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DOCUMENTAL

Una ciudad tras los barrotes

'Callejeros' narra la vida cotidiana en la cárcel de León

Rosario G. Gómez

Se tatúan el cuerpo con goma de zapato derretida, pagan la droga con tarjetas telefónicas, fabrican alcohol destilando fruta y se envían cartas de un módulo a otro dentro de una zapatilla que vuela sobre los muros. Los presos del centro penitenciario de Mansilla de las Mulas (León) pasan así sus días. Allí cumplen pena 1.700 reclusos y desde allí hablan presos y funcionarios, educadores y hasta el director del penal. Su vida cotidiana se ha plasmado en Callejeros. Cárcel. La película (esta noche, 22.35, Cuatro), un reportaje especial que irá acompañado de otro sobre el trajín de familiares y amigos que acuden a visitar a los presos.

Callejeros ha invertido cuatro años hasta poder acceder sin restricciones a una cárcel. Con el permiso de Instituciones Penitenciarias en la mano, el equipo del programa asegura que se movió con total libertad. Las cámaras entraron en las celdas, el patio, la enfermería, los módulos de respeto y la zona de aislamiento. "Lo que más nos impresionó fueron los dramas de los enfermos psiquiátricos", asegura Carolina Cubillo, directora de Callejeros. El equipo ha estado acompañado en todo momento por un educador social, siempre en un discreto segundo plano. Instituciones Penitenciarias no se ha inmiscuido en el trabajo ni ha pedido oficialmente ver las imágenes antes de su emisión, "aunque le hubiese gustado", matiza Cubillo.

La prisión es como una ciudad con barrotes, un microcosmos de carteristas, drogadictos, pederastas, violadores y hasta terroristas de ETA. Los internos hablan con naturalidad. Los reporteros de Callejeros afirman que no ha querido conocer de antemano los delitos "para no tener prejuicios".

"¿Cuándo fue la última vez que te fumaste un porro?", pregunta la reportera. "Ayer", dice la presa. Los internos cuentan sin complejos el trapicheo de droga en el interior de centro penitenciario y los funcionarios muestran rudimentarios pinchos (armas con las que pueden llegar a matar) confiscados. En los 17 módulos de la prisión de León hay también tiempo para el amor. "El amor en prisión es fácil. Se enamoran a través de una pared, de una ventana. Y aún así, se casan", dice el director del penal, José Manuel Cendón.

A través de los habitantes de Mansilla de las Mulas, Callejeros ha querido mostrar la vida de las 76.000 personas (la población de Ciudad Real) presas en los 91 centros penitenciarios. "España es el país europeo con mayor población reclusa", apuntan los responsables de Callejeros.

Este especial, de 80 minutos de duración, ha sido grabado entre junio y octubre de este año. Concebido como una película, "ha sido un trabajo muy exigente" y "nada efectista", asegura Elena Sánchez, directora de contenidos de Cuatro. "Hemos querido mostrar la vida dentro de las cárceles sin exagerar y hacerlo de una manera ultrarespetuosa hacia presos y funcionarios".

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