La guerra de las sillas, ahora en Vigo
Abel Caballero organiza una subasta pública de los muebles que Corina Porro, candidata del PP, compró para su despacho cuando era alcaldesa
Los vigueses asisten desde hace meses a una absurda guerra electoral alentada por el alcalde socialista, Abel Caballero, a la que con mucho gusto se ha entregado el PP, que presenta como aspirante a Corina Porro, presidenta de la Autoridad Portuaria. El último capítulo del folletín dio ayer un giro al más puro estilo de la revista satírica El Jueves. En la línea de la campaña que lanzó a Alberto Núñez Feijóo al triunfo electoral, los socialistas anunciaron ayer una subasta de mobiliario en el antiguo rectorado, que fue remodelado como sede institucional en el mandato de Porro, para aflorar "el despilfarro", de la exalcaldesa. Se gastó 377.000 euros en muebles.
Han pasado varios años desde aquello, pero el concejal socialista Carlos López Font, que se presentó ante la prensa rodeado por cinco miembros del equipo de Caballero, ha redescubierto que "fue un dispendio innecesario", y por eso "se va a subastar todo lo que hay". Para demostrarlo, colgaron etiquetas de precios en sillas, mesas y alfombras. Con trampa, porque los importes que reflejan son los que suman todas las sillas, las mesas y las alfombras de todo el edificio. "Con lo que se gastó aquí se pueden comprar tres viviendas sociales", insistió, pero no aclaró si los precios de salida de la subasta serán "de derribo", con la consiguiente pérdida para las arcas municipales. La inspiración de la campaña hay que buscarla cerca, en las elecciones autonómicas. Feijóo hizo lo mismo al airear que Touriño había encargado sillas por cerca de 2.000 euros para su despacho.
El PP vigués no se quedó corto en la réplica. "Trataron de englobarlo todo en un precio final que obedece a la totalidad de la rehabilitación, las reformas y el acondicionamiento de más de 2.750 metros cuadrados de superficie", arranca el comunicado que envió el partido. "Han conseguido lo contrario. Porque rehabilitar un edificio tan emblemático por tan solo 377.636 euros, comprenderán ustedes que nos sitúa ante una gran gestora que ha practicado la austeridad productiva".
Además de acuñar un nuevo término económico (mezcla de inversión productiva y austeridad), la formación admite que lo que hace es "no entrar en el juego sucio de calumnias, medias verdades y mentiras que sabemos que va a practicar el candidato socialista a la alcaldía de Vigo". Pero acto seguido se corrigen a sí mismos. "Y, si lo hacemos, es simplemente por respeto a los vigueses que, al menos por parte del PP, se merecen saber la verdad". Y ahí van unas pinceladas de esa verdad: "Muchos de los muebles que ahora aparecen como por obra de magia en el montaje de la foto, han estado durante todo el mandato prestando servicios en la Alcaldía. ¡Qué hipocresía!". En resumen, para el PP, el gasto es una incuestionable muestra de gestión. Y le pregunta a los ciudadanos: "¿Les parece escandalosa la inversión?". La respuesta, el próximo 22 de mayo en sus pantallas.
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