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LOS PAPELES DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO | La opinión de EE UU sobre el PP

La embajada duda de Rajoy por ser un líder "sin carisma"

"Creemos que debe su longevidad en el cargo más que nada a la ausencia de un sucesor creíble dentro de su partido" - Casi todos los dirigentes pasaron por la embajada e hicieron confidencias. Aguirre es "hiperambiciosa"; Gallardón, "encantador"

Carlos E. Cué

Desde la inesperada derrota de 2004, el largo camino del desierto del PP ha sido un asunto de máximo interés para la Embajada de EE UU en España. Especialmente durante la Administración republicana de George Bush, el embajador y sus subordinados dedican varios cables confidenciales a escrutar cada paso del PP, cada cambio, cada crisis. Todo con un punto en común: la escasísima confianza que el liderazgo de Mariano Rajoy inspira en los funcionarios de EE UU, que una y otra vez relatan a Washington sus problemas de carisma y sus dificultades para contrarrestar a José Luis Rodríguez Zapatero.

Los analistas de la embajada no se basan solo en lo que leen, también en lo que les cuentan sus contactos del PP y en las reuniones con Rajoy, algunas de ellas muy detalladas. Casi todos los dirigentes clave pasan por allí: Acebes, Zaplana, Gallardón, Moragas... Lo que más les sorprende es la capacidad de Rajoy de sobrevivir a dos derrotas electorales, algo impensable en EE UU. Y varias veces mandan a Washington el mismo análisis: "Creemos que Rajoy debe su longevidad en el cargo más que nada a la ausencia de una sucesor creíble dentro de su partido".

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Los detallados análisis arrancan en la misma semana de la derrota de 2004. "El PP, aún bajo shock", se titula un cable. Pero la primera confidencia seria, y reveladora, les llega el 14 de junio, poco después de que Zapatero retire las tropas de Irak, de un hombre muy cercano a Aznar: Alfredo Timmermans, secretario de Estado de Comunicación y hombre clave en La Moncloa durante el 11-M, tanto que estuvo en el Gabinete de crisis convocado en el búnker. Es muy claro en la charla con la embajada que recoge el cable confidencial 17772: "Muchos en el PP quieren que Aznar se quede en casa y no diga nada. Culpan a su política sobre Irak de la derrota y creen que Aznar jugó con el futuro del partido y perdió. Como otros españoles (el 80% según las encuestas), la mayoría de los miembros del PP no sufrieron al ver a las tropas españolas volver de Irak. Aznar entiende que él es "políticamente radiactivo", pero confía en que algún día se reivindicará su política en Irak y sobre EE UU". Aznar acaba de viajar a Washington para ver a Bush, una visita muy polémica en España. "Aznar ha sentido mucho cariño en la visita a Bush, y él contrasta mucho ese calor con las reticencias que ha encontrado entre mucha gente del PP desde el 14 de marzo", relata Timmermans.

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El propio Rajoy se ve con el embajador George Argyros el 30 de junio de 2004. Aunque es mucho menos revelador, demuestra que aún está muy lejos de separarse de Aznar. "El PP mantiene la misma política exterior que cuando gobernaba Aznar, no solo con respecto a EE UU sino a Europa. El PP está muy preocupado porque Zapatero 'quiere siempre estar del lado de Francia", anota el embajador. Rajoy aplaude a Solbes: "Es el miembro del Gobierno con más talento".

Otra idea recorre todos los análisis de la embajada, a pesar de estar redactados en su mayoría por funcionarios de la administración Bush, es que la sombra de Aznar impide a Rajoy avanzar. Ya en el congreso del PP de 2004 que consagró a Rajoy como sucesor se habla de eso. "Tanto Gallardón como Rajoy quedaron ensombrecidos por el discurso de Aznar, que insistió en que 'el PP tiene razón y el PSOE se equivoca". Aznar fue recibido como un héroe por el público, y fue presentado como "el referente moral" del PP. Rajoy puede haber sido el vencedor oficial, pero el congreso fue un show de Aznar. "Está claro que sigue mandando en las bases del PP", resume el cable del consejero político de EE UU.

Después del largo desierto de cuatro años, la embajada se moviliza ante las elecciones de 2008. ¿Quién va a ganar? Para los intereses de EE UU es importante saberlo, y los diplomáticos multiplican citas para analizar estrategias y tratar de hacer una previsión fiable a sus jefes en Washington. En un cable (134879) del 18 de diciembre de 2007 se analizan las dos campañas, la del PSOE y la del PP. "Pepe Blanco le ha dicho al embajador que el mensaje de la campaña electoral va a ser muy claro: "Vota al PSOE o vive bajo las reglas de Neandertales reaccionarios". Solo si logran que los votantes del PSOE se sientan amenazados con la posibilidad de una victoria del PP los estrategas podrán asegurarse que la gente acude a votar", escribe el embajador Eduardo Aguirre.

