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Reportaje:

Música en vivo, en el curro

Radio 3 lleva a Raimundo Amador a actuar al lugar de trabajo de sus seguidores

"Hoy no estoy para nadie, hoy no estoy para nada, hoy estoy borracho de soledad". La voz del guitarrista y compositor flamenco Raimundo Amador sonaba ayer en Espacio Vacío, un lugar donde se dan clases de danza, en el número 4 de la plaza del Pelicano, en pleno centro de Sevilla. Amador acudió a la llamada del programa Hoy Empieza Todo, de Radio 3, para actuar ante los artesanos que trabajan en los Corralones del Pelícano. Raimundo Amador se movía en este insólito escenario mientras un público abigarrado bailaba y apludía al compás de sus canciones.

Decenas de personas disfrutaron de la actuación de Amador, que se rodeó de su gente. Su hija Carmen, en los coros; Jesús Garrido, con el bajo; Ricardo Arencibia, con la batería; su hijo Raimundo, con la percusión, y Jesús Durán, con el órgano, electrizaron el lugar. Los asistentes jalearon al artista entre aplausos, gritos y silbidos de alegría.

Los trabajadores sevillanos bailaban y aplaudían en un escenario insólito
La iniciativa acercó el flamenco a los artesanos de la plaza del Pelícano

Había entusiasmo y armonía en el ambiente. Amador ofreció su arte en un sitio donde la gente trabaja. Espacio Vacío fue el lugar elegido en este dédalo de talleres y locales porque reúne unas condiciones acústicas óptimas. En los Corralones del Pelícano trabajan escultores, fotógrafos, herreros, carpinteros, pintores, imagineros, arquitectos, grupos de música, danza, teatro, circo... Ellos pidieron que Amador tocara allí, en el tajo, para sumar música en directo a su jornada laboral.

Espacio Vacío era, ayer por la mañana, un lugar lleno de vida. Los vecinos acudieron al local deseosos de ver y oir al guitarrista, mientras que sus compañeros intentaban colocarse para un ensayo improvisado.

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El músico flamenco estaba exultante ante el reto. "Me siento muy bien. Aunque no tanto por el madrugón. Llevo levantado desde las seis de la mañana", dijo Amador, satisfecho ante lo novedoso de la convocatoria. Llegó al local con antelación para preparar su actuación, un concierto muy especial que incluyó temas como Medio hombre, medio guitarra (que da nombre a su último trabajo), Hoy no estoy para nadie, Camarón, A gustito, Candela... Su guitarra, con la que mostró su virtuosismo, sus quejíos y sus movimientos dieron vigor al público, que abarrotaba el local de danza.

Los trabajadores de los corralones coincidían en su devoción por Amador. Mientras el artista flamenco se movía en el improvisado escenario pleno de energía, el público -incluidos hijos y familiares de los artesanos- recibía cualquiera de sus movimientos entre aplausos y saltos.

El músico Alejandro Domínguez, que tiene un lugar de ensayo en los corralones, no quiso perderse la actuación. "Me gusta mucho Raimundo porque es muy original tocando. Me gusta desde hace muchísimos años. Toco la guitarra y lo tengo un poco como referente", afirmó Domínguez.

José Luis Porcar, propietario de un taller de ediciones de grabados y xerigrafía artística, fue otro de los que no pestañeó en el concierto. "Me entusiasma Raimundo, la música que hace y la música en general. En concreto, de Amador me gusta la fusión que hizo cuando estaba en Pata Negra", aseveró Porcar.

Matías Sánchez y Cristina Lama, pintores de los corralones, también estaban en Espacio Vacío. "Sigo a Raimundo Amador desde toda la vida porque he echado los dientes con Pata Negra", confesó Sánchez. Y Lama también mostró su pasión hacia el artista "porque ha innovado en el flamenco y se ha atrevido con la fusión".

David Gutiérrez, director de la compañía B612 y que gestiona Espacio Vacío junto a su mujer, Alexandra Prada, estaba satisfecho de que la petición de los artesanos de los corralones pudiera llevarse adelante en su local. "Me lo traen a casa y ¿no lo voy a escuchar?", afirmaba ayer con una gran sonrisa.

Un lugar de trabajo del centro de Sevilla se convirtió en un enclave donde el arte flamenco alzó su enseña. En los Corralones del Pelícano flamenco y trabajo quedaron unidos para siempre. Raimundo Amador lo consiguió a petición de un grupo de artesanos. Y la fiesta fue total.

Raimundo Amador, en un momento de su actuación en Espacio Vacío, en los Corralones del Pelícano (Sevilla).
Raimundo Amador, en un momento de su actuación en Espacio Vacío, en los Corralones del Pelícano (Sevilla).PACO PUENTES

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