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Reportaje:

Desterrado de la residencia

Un reivindicativo usuario del centro público de mayores de Carlet duerme en su coche para protestar contra su traslado forzoso

Luis Aparisi se preparaba a última hora de ayer para pasar la noche en el interior de su coche frente a la residencia pública de mayores de Carlet. En ella lleva más de cinco años y como presidente de la junta de usuarios ha denunciado repetidamente distintos problemas relacionados con el funcionamiento de la residencia.

La Consejería de Bienestar Social le ha transmitido su traslado forzoso al centro de Cheste "para preservar su seguridad y la del resto de internos", según un portavoz oficial, que destaca que hay una denuncia interpuesta por un residente contra él "por causa grave". Pero Aparisi, de 67 años, no tiene ninguna intención de abandonar su casa. "No podrán conmigo", sostiene.

Aparisi tachó de "bazofia" la comida que recibían
Bienestar Social tilda a esta persona de conflictiva

Este usuario defiende ser objeto de una persecución por sus denuncias sobre la mala alimentación que reciben "que, gracias a las quejas, ha mejorado algo". O por la reducción de personal de 120 a 90 auxiliares o de 80 a 38 personas de limpieza, lo que se traduce en peor atención "por ejemplo en personas asistidas, a las que dan un engrudo de comida que es una bazofia".

El acoso, indica, llegó al punto de que "el director forzó al resto de directiva de la junta de usuarios a dimitir para acabar con las quejas", una decisión que Aparisi replicó con un recurso al juzgado contencioso-adminstrativo, aún sin resolver. Se convocaron elecciones destinadas a nombrar una junta gestora que, relata, volvió a ganar. "Nos han reventado ocho veces el candado del local de la junta de usuarios, nos arrancan las comunicaciones que colgamos en los tablones de anuncios...", recita.

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Esta situación de tensión -con denuncias al director, algunas desestimadas, otras pendientes de juicio- desembocó recientemente en una agresión verbal por parte de un interno hacia Aparisi que éste denunció a la Guardia Civil.

El viernes, la dirección del centro comunicó a Aparisi el traslado. "Es un castigo por ser crítico", indicó ayer el diputado del PSPV Antonio Torres, que se acercó a la residencia y a la que no le dejaron acceder en condición de diputado. "Ni siquiera se le ha dado la opción de recurrir la decisión de trasladarle", comenta el responsable socialista.

Bienestar Social sostiene que han recibido numerosas quejas de internos sobre el comportamiento de Aparisi, además de una denuncia ante la Guardia Civil presentada contra él por otro interno por una "causa grave" de la que no ofrecieron más datos. Tras "recurrir al diálogo" para intentar reconducir la situación, desde el departamento que dirige Angélica Such sostienen que se ha decidido trasladarlo temporalmente a la residencia de Chiva "para evitar la situación de tensión creada por esta persona".

"No tengo por qué irme, como defiendo los intereses de los usuarios han ido a por mí", se defiende Aparisi.

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