Una reunión con Ana Pastor, amiga íntima de Rajoy, remata la jugada: "En un momento de franqueza, Pastor le dijo al embajador que Rajoy sería mejor presidente que candidato. Los asesores señalan que Rajoy es visto como distante y antipático. Por eso, el PP va a tratar de humanizar la figura de Rajoy".

Es el propio líder del PP, gran experto en campañas electorales, quien analiza con detalle la suya en una visita a su despacho de la calle Génova del senador republicano de origen cubano Mel Martínez, el 1 de febrero de 2008, a poco más de un mes para los comicios. "Rajoy explica que el PP se opuso a la retirada de tropas españolas de Irak, que sigue considerando un error, a pesar de que eso le diera votos al PSOE. Dice que la inmigración está empezando a causar problemas en España, porque los españoles de a pie empiezan a ver afectado su acceso a los servicios sociales. Asegura que la izquierda usa a los artistas para convencer a la gente de que ellos quieren la paz y la derecha la guerra". Es el momento de la campaña de la ceja, en la que varios artistas de izquierda muestran su apoyo a Zapatero.

"El resultado de 2008 es una gran incógnita", analiza Rajoy en privado con una franqueza que nunca utilizaría en público. El cable 139623, que narra la reunión, es muy detallado: "Rajoy cree que el voto de 2004 fue más un voto anti-PP que pro-PSOE y que esta vez no se repetirá. Asegura que su estrategia es dirigirse al centro más que a su base electoral. Sobre todo para no movilizar a la base del PSOE. Sin embargo, explica, convencer a los medios que apoyan al PP de que eviten el enfrentamiento con la izquierda es un gran reto". El extremismo de los medios conservadores preocupaba mucho en el PP. No en vano el PSC hizo en Cataluña una campaña con un lema claro: "¿Indeciso? Escucha la COPE".

Rajoy les cuenta a los estadounidenses que fue jefe de campaña de Aznar en 1996 y 2000, y las analiza. "En 1996 hicimos una campaña agresiva. Por el contrario, en 2000 nos comportamos como monjas, y tuvimos mucho más éxito". Rajoy les explica que en España, al contrario que en EE UU, "es mejor que no se sepa cuánto te has gastado en las campañas electorales porque la gente votaría contra el candidato con más dinero". Rajoy bromea: "Después de un intensivo estudio de la ciencia de las encuestas, he concluido que no sé nada sobre encuestas". Además, les cuenta que insistirá sobre la defensa de la familia, ya que el PSOE ha aprobado el matrimonio homosexual.

Un mes después, la derrota del PP no pilla del todo por sorpresa a la embajada, que había mostrado varias veces sus dudas sobre Rajoy y su estrategia de enfrentamiento total a Zapatero. Los funcionarios de EE UU especulan en varios cables con posibles sucesores, y siempre está ahí Alberto Ruiz-Gallardón, para quien la embajada reserva elogios por su buena valoración, aunque también destaca que no logra hacerse un hueco en su propio partido. El embajador se reúne con el alcalde de Madrid el 12 de marzo de 2008, tres días después de las elecciones. "Gallardón confirmó al embajador que seguiría en política -después de anunciar que lo dejaba dijo que lo decidiría tras las elecciones- y le contó que daría los pasos necesarios para mejorar su relación con Rajoy y poder así recuperar la simpatía del partido". "Gallardón confirmó al embajador que Rajoy es el líder del PP, ya que 'simplemente no hay ninguna otra opción creíble'. Dijo que alguien como él o Esperanza Aguirre podrían intentar tomar el control del partido, pero a riesgo de romperlo por la mitad. Aseguró que la continuidad de Rajoy era la mejor manera de minimizar el daño al PP, y avanzó que Rajoy daría ahora una serie de pasos para modelar el partido a su imagen y separarlo de la influencia de Aznar", detalla el cable 146543.

La crisis interna del PP arreciaba, y la embajada citó a sus habituales contactos del PP, los diplomáticos Jorge Moragas y Gustavo de Arístegui. Según un cable fechado el 14 de mayo "Arístegui le dice al encargado de negocios que Rajoy parece estar culpando de los resultados electorales a todo el mundo menos a sí mismo. Cree que Rajoy debería abrir el congreso del partido a otras candidaturas. Dijo que si Rajoy era capaz de vencer a los aspirantes en un proceso abierto y justo, su liderazgo no sería cuestionado nunca más". Arístegui hizo públicas en esos días sus diferencias con Rajoy, aunque no con tanta crudeza. Sin embargo, después de una reunión en el despacho del líder, rebajó sus críticas y ahora apoya el proceso de renovación iniciado por el PP.

El mismo cable (153778) analiza las confidencias de Moragas, que aún no era el jefe de Gabinete de Rajoy y por tanto su aliado más fiel, pero ya se apuntaba como uno de sus apoyos más claros. Aún así, marca distancias. "Moragas fue más positivo en sus comentarios y, aunque admitió las preocupaciones que existen sobre el liderazgo de Rajoy, predijo que el partido volvería a la estabilidad. Dijo que era más vital que nunca mantener el partido unido. Explicó que había desarrollado una buena relación con Rajoy durante la campaña y ahora era uno de sus principales asesores. Añadió que, sin embargo, que él no es un 'hombre de Rajoy' sino un miembro leal del partido que responde cuando le piden un servicio".

