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Salud investiga el súbito aumento de la tos ferina en Cataluña

277 niños han enfermado entre enero y abril, tantos como en todo 2010 - Uno de cada 10 afectados es hospitalizado

La Generalitat ha encargado a un grupo de expertos que investigue el brote de tos ferina que ha afectado a Cataluña en los cuatro primeros meses del año, en los que, con 277 afectados, ya se rozan las cifras de todo el año pasado (330). Uno de cada 10 enfermos ha requerido hospitalización a causa de los trastornos respiratorios que causa la dolencia, aunque no se han producido fallecimientos. El mayor brote se ha registrado en la comarca del Pla de l'Estany, con 97 casos y dos hospitalizaciones. Nueve de los afectados eran menores de un año, edad en la que tos ferina es más grave y puede ser mortal.

Aunque parte de los enfermos son niños que no habían sido vacunados por sus padres, una cincuentena sí habían recibido las cuatro dosis estipuladas antes de los 18 meses de vida. También se han contagiado niños vacunados en Barcelona, que ha contabilizado 20 casos en lo que va de año, según la Agencia de Salud Pública, que reconoce que esta epidemia "abre un interrogante sobre el que habrá que profundizar".

Descartada la posibilidad de un fallo en la calidad de los lotes de la vacuna, la Generalitat indaga las causas de un brote que ha provocado en Cataluña más de la mitad de los casos de tos ferina declarados en toda España en lo que va de año.

Benévola en adultos

La tos ferina es una enfermedad benévola en adultos y adolescentes, pero dispara todas las alarmas en el caso de los bebés y niños de corta edad. Los síntomas son una tos fuerte e incontrolada, que puede provocar vómitos y dificultades para respirar. La enfermedad, causada por la bacteria Bordetella pertussis, es endémica en todo el mundo. La vacunación generalizada (cerca del 95% en España) no ha conseguido acabar con los brotes, que se presentan de forma cíclica cada dos o cinco años. Es muy contagiosa, como el sarampión, con el añadido de que haberla padecido una vez no inmuniza.

La vacuna de la tos ferina se proporciona en cinco dosis y la protección total frente a la enfermedad se consigue a partir de la cuarta, que los niños reciben a los 18 meses, según Neus Camps, de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de Girona. Por eso, y porque la enfermedad les golpea con más fuerza, los bebés son un grupo de riesgo.

Pero no son el único, dado que la vacuna pierde eficacia desde que se aplica la quinta y última dosis, entre los cuatro y los seis años. En un contexto de epidemia, es posible que niños vacunados contraigan la dolencia. Además, de los 11 años en adelante la protección frente a la bacteria es nula. Como los síntomas a partir de esa edad son leves, los epidemiólogos no lo consideran un problema."Muchas veces son los adultos o los hermanos mayores los que transmiten la enfermedad a los hermanos pequeños, que aún no están protegidos, y sobre los que la tos ferina actúa con más virulencia", indica José María Bayas, presidente de la Asociación Española de Vacunología. Por esta razón los científicos han pedido en reiteradas ocasiones que el calendario incluya una dosis de recuerdo a los adolescentes, como sí hace en Ceuta y Melilla, e incluso otra más en la edad adulta. No han tenido éxito, aunque si un ciudadano se lo puede permitir, puede comprar la vacuna.

En el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona ha habido más ingresos por tos ferina en lo que va de año que en muchos de los años pasados. La tasa de incidencia de la enfermedad en la capital catalana, de 1,22 por cada 100.000 habitantes, ya ha superado con creces los pronósticos de la Agencia de Salud Pública, que esperaba una tasa máxima de 0,77 para el primer trimestre del año. La agencia envió el mes pasado una nota a los médicos de primaria para que se mantengan alerta ante la enfermedad, que está golpeando a niños muy pequeños. Fernando Moraga, pediatra y profesor en Vall d'Hebron, apunta una nueva hipótesis que explicaría el brote: "Se han podido producir cambios en la bacteria que hacen que la vacuna no coincida con la cepa de tos ferina en circulación este año". De entre los 67 menores de 10 años que enfermaron en Pla de L'Estany, nueve no habían sido vacunados, y ocho solo habían recibido alguna de las dosis recomendadas. Detrás de estos casos, suele haber padres que se niegan a vacunar a sus hijos o comunidades aisladas del sistema sanitario, algo que genera continuos problemas en toda Europa. Los expertos insisten en que es muy difícil acabar con los brotes mientras haya padres que no vacunan a su prole. "Estos padres son un peligro para la salud pública", afirma Ramón Dalmau, jefe de la Unidad de Medicina Internacional del Hospital Santa Caterina de Salt.

La resistencia a vacunar a los niños crece en el mundo desarrollado. Los centros escolares de California exigirán el próximo curso el certificado correspondiente para matricular al alumno. En países como Alemania los movimientos antivacunas tienen relación directa, según algunos expertos, con los 10.000 casos de sarampión anuales.

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