Culpables sin condena
A pesar de que todos conocemos las causas de esta crisis económica, así como sus culpables por acción u omisión, y de que ya se han hecho todos los análisis posibles y poco o nada se puede aportar, el 27 de enero publicaba EL PAÍS un comentario sobre la conclusión a la que ha llegado la comisión del Congreso de Estados Unidos que estudió los motivos que provocaron el colapso de su sistema bancario que afectó al resto del mundo.
Concluye el informe de la comisión que "pudo evitarse", y atribuye la crisis al apetito desmesurado y avaricia de los bancos por el riesgo y la ineptitud de las agencias de calificación; a los agujeros en la regulación y la actuación laxa de los supervisores, como la Reserva Federal; y a la falta de iniciativa política para exigir responsabilidades a Wall Street. Cuestiona la labor de Alan Greenspan y su sucesor en la FED, Ben Bernanke, y arremete contra los ex presidentes Bill Clinton y George W. Bush por su responsabilidad e inacción.
No son más culpables porque lo digan ellos, aunque la autocrítica nos parezca justa y oportuna. Lo que echamos en falta es que por unas acciones y omisiones de tanta envergadura y de tan desastrosas consecuencias, que han llevado a la ruina y al paro a millones de personas, no se procese a nadie ni haya culpas penales para los autores de tal catástrofe.
En España tampoco hay ningún procesado entre constructores y banqueros, por su avaricia e irresponsabilidad. Como siempre, pagan los inocentes. Los culpables quedan sin condena, ni pública ni moral.