que ocupe el trono en la lista. La cantante tiene, además de sus 10 millones de seguidores en Twitter, 32 millones de amigos en Facebook y recientemente fue capaz de vender un millón de copias de su single Born this way en apenas cinco días, un milagro en el moribundo universo de las discográficas.

El triunvirato de la lista lo cierra el adolescente de moda, Justin Bieber, que aterriza por primera vez en la lista en el tercer puesto, con unos ingresos de 37 millones de dólares. Bieber también posee récords mediáticos, como el de tener el vídeo más visto de YouTube: su tema Baby fue visto 500 millones de veces. En cuanto al paso de Lady Gaga por el mundo editorial, parece que se tomó el asunto como un juego, como casi todo lo que hace. Acudió a la sede central del periódico gratuito Metro, en Londres, vestida con la moderación que la caracteriza -un top, joyería múltiple, toneladas de maquillaje...- y se puso a trabajar, aunque lo cierto es que su mano no se notaba apenas en la edición de ayer, donde no había ingredientes especiales, aparte de una página dedicada a analizar su caligrafía y a darle autobombo a su presencia como editora.

Otros famosos que antes ejercieron de directores de periódicos por un día como Bono, que fue invitado a editar The Guardian, aprovecharon la ocasión para darle voz sobre todo a las noticias del Tercer Mundo. Pero Lady Gaga, que se sepa, simplemente es la mejor abogada de sí misma.