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Pilotos iraníes perdidos en Sabadell

La escuela Top Fly deja en tierra a 70 aspirantes a comandante - Siete de los afectados proceden del país asiático - El curso vale entre 60.000 y 90.000 euros

"Están deprimidos. Están cualificados para ser pilotos, pero los han dejado tirados y se sienten abandonados y perdidos". Así define Parbioz, representante de los jóvenes, la desolación que sienten siete alumnos iraníes que llegaron hace un mes a Sabadell para realizar un curso de piloto de aviación. Pero la escuela Top Fly, que tiene su sede en el aeropuerto de la ciudad -y cobra de 60.000 a 90.000 euros por alumno, según quiera ser piloto de helicóptero o de avión comercial-, vive una grave crisis económica y hace cuatro meses que dejó de pagar las nóminas a sus empleados. Estos, que en parte son los profesores de los futuros pilotos, llevan dos semanas encerrados en la escuela y no imparten las clases. En total, la empresa debe a sus 42 empleados más de 400.000 euros.

El portavoz de los alumnos dice que se sienten "abandonados"

Parbioz, también de origen iraní, es agente internacional de Top Fly en Oriente Próximo y se siente responsable del grupo ya que su trabajo consiste en buscar en Irán estudiantes que quieran sacarse el título de piloto en Sabadell.

Jordi Mateu, instructor de vuelo en Top Fly, apunta que las clases no solo se han suspendido por la huelga, sino por el problema de seguridad que estaba provocando la falta de recursos económicos. "No se compran recambios ni se hace el mantenimiento de las aeronaves. No podemos poner en vuelo un avión que no está en plenas condiciones", afirma.

Empresa y plantilla se han reunido repetidamente desde que empezaron los retrasos en el pago del salario, pero todavía no ha habido ningún acuerdo. Los trabajadores reclaman que se les pague una nómina de forma inmediata, y el resto, en el plazo de un mes.

Mientras tanto, los trabajadores se turnan para concentrarse cada día ante la escuela Top Fly. Una veintena de ellos se sientan pacientemente en los bancos y esperan. De vez en cuando, algunos alumnos se suman a ellos para charlar sobre un problema que también les afecta. Y es que la mala situación económica de la empresa y la huelga están dejando en tierra a un total de 70 alumnos.

Entre ellos, el grupo de iraníes que llegaron hace un mes con la promesa de que se convertirían en pilotos en 14 meses. Tuvieron que pagar casi la mitad del curso por anticipado hace tres meses. El agente comercial Parbioz se queja de que los alumnos se están pagando de su bolsillo el alojamiento en un hotel, cuando el importe del curso incluye la estancia y los traslados. "Los alumnos han pagado por un servicio que Top Fly no les está dando y ese dinero ha desaparecido. Además los han dejado abandonados, la empresa no nos coge el teléfono, así que nadie les dice cuándo van a poder empezar las clases y, aún peor, si lo podrán hacer", lamenta el agente.

El sindicato CC OO denuncia "mala gestión" y no entiende cómo ha llegado a esta situación una empresa que consiguió una buena posición en el mercado internacional al firmar contratos para formar pilotos de China, Vietnam e Irán. De hecho, en 2006 la escuela dio clases a 130 alumnos chinos en la base operativa que tenía en Huesca. Pero hubo problemas de entendimiento con los clientes orientales y la operación acabó con un impago de los chinos por valor de medio millón de euros que tuvo que asumir la escuela, según el sindicato.

En 2009, el fondo de inversión holandés Southern Cross Capital compró el 94% de Top Fly a sus dueños y la escuela entró en caída libre. De los 130 trabajadores que había hace un año y medio, se ha pasado a los 42 actuales. Además Top Fly cerró la base en Huesca la pasada semana y acaba de presentar un expediente de regulación de empleo temporal que afectará a toda la plantilla y que supondrá que, de cada seis meses, trabajarán cuatro y estarán dos en el paro.

El administrador de Top Fly, José Azemar -nombrado el pasado septiembre, después que los directivos de la empresa abandonaran en pleno el consejo de administración- defiende que "tiene planes de futuro" para la escuela. Azemar no detalla cuándo podrán cobrar los trabajadores y asegura estar trabajando para que las clases continúen.

Pero los argumentos no tranquilizan a los alumnos. "No nos creemos nada, porque nos han prometido muchas cosas", se queja Parbioz, que lamenta el cambio de rumbo de la empresa y sospecha que el equipo actual quiere cerrar las puertas. "La gente con la que hablamos ahora son liquidadores, son un equipo exterior que ha venido a pegar un tiro a la cabeza de Top Fly", remacha.

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