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Aernnova y Abu Dabi ultiman una alianza industrial para ganar potencial

La sede social y el centro de decisión de la aeronaútica seguirán en Euskadi

Pedro Gorospe

Las razones de los responsables de los Emiratos Árabes Unidos para visitar Euskadi están creciendo día a día. El presidente de Mubadala, la sociedad inversora de Abu Dabi, Khaldoon Khalifa Al Mubarack, accedió el pasado enero, invitado por el lehendakari, Patxi López, a visitar la comunidad autónoma. En principio, iba a ser en abril, aprovechando la inauguración de la planta de Torresol, construida por Sener y Masdar -un fondo de Mubadala-, en Sevilla. Ahora es posible que adelante el viaje.

La aeronaútica Aernnova y el brazo inversor de Abu Dabi, van a formar una alianza estratégica que va a dar a la sociedad -cuyo socio financiero es todavía Caja Castilla-La Mancha- nuevo impulso y músculo suficiente como para acceder a contratos mucho mayores.

El mundo de la aeronáutica requiere de mucha financiación hasta que los contratos de suministro empiezan a generar recursos. Precisamente lo que ahora los bancos y cajas no están dispuestos a ofrecer. Mubadala sería un socio financiero con unos recursos limitados, pero inmensamente mayores de los que puede ofrecer hoy en día el sector financiero español.

La empresa vasca declinó ayer hacer pública una nota para explicar o desmentir estos movimientos societarios. Sin embargo, fuentes cercanas a la operación estiman que la alianza está prácticamente ultimada y que fruto de ella Aernnova será una empresa más fuerte y con más capacidad, pero sin mover ni el centro de decisión ni la sede social, que seguiría en Vitoria. Aernnova asumió ese compromiso histórico con el Gobierno vasco en tiempos de Gamesa por las ayudas recibidas entonces por el ejecutivo, y es una herencia "que se va a respetar", indicaron fuentes conocedoras de la operación.

Para Mubadala, Aernnova es una realidad atractiva. Recientemente recibió un nuevo espaldarazo oficial cuando la Comisión Europea autorizó a España a concederle un préstamo reembolsable sin intereses de 129 millones de euros, lo que supone una subvención de 37,5 millones en intereses no pagados. Con esa inyección iban a empezar a preparar la fabricación de la próxima generación de alerones de cola horizontales del futuro Airbus A350 XWB, la mayor parte construido en fibra de carbono. "Tenemos que ser capaces de seducir al inversor" indicó el pasado enero el lehendakari en Abu Dabi. En aquel viaje también visitó el emirato el presidente de Aernnova, Iñaki López Gandasegui aunque mantuvo total discreción sobre sus gestiones. Aernnova dispone de contratos en firme con Airbus, para la fabricación de A350 por valor de 3.000 millones. Si ahora ya es mayor que sus competidoras Alestis Aerospace y Aciturri tras la alianza con Mubadala va a dar un salto hacia adelante. Alestis, controlada por la Junta de Andalucía, y presidida por Gaizka Grajales, dispone de contratos por 1.000 millones y 1.700 empleados. En 2010 manejó la previsión de 100 millones de ventas. Aciturri, presidida por Gines Clemente, tiene 1.600 millones en contratos y en 2009 facturó 84 millones.

La empresa

Aernnova, capitaneada por Juan Ignacio López Gandasegui, tiene varios contratos con las principales empresas del sector. Se encargará de fabricar el estabilizador horizontal y el elevador del A 350, un contrato de 3.000 millones en 30 años. Aernnova se escindió de Gamesa para especializarse. Una apuesta de Gandasegui que respaldó con sus bienes personales. Ha conseguido armar una firma con más de 3.500 empleados y una facturación que en en el difícil ejercicio de 2009 ascendió a 378 millones de euros.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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