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Desde la banda

El candidato socialista por Valencia, Josep Moreno, analiza día a día la batalla de los partidos con vistas al 22-M.

Josep Moreno

En 1998 y después de una breve etapa como periodista abandona sus estudios de Derechos para dedicarse al asesoramiento en comunicación pública e institucional. Moreno (Riola, 1969) ha dirigido diversos proyectos y planes de comunicación para partidos políticos, instituciones públicas y empresas privadas. En este último sector se ha especializado en el campo de la aplicación de los estudios demoscópicos al diseño de estrategias de comunicación. Entre el año 2000 y el 2007 ocupó la dirección del departamento de comunicación del Ayuntamiento de Alaquàs y, posteriormente, fue nombrado jefe de gabienete de la misma institución hasta septiembre de 2008. Desde febrero de 2009 es el jefe de gabinete del secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte.

Francisco Burns

9 de mayo. A los que me conocen, no les extrañará que les diga que ayer decidí acudir al mitin de Castellón conduciendo mi motocicleta. Me dirigía hacia la salida norte de la ciudad, cuando al emerger de un túnel apareció súbitamente ante mis ojos, anclada en el ajardinado perímetro de una rotonda, la valla del imputado Camps. ¡Santa María la Mayor, patrona de Riola y Roma! ¿La han visto? !Pero si es el Sr. Burns! ¿Qué han bebido los 110 talibanes que le asesoran para obviar el evidente parecido con el malvado jefe de Homer Simpson? Y sobre todo... ¿qué significa ese eslogan, "Centrado en ti"? Perdona... ¿encima me amenazas? Con sus ojos clavados en mi nuca aceleré, pero sin conseguir alejar aquella imagen de mi, ya por de si, atormentada mente. Se me ocurrió cambiar de sentido, parar el tráfico y advertir, especialmente a los monovolúmenes cargados de niños que se dirigían a la fatídica rotonda, que subieran las cortinillas o cubriesen las ventanas con los parasoles de Bob Esponja para evitar a los menores la visión de aquel sujeto amenazante capaz de tirar por tierra horas y horas de terapia del Dr Estivill. No pude. Al llegar a Castellón discutí con mi amigo Víctor Sahuquillo sobre la conveniencia de ceder todos nuestros espacios electorales al Partido Popular si se comprometían por escrito a ocuparlas con esa catedral del contrasentido que es ver "Camps" y "centrado" en una misma valla. Ya sé que Víctor, que es un tipo sensato, no me hará caso. Pero al volver a Valencia y reencontrarme de nuevo con aquella funesta efigie entendí que con todo, lo más siniestro de la valla es su sardónica sonrisa. ¿De que se ríe este hombre?, pensé. Entonces recordé lo que un día me contestó un amigo al responder a la misma pregunta: Camps no se ríe, es que llora así.

Abuelito, dime tú.....

Llámalo Camps

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7 de mayo. Alarte ganó el debate. Y no lo digo movido por la ceguera de amor masoca que demasiado a menudo nubla el juicio de los asesores políticos. Mi afirmación se sostiene en un dato empírico e irrefutable: Los informativos del canal 9 no han dedicado ni un minuto a lo acontecido la noche anterior en su plató numero 1. Si existiese la mas remota posibilidad de reinterpretar lo sucedido la noche del viernes en una clave positiva para el imputado Camps o destructiva para el candidato Alarte, no duden que los informativos de la televisión pública valenciana hubieran relegado su habitual noticia de portada en plan “es cull a Benifassell de la Marxeta la carabassa més gran de la Comunitat", por un apasionado relato del triunfo de Camps en el debate, lleno de esa épica palletera que tanto excita al President. Pero la verdad fue otra y la noche anterior se vio en televisión un Camps más preocupado por que la otra correa, la que le sujetaba los pantalones a la altura de las amígdalas no fuese la involuntaria protagonista del debate. Se vio un Camps desnortado en su discurso de cartón piedra que ni él se traga. Le acompañó durante toda la velada una bolsa de papel junto al atril, seguramente cargada con la munición preparada por los 110 propagandistas que según cuentan tiene a sueldo en su palau. La noche terminó sin que se inclinara para desvelar el misterio del contenido de la dichosa bolsa, bien porque le faltó el valor necesario para echar mano de la metralla, o porque no se sintió el "poc honorable" en condiciones de forzar la columna vertebral de su discurso después de tanto sopapo recibido a lo largo del debate. En justicia, no lo tuvo fácil el candidato del PP. Cuando tu solo nombre es el mejor argumento para desacreditar tu discurso resulta difícil expresarse con convicción. Bastó con que Alarte recordara a la audiencia que quien hablaría a continuación era el mismo que negó conocer al Bigotes. Bastó con que les recordara que el último en hablar se llamaba Camps.

Jaraba en la portería

6 de mayo. Como aquellas viudas de la gloriosa cruzada a las que el régimen franquista indemnizó con una conserjería desde donde dar rienda suelta a su resentimiento y habilidades delatoras, Jaraba ha sido obsequiado con la portería de Canal 9 por los servicios prestados al régimen de Camps. Vigila con celo la puerta del edificio mientras tararea coplas de taberna marcando el ritmo con el palo de la fregona que "Peter" le dejó en herencia. Apoyado en el quicio del portal, decide quién pasa y quién no al lustroso edificio que custodia. Así, las puertas que un día se abrieron para que Correa pudiera “sonorizar” la palabra del Santo Padre y que vieron pasar al Bigotes embelesado tras las esferas infinitas de su mama chicho; la reja que cruzó Pedro García al partir camino de Marraquech; las mismas puertas que, día tras día, cruza ufano el imputado Sanz dejando a su paso un reguero de asco, esas mismas puertas ayer se cerraron de nuevo para impedir el paso a Marga Sanz, como ya lo hicieron antes para Carmen Ninet y Mònica Oltra. Se acerca la hora de comer en la portería, y mientras Jaraba cocina a fuego lento el puchero del mediodía canturrea, alegre, "La bien pagá".

A medida de Nerón

5 de mayo. A medida, como los trajes. Ese es el debate que se ha diseñado Camps en Canal 9 para esta noche. A medida, con un moderador -vamos a ser elegantes- poco imparcial y la campaña apenas estrenada. Lo de Carrau, en fin, no esperaba menos, pero la cuestión realmente inquietante es por qué Camps y su equipo quieren un debate tan prematuro. ¿Para volver a hablar cuanto antes para sí mismo y que el día 22 ya nadie se acuerde de la farsa? La respuesta, la de verdad, es que saben que el segundo día será peor que el primero, y el tercero, peor que el segundo. Saben que quince días de campaña dan para mucho y que en su caso no hay margen para nada bueno: nuevas imputaciones, la confirmación de la quiebra que se vislumbra en el horizonte, o el Cobrador del Frac acampado a las puertas del Palau son amenazas reales que condicionan sus decisiones porque saben que pueden hacer más interesante y abierto tanto el debate, como el resultado de las elecciones. Ganar tiempo para evitar dar la cara en medio del temporal y para recuperarse del daño provocado por la irreprimible tendencia de Camps al ridículo son las razones por las que hurtan a valencianos y valencianas un debate genuino. Las mismas que rigen su actuación desde hace ya tiempo: seguir tocando la lira mientras Roma se incendia.

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