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Reportaje:

Guerra de fronteras en Arousa

La iluminación de un puente y el pago de los destrozos en un cruceiro desatan un conflicto de lindes entre los ayuntamientos de A Illa, Vilanova y Vilagarcía

Son fronteras imaginarias, transitadas o habitadas por los lugareños que en ocasiones ni siquiera saben el terreno que pisan. Pero la chispa puede saltar entre los alcaldes cuando está en juego el dinero de las arcas municipales y hay que consultar los legajos que dan fe de los límites territoriales. Es lo que está pasando entre Vilagarcía y Vilanova de Arousa por culpa de un centenario cruceiro que sufrió la embestida de un camión y que tiene que ser reparado por uno de los dos ayuntamientos.

El deslinde entre los dos municipios en la zona donde está el cruceiro dañado fue aprobado en 2002, cuando Vilagarcía y Vilanova iniciaron un litigio para delimitar sus propiedades en la zona de O Rial, las tierras del pazo que lleva su nombre y que pertenecieron al marquesado de Rubianes. El cruceiro en cuestión, que no tiene cruz sino una imagen de la Virgen de la Soledad, forma parte de la historia cultural y literaria a la que hizo referencia el escritor vilanovés Ramón María de Valle-Inclán en alguna de sus obras.

Vilanova cobrará a Vilagarcía el arreglo de la cruz si está en su territorio
El alumbrado del viaducto a A Illa lo tienen que pagar entre dos municipios

Aunque en un principio se entiende que el cruceiro está en territorio de Vilagarcía, el alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán (PP), se adelantó a los acontecimientos y mandó reparar la pieza después de no recibir respuesta, dijo, por parte de la regidora de Vilagarcía, Dolores García (PSOE). Su intención, aclaró, "no fue, en ningún momento, provocar un litigio". La frontera entre los dos ayuntamientos se encuentra en una plaza en cuyo centro se levanta el cruceiro y en la que conviven los vecinos de dos parroquias: una pertenece a Vilagarcía y la otra a Vilanova.

Mientras los canteros reparan el monolito, Durán ya ha anunciado que visitará la zona con los técnicos municipales para, en presencia de los vecinos, verificar con sus propias manos que el cordel de medir dice la verdad y que el venerado cruceiro se encuentra en terrenos del ayuntamiento vecino, todo con el fin de pasarle a Vilagarcía la factura de las reparaciones. Durán aclara que, al margen de los documentos oficiales, "para los lugareños este monumento siempre ha pertenecido a Vilanova".

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El otro punto de conflicto se sitúa en el puente de A Illa de Arousa. Aquí, el límite de la propiedad que corresponde a Vilanova se sitúa en el centro geométrico del viaducto que une ambos ayuntamientos, según el deslinde que fue ratificado en 2005 mediante decreto de la Xunta, aunque la independencia de los isleños se declaró el 1 de enero de 1997. Esta frontera territorial parte también en dos los recibos de la electricidad por la iluminación del puente que les toca abonar a partes iguales a los dos municipios.

Cuando se cumplen 25 años desde su construcción, se están acometiendo obras de ampliación para carril bici y refuerzo de sus pilares, una remodelación que está previsto que remate el mes que viene. Las reformas también afectan al alumbrado del viaducto y hace varias semanas se hizo una prueba que demostró que todas las farolas funcionan correctamente. Sin embargo, el lunes de la semana pasada el puente anocheció solo con la mitad del nuevo alumbrado encendido, en la parte que le pertenece a los isleños, mientras que el tramo que le corresponde iluminar a Vilanova permanecía a oscuras.

Las quejas de los vecinos que atraviesan a diario por estos dos kilómetros de pasarela sobre el mar no se hicieron esperar. Incluso alguna asociación exigió la reposición del alumbrado, alegando que se trataba de una cuestión que va más allá de las meras competencias entre ayuntamientos, pues se estaba poniendo en peligro la seguridad vial de peatones y conductores. Después del rifirrafe entre ambos regidores, el popular Gonzalo Durán ha culpado de la situación a la empresa adjudicataria, que aún no ha entregado las obras, y que fue la que cortó el alumbrado público para ejecutarlas, zanjando así las polémicas con el socialista José Manuel Vázquez, que hizo responsable a su vecino de no conectar la electricidad.

Durán esgrimió como prueba los recibos que paga el ayuntamiento, que están al día, y se defendió: "Quien corta la luz es responsable de volver a darla, porque nunca hemos dado de baja el contador que controla el suministro de energía en el puente". La empresa encargada de la iluminación, Compañía de Electrificación, SL, dice, sin embargo, que en ningún momento se interrumpió el servicio y que la solución está en apretar un botón, aunque ignoran por qué no se hizo. Por fin, el martes alguien le dio al interruptor y el puente dejó de estar a media luz.

Viaducto entre A Illa y Vilanova de Arousa, con el alumbrado apagado en la mitad que le corresponde encender a este último municipio.
Viaducto entre A Illa y Vilanova de Arousa, con el alumbrado apagado en la mitad que le corresponde encender a este último municipio.C. PUGA

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