La difícil venta del Córdoba CF
El club se mantiene a la espera de un comprador por la crisis de Prasa
"Atención compradores, el Córdoba CF está en venta. Club de segunda división, con más de 8 millones de euros de deuda viva, ubicado en una ciudad mediana de unos 300.000 habitantes. Su último partido, el sábado pasado, lo ganó 2 a 0 frente al Salamanca. Se encuentra en la zona media de la tabla. Oportunidad de negocio. Interesados, diríjanse a las oficinas del club".
Si los equipos de fútbol se vendiesen en la sección de clasificados de los periódicos, algo así podría leerse en relación al Córdoba. La entidad se encuentra, desde hace seis meses, en una situación de interinidad a causa de la delicada situación económica que vive su actual dueña, la constructora nacional, pero de base local, Prasa.
En el último mes se han anunciado dos acuerdos para vender la entidad
El equipo necesita tres millones de euros para acabar la temporada
Al Córdoba no le han faltado pretendientes que se le arrimen para tantear las posibilidades. El presidente, José Miguel Salinas, histórico socialista, reconoce que han recibido siete peticiones más o menos concretas, interesándose por el libro de ventas. En este documento aparece la actual situación de la Sociedad Anónima Deportiva, con los balances económicos de la entidad, la deuda, las proyecciones de negocio en Segunda División (y en Primera, si subiese) y las distintas auditorías que controlan las cuentas. "Estamos seguros de que es un producto muy atractivo, porque no requiere de una gran inversión inicial y las posibilidades futuras son muchas", aprecia el todavía presidente del club.
A los posibles compradores se les exige que abonen los tres millones de euros que el Córdoba necesita para llegar al final de la temporada el 30 de junio. "El resto de la deuda, unos cinco millones, podría ser fraccionada sin demasiados problemas", defiende Salinas. "La idea de Prasa", explica el presidente del equipo, "es garantizar la estabilidad hasta que termine la Liga y se facilite de esta manera la preparación de un proyecto de futuro para el club". Parece que los dirigentes de la constructora quieren andar con cuidado a la hora de vender el club para no soltárselo a cualquier especulador, de ahí la exigencia del primer pago.
Pero todavía nadie ha pagado por hacerse con el club. Y eso que en el último mes se han llegado a ofrecer dos ruedas de prensa que parecían dejar claro que el equipo pasaba a nuevas manos. Eso sí, en ambas ocasiones con novios distintos. Justo antes de Navidad el club anunció que vendía todas las acciones de Prasa (mayoritaria) a una firma relacionada, supuestamente, con los representantes empresariales dueños del club italiano del Catania. Pero los sicilianos dieron inmediatamente un paso atrás por razones en las que Salinas no ahonda.
Tras ellos apareció un segundo comprador, el empresario Víctor de Aldama, quien ya había intentado hacerse con el club hace unos años. Aldama es presidente de un grupo llamado Signum que, según explica Salinas, tiene relaciones con negocios petroleros en Ecuador, Nigeria y Guinea. Con él se protagonizó la segunda rueda de prensa el 12 de enero. Llegó a firmarse una escritura pública de compraventa ante notario, pero siempre a la espera de que el comprador depositase en la cuenta bancaria los tres millones de euros. Aunque el dinero nunca llegó. Y los plazos que se marcaban en el contrato ya se han cumplido. No obstante, el club todavía no ha ejecutado su derecho a romper el compromiso y Salinas confía en que esta misma semana Signum ingrese de una vez la cantidad exigida y finalice este trance.
Con semejante culebrón, los medios de comunicación deportivos locales especulan acerca de un Plan C. Un presunto inversor árabe estaría interesado en la compra del club. José Miguel Salinas reconoce que ha habido al menos cuatro representantes distintos de grupos entre los siete posibles compradores que se han acercado a los dirigentes del Córdoba. "Pero formalmente, yo no me he reunido todavía con ningún árabe acerca de este tema", dice el presidente.
Mientras tanto, el club sigue estando controlado por Prasa, pero fuentes cercanas reconocen que difícilmente podría hacerse cargo económicamente del proyecto hasta el final de la temporada. Por eso, la venta de la sociedad y el depósito de tres millones son tan necesarios para llegar al verano y al final de la temporada sin más sobresaltos económicos.
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