"No aguanto que me toquen los huevos"
Tras triunfar a base de mofarse de la civilización en La hora chanante, Muchachada nui y Museo Coconut, el humorista manchego incurre en el mercado editorial con Ellos mismos (Mondadori), un repaso a sus tiras caricaturescas sobre famosos. Ante tamaña desfachatez, le sometemos a una entrevista subida de tono.
EP3. ¿Por cuánto piensa seguir engañando al mundo con sus chorradas?
Joaquín Reyes. Eso mismo pienso yo. Pero date cuenta de que casi todo lo que he hecho ha sido por encargo.
EP3. ¿Es de los que mira sus propias cagarrutas cuando va al baño?
J. R. Claro. Y a veces no solo miro, sino que me llena una sensación de orgullo.
EP3. ¿Sonríe por igual a quien le critica para mal?
J. R. Soy de los que prefieren que a la cara no les digan nada. Las críticas las prefiero un poco por detrás.
EP3. Y cuando trata de poner buena cara, ¿cuánto tiempo tarda en convertirse en una mueca grotesca?
J. R. No aguanto mucho que me toquen los huevos. La urbanidad es no decir lo que piensas. Cuando me pasa con desconocidos, yo les dejo hablando con mi cogote.
EP3. ¿Es cierto que tiene sueños eróticos con Michael Jackson?
J. R. No, pero a mí que me invitara a la noria, viéramos una peli y durmiéramos luego juntos me parece un buen plan.
EP3. ¿Y que Sarah Palin le pone un poco?
J. R. Sí, porque es como la maestra mala. Sustituye en algunos aspectos a Condoleezza Rice con ese aire de "este mundo necesita unos azotes y yo tengo la mano bien dispuesta". Tiene esa belleza de los colonos: rotunda y decidida a conquistar.
EP3. ¿Cuáles son los efectos de consumir el ¡Hola! y el Marca con igual pulsión?
J. R. Para mí, el ¡Hola! es un manantial, como apoyar la nariz en un escaparate y ver cosas que nunca tendrás. Yo lo compro. El Marca solo lo ojeo.
EP3. ¿Qué le ha hecho el bigote de Aznar?
J. R. Personalmente, nada. Pero es un fenómeno como el deshielo del glaciar Perito Moreno. Tiene las cejas y el pelo negro como ala de cuervo. Sin embargo, el bigote es como una sombra, parece que está desapareciendo. Y me inquieta, porque pierdo como un referente.
EP3. Si precisara un cambio urgente de identidad, ¿con qué cara le gustaría volver del quirófano?
J. R. Con la de Borja Thyssen. La suya no es una belleza contemporánea, es rococó.
EP3. ¿Qué pondrá en su tumba?
J. R. "Nunca tanto con tan poco".
EP3. Llegados a este punto, no le costará confesarnos su mayor extravagancia...
J. R. Cuando estudié Bellas Artes, un compañero mío de piso plantó patas de pollo en una maceta. Fue una imagen tan surreal que me gustaría que se me hubiera ocurrido a mí. Yo lo que hago es copiar, acordarme de cosas que hicieron o dijeron otros. En el fondo, el humor está en la memoria.
EP3. Y el negocio, en evitar que nadie venga a pedirle royalties...
J. R. Por fortuna, no vivimos en los Estados Unidos de América.
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