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Crónica:ESPAÑA 24 - DINAMARCA 28 | BALONMANO | Mundial de Suecia
Crónica
Texto informativo con interpretación

España encuentra su límite

El equipo de Rivera se jugará el bronce contra Suecia tras caer ante una gran Dinamarca

España tan solo podrá disputar la medalla de bronce a Suecia, en el Campeonato del Mundo sueco, después de perder anoche frente a Dinamarca. El equipo de Valero Rivera luchó hasta la extenuación, nunca agotó sus fuerzas y se mantuvo en el partido hasta los últimos minutos. Pero los daneses se mostraron como un conjunto más compacto y, con el apoyo de los 4.500 espectadores del pabellón de Kristianstad, se metieron en la final del campeonato con todos los méritos. En el último partido se enfrentarán mañana a la temible Francia en lo que será un duelo entre las dos mejores selecciones del momento.

Valero sorprendió colocando a Hombrados en el equipo inicial. Los jugadores daneses lo celebraron porque ya habían anunciado que su principal temor era encontrarse a Sterbik bajo los palos. Lo cierto es que la defensa en 5-1 no estaba ajustada al principio y eso tampoco ayudó al portero madrileño. Habían transcurrido 15 minutos cuando Dinamarca se marchaba ya en el marcador por cuatro goles (6-10). Rivera tomó entonces la decisión de dar entrada a Sterbik.

ESPAÑA 24 - DINAMARCA 28

España: Hombrados (Sterbik); A. Entrerríos (3), Gurbindo (2), Parrondo (2), Juanín (1), Chema (1) y Morros (1) -siete inicial-; Rocas (1), Maqueda, R. Entrerríos (3), Aguinagalde, Ugalde (2), Romero (1, de p.), Garabaya (1), y Cañellas (6, 4 de p).

Dinamarca: Landin (Rasmussen); M. Christiansen (1), L. Christiansen (2), Spellerberg (1), Lindberg (6), Toft (2) y M. Hansen (9) -siete inicial-; Boesen (1), Lauge, Eggert, Nodddesbo, Svan, Sondergaard (5), Nielsen y Knudsen (1).

Árbitros: Horacek y Novotny, de la República Checa.

Marcador cada cinco minutos: 3-4, 4-6, 6-9, 7-10, 10-11, 12-12 (descanso). 12-15, 14-17, 17-18, 20-21, 23-23 y 24-28.

4.500 espectadores en el pabellón Kristianstad Arena.

El técnico sorprendió alineando de entrada a Hombrados en vez de al temido Sterbik
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El acierto del cambio se notó casi de forma inmediata. La presencia de Sterbik actuó como una losa en la mentalidad de los daneses, que comenzaron a mostrar debilidades en el ataque. Seguían moviendo bien el balón, pero en el momento de realizar el lanzamiento veían al portero del Ciudad Real y parecían obnubilarse. Las ideas se les cruzaron de tal forma que el decorado cambió de forma espectacular. Aquel dominio inicial se transformó en temor. Y, de golpe, España logró un parcial de 4-0 y empató el partido, dejando a los daneses nueve minutos sin marcar (10-10).

Sin embargo, aquello eran solo los escarceos iniciales. Nada se estaba decidiendo todavía. España había salvado la primera situación complicada. Y fue capaz de mantener la igualdad hasta el descanso (12-12). Pero la calidad del equipo danés seguía siendo incuestionable. Nadie había tirado la toalla. Sus lanzadores, Hansen, Sondergaard y Christiansen, recuperaron rápidamente su efectividad, la entrada de Noddesbo y de Knudsen en el pivote dinamizó el ataque y la buena conducción de Spellerberg y Boesen en los momentos en que estaban en la pista permitieron a Dinamarca recuperar la compostura.

El partido volvía a abrirse del todo. Dinamarca mostraba de nuevo su potencial y explicaba por qué había llegado a las semifinales habiendo ganado holgadamente todos sus partidos. Al margen de su cerrada defensa en 6-0, detrás había un portero, Landin, que se estaba convirtiendo en un muro para Alberto Entrerríos y Gurbindo. Sin estos dos jugadores, era evidente que España se quedaba sin tiro exterior y que los daneses tenían motivos para sentirse mucho más fuertes en su tenaz cerrojo.

No obstante, España seguía estando allí, agazapada, sin perder la concentración defensiva, robando balones, manteniendo la igualdad en el marcador (16-17). Y lo hacía sin contar con hombres tan fundamentales como Alberto Entrerríos y Aguinagalde, con una primera línea con Raúl en el centro y Cañellas y Gurbindo en los laterales y con Garabaya en el pivote por primera vez en el torneo.

Un mérito incuestionable que permitió dar un largo tiempo de reflexión a Alberto Entrerríos hasta que pudo volver con las ideas más claras. Después, Valero volvió a dar entrada a Hombrados y, con esta recomposición del equipo español, se llegó con empate a 23 a cinco minutos del final. Pero después Dinamarca sacó a relucir su calidad. Landin paró como un condenado y Hansen y Sondergaard cerraron las puertas a España a una final que jugarán la selección danesa y la francesa.

La supremacía de Francia, vencedora por 29-26 del cuadro anfitrión, Suecia, en las otras semifinales se antoja incuestionable. En los últimos años tan solo España ha conseguido empatarle -tres veces seguidas-, pero nadie ha podido frenar su escalada hasta la cumbre del balonmano mundial.

El equipo que dirige Claude Onesta es el único que ha ganado consecutivamente las tres grandes coronas: los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, el Mundial de Croacia 2009 y el Europeo de Austria 2010.

Ayer entró con todos los méritos en su cuarta final seguida en una gran competición al superar con holgura a Suecia ante 12.500 hinchas entregados a su selección. España peleará por acompañarles en el podio final.

Alberto Entrerríos intenta lanzar a portería frente al danés Toft.
Alberto Entrerríos intenta lanzar a portería frente al danés Toft.EFE

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