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Reportaje:Empresas & sectores

Aluvión de desinversiones

Las cotizadas han vendido activos por valor de 22.773 millones en el último año

David Fernández

La crisis de liquidez y las dificultades para acceder a financiación, tanto bancaria como en los mercados de capitales, está llevando a muchas empresas españolas a recurrir a las desinversiones con un doble objetivo: reducir su endeudamiento y mantener sus cuentas de resultados con niveles adecuados de beneficios. En concreto, en los últimos 12 meses las principales empresas españolas han vendido activos por valor de 22.773 millones de euros, según datos registrados en la CNMV y recopilados por este periódico (ver cuadro).

"Hay que analizar caso por caso, porque algunas desinversiones se ha debido a ventas de participaciones antiguas por un cambio en la estrategia de la compañía. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las operaciones se han realizado por parte de empresas muy endeudadas para hacer caja en un entorno donde la financiación es mucho más cara y difícil", señala Victoria Torre, responsable de análisis de Self Bank.

Las participadas de bancos y cajas se sitúan ahora en el punto de mira

Esta experta considera que las desinversiones continuarán en los próximos meses, "sobre todo mientras dure la crisis de deuda soberana", aunque cree que lo harán "con menor intensidad". "Es cierto que no es el mejor momento para vender activos y en algunos casos las operaciones se saldan con minusvalías, pero a veces no queda más remedio", reconoce Torre.

José Luis Barrera, director de análisis de Banesto Bolsa, recuerda que los procesos de desapalancamiento suelen durar entre tres y cuatro años y, por tanto, "aún no estamos en la fase final de las desinversiones". ¿Hasta qué punto es bueno para los accionistas estas ventas? "Depende del activo que se venda y al precio al que se haga. En determinados casos se ha enajenado aquello más valioso. Cualquier desinversión tiene un efecto beneficioso a corto plazo, porque relaja la presión de la deuda, y malo a medio plazo porque limita las posibilidades de crecimiento. Sin embargo, hoy en día el mercado reconoce que es sinónimo de una gestión responsable sanear los balances con desinversiones", añade Barrera.

Los sectores donde más movimientos se están produciendo son el energético y el de la construcción. Se trata de dos de las áreas con mayor apalancamiento, aunque buena parte de sus enajenaciones también tienen como objetivo contar con financiación para seguir invirtiendo y rotar su cartera de activos, e incluso algunas han sido impuestas por motivos de competencia.

Uno de los casos más significativos es del de Repsol YPF. La petrolera ha vendido el 40% de su filial brasileña a la compañía china Sinopec por 3.757 millones de dólares; el 3,3% de YPF (más un compromiso adicional del 1,63%) a dos fondos; el 30% de Refap a Petrobras por 258 millones; el 15% de la sociedad Bahía de Bizkaia Gas a Enagás; y el 5% de CLH a

BBK.

Dentro del negocio energético, también han protagonizado desinversiones compañías como

Iberdrola (activos en transporte de gas, participaciones en empresas en EE UU, participaciones en Guatemala y acciones en la portuguesa EDP),

Gas Natural Fenosa (Gas Aragón, Ciclo Combinado, generación eléctrica en México y activos de gas en Madrid) y Endesa (activos de gas, Endesa Hellas, redes eléctricas).

Entre las constructoras, una de las empresas más activas está siendo Ferrovial. La empresa controlada por la familia Del Pino ha acelerado sus desinversiones para rebajar su apalancamiento y para contar con financiación a la hora de presentarse a los grandes concursos de infraestructuras internacionales. En el último año, a través de la matriz o sus filiales, se ha desprendido de los siguientes activos: el 10% de la autopista 407 ETR, Swissport

el aeropuerto de Nápoles, la autopista Trados 45, Tube Lines, Aiport Property y Amey Ventures. Además, ha iniciado el proceso para una eventual venta del 10% en BAA.

Otra constructora que ha protagonizado importantes desinversiones es ACS. Al mismo tiempo, la empresa presidida por Florentino Pérez está destinando bastantes recursos a reforzarse en el capital de Iberdrola y Hochtief. En concreto, ACS se ha desprendido de sus activos de transmisión eléctrica en Brasil, su negocio de servicios portuarios y parte de su participación en Abertis. Además, la compañía ha iniciado el proceso para vender sus activos en energías renovables.

Esta semana el Gobierno ha elevado el requisito de capital de máxima calidad (core capital) para las entidades financieras, principalmente a las cajas de ahorros. El Ejecutivo examinará en septiembre próximo si cumplen con el nuevo nivel. Una de las formas que tienen las entidades de elevar su core es vender aquellas participaciones industriales que tengan plusvalías. -

Un reguero de compras

El número de operaciones para adquirir activos por parte de las compañías españolas en el último año es inferior a la cifra de desinversiones. Sin embargo, por valor total, el dinero invertido supera al capital captado por las ventas realizadas. La mayor operación de compra ha sido la protagonizada por Telefónica. La operadora ha adquirido la participación de

Portugal Telecom en Vivo por 7.500 millones de euros. Además, en este periodo la teleco también ha cerrado la compra de la alemana Hansenet.

Otra de las adquisiciones de relumbrón en los últimos meses es la compra del banco turco Garanti por el BBVA, en una operación valorada en 4.200 millones. El otro gran banco español, Banco Santander, se ha hecho con la entidad polaca

Zachodni y ha comprado a Bank of America el 25% que aún no tenía en su filial mexicana. En el sector eléctrico Iberdrola ha anunciado recientemente la compra de la brasileña Elektro por 1.776 millones. Otras operaciones relevantes son la compra de Talecris por parte de Grifols (debe de ser aprobada por las autoridades estadounidenses), la adquisición de la australiana Sunrice por Ebro Foods y la absorción de Banco Guipuzcoano por Banco Sabadell. -

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.
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