El análisis con el que se remata este cable confidencial enviado a Washington es, como casi siempre, muy duro para el líder del PP. "Rajoy no tiene mucho carisma, y muchos se quedaron sorprendidos cuando el ex presidente Aznar le escogió como su sucesor. Mucho más se sorprendieron cuando Rajoy no dimitió cinco años después tras su segunda derrota. Creemos que Rajoy debe su longevidad más que nada a la ausencia de un sucesor creíble en su propio partido", señalan.

Casi todo lo que rodea al PP interesa a los diplomáticos. Tanto que la embajada hizo un análisis muy detallado, de siete folios, del caso del espionaje en la Comunidad de Madrid. Los funcionarios de EE UU concluyeron que podía significar "un serio lastre para Esperanza Aguirre, una hiperambiciosa política que se ve a sí misma como la futura presidenta del Gobierno". Por el mismo motivo, podría ascender la estrella del alcalde de Madrid, explicaba el cable 189374. "Gallardón es encantador, listo, y tiene reputación de honradez. Durante la reunión del embajador con el presidente el 16 de enero [de 2009], Zapatero opinó que Gallardón era el único miembro del PP que podría convertirse en presidente de España".

El cambio de Administración, con la llegada de Obama, implicó un cambio de embajador: ahora es Alan Solomont. La última reunión del líder del PP con el embajador que relatan los cables es de enero de este año. Cambia la administración, pero no las preocupaciones. En casi todos los cables que se refieren al PP se repite una idea: los diplomáticos de EE UU intentan convencer a los populares de que no utilicen las misiones en Afganistán o Líbano, claves para la política exterior estadounidense, en lo que llaman "fútbol político español". Pero no lo logran. "Está claro que Rajoy quiere mantener una buena relación con el embajador", analiza el cable. "Aunque sus comentarios sobre Afganistán son bienvenidos -dijo que el PP apoya el envío de más tropas- nos quedaríamos muy gratamente sorprendidos si el PP resistiera la tentación de golpear al Gobierno en el debate sobre el envío de más tropas". Una vez más, como en casi todos los demás cables sobre el PP, los estadounidenses acertaron.LOS PAPELES DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO

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La derrota de 2004, el error de Irak y la mala gestión del 11-M

Los funcionarios de EE UU no entienden la estrategia del PP en la legislatura pasada. En 2006, dos años después de la derrota, se preocupan. "La oposición del PP: perdiendo la batalla frente al Gobierno", se titula un cable del 17 de abril de ese año. El texto tiene un epígrafe elocuente: "No a todo". Y el análisis basado en confidencias de varios dirigentes cuyo nombre no se revela es demoledor, sobre todo por la frialdad y contundencia con la que funcionarios a las órdenes del Gobierno de Bush analizan el daño que la guerra de Irak ha hecho al PP: "Los contactos de la embajada en el PP parecen pensar que la derrota de 2004 fue un error, un masivo 'malentedido' de una parte del electorado, ignorando los asuntos reales con los que los votantes estaban en desacuerdo: la guerra de Irak, a la que el 90% de los españoles se oponía, y la forma en la que el Gobierno de Aznar gestionó los atentados del 11 de marzo", dice el cable 60763.

"El 29 de marzo, Eduardo Zaplana le dijo al embajador que la base del PP sostendría al partido en las próximas elecciones (reflejando una vez más que el PP cree que la derrota de 2004 fue un golpe de mala suerte) y que es importante cuidar esa base", narra el cable. "Rajoy está considerado como un líder competente e inteligente, pero no especialmente carismático. Acebes está mal visto por su implicación en la gestión de los atentados. Zaplana está identificado con el legado de Aznar. Y además está el omnipresente Aznar, que aunque tiene un título solo ceremonial en el PP, en realidad arrastra su larga sombra sobre todo lo que hace el partido. En una reunión con el embajador, el 15 de diciembre de 2005, Aznar le dijo que tanto él como su think tank, FAES, serían muy cuidadosos para no interferir en la batalla política nacional. En realidad, Aznar, en cada oportunidad, aprovecha su influencia (incluido su acceso a funcionarios de alto nivel de EE UU) para alterar el discurso político. Y precisamente por eso, el actual liderazgo del partido tiene dificultades para marcar el rumbo", remata el análisis.

El cable es muy positivo para Zapatero y crítico con el PP, aunque siempre en tono diplomático: "Todos los dirigentes del PP, Rajoy, Aznar, Acebes y Zaplana, hablan de Zapatero con desdén y un cierto aire de superioridad. Aznar le define como 'débil y vacilante'. Sin embargo, este supuestamente débil presidente ha conseguido aislar a la oposición en los dos asuntos más importantes: el Estatuto catalán y el futuro de ETA".

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