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Ryanair amaga con dejar L'Altet por tasas que paga en otros sitios

AENA fija un canon de 32 céntimos por pasajero por las nuevas pasarelas

La compañía aérea de bajo coste Ryanair está dispuesta a prescindir, una vez finalizado el verano, a partir de octubre del 80% de las operaciones que realiza en el aeropuerto de L'Altet si AENA le obliga a utilizar las "pasarelas telescópicas" de la nueva terminal alicantina, ya que supondrá "pagar dos millones de euros extra cada año" e "impedirá cumplir con el tiempo de escala de 25 minutos establecidos por la compañía".

El presidente de la compañía, Michael O'Leary, lanzó ayer esta amenaza en un desayuno de trabajo en Alicante con los periodistas. "AENA inaugura en Alicante una terminal que no era necesaria, y para pagarla espera que aerolíneas eficientes como Ryanair usen las pasarelas", dijo O'Leary, que denunció el "comportamiento abusivo" de AENA, porque "ha obligado a la compañía a usar la nueva terminal".

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El ente aeroportuario público replicó horas después a través de un comunicado y recordó que Ryanair está "obligada a cumplir" con los procedimientos operativos para el embarque y desembarque de pasajeros, y la misma compañía usa, sin problemas y pagando, las pasarelas de Barcelona, Barajas o Gran Canaria y cifró el uso de esta infraestructura por pasajero en 32 céntimos de euro, un 11% menos que el año pasado. "La utilización de las pasarelas telescópicas es fundamental para garantizar, no solo la calidad, sino la seguridad", indicó AENA que ha ofrecido a Ryanair, al igual que al resto de compañías, la posibilidad de usar otras alternativas y llevar a los pasajeros en autobús. Ryanair lo ha rechazado.

AENA aseguró que los costes medios de escala en el aeropuerto de Alicante son un 55% más baratos que en otros aeródromos europeos similares, y más baratos que otros internacionales como El Cairo, Túnez o Estambul. L'Altet asegura que Alicante es "un destino muy demandado y con un aeropuerto de calidad y tasas competitivas".

La compañía irlandesa cifró en unos 2.500 puestos de trabajo los que se perderían, ya que pasarían de 11 aviones con base en Alicante a solo dos. Y, además, las rutas pasarían de 62 a 31; las frecuencias semanales de 600 a 200; y sus cuatro millones de pasajeros anuales a poco menos de 1,5 millones.

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