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Reportaje:

"Tim Burton me dio libertad"

El dibujante Carlos Grangel diseñó personajes de 'La novia cadáver' y 'Madagascar'

Lo que a muchos les produce un vértigo espantoso, a él le excita. Carlos Grangel (Barcelona, 1963) se apasiona con la página en blanco. De ese abismo han salido criaturas maravillosas como la Novia Cadáver, de la película del mismo título, o los protagonistas de Madagascar, la producción de DreamWorks. A Carlos Grangel y a su equipo, Grangel Studio, los contratan precisamente por ser muy creativos a la hora de plasmar en un folio con imágenes las palabras de un guión, las ideas de un director o el dinero de un productor. Trabajan con los mejores directores: Steven Spielberg, Tim Burton o Guillermo del Toro, entre otros.

"He tenido mucha suerte con los productores y directores con los que he trabajado. Una de las grandes experiencias de estar con Steven Spielberg o Tim Burton es que te dan una libertad creativa total. Luego vendrán los 'peros' o los 'hazlo más así' o 'este me gusta más que aquel'. Pero son directores que, si te contratan, delegan en tu propia capacidad creativa. Y eso lo hacen porque ellos también son creadores", comenta Grangel, mientras descansa en una terraza, tras su primera sesión de cortometrajes de Animacor. Grangel forma parte del jurado de este certamen, el Festival Internacional de Animación de Córdoba, que cumple su sexta edición.

El creador participa en Córdoba en el certamen Animacor

"Sin embargo, los grandes problemas los hemos tenido con los productores mediocres, que no son creativos. Lamentablemente los hay y mucho porque, a pesar de que existe mucha gente con imaginación, no todo el mundo llega hasta allí arriba", continúa.

A Grangel le gusta explicar su método de trabajo y su gusto por iniciar nuevas aventuras. "Cuando leo el guión, viajó allí donde esté el director y el productor. Y entonces, empiezo desde cero. Eso es lo que me apasiona: comenzar con un papel en blanco. Y crear la imagen de esos personajes, su look, la atmósfera visual de la película".

En ocasiones, las nuevas empresas en las que se embarca, suponen un aprendizaje no solo de estilo, sino de técnica. Por ejemplo, al trabajar en La novia cadáver (2005), Grangel y su gente debieron adaptar su mente acostumbrada a las dos dimensiones del papel y la pantalla del ordenador, a las tres que suponía actuar con muñecos. Unas verdaderas esculturas a las que se movía fotograma a fotograma. Es lo que se conoce como la técnica del stop motion. "De todo lo que hemos hecho, me quedo con el stop motion", admite sin dudarlo. "Porque toca todas las facetas de la gama artística de la animación: empiezas con un dibujo, pero acabas con un muñeco real", sostiene.

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Grangel ha recorrido un largo camino desde que en 1989 dejase España para trabajar con Spielberg en Londres. "En realidad, yo quería ser creador, caricaturista; autor de comics. Pero miraba a mi alrededor y veía que estaban cerrando todas estas empresas. Así que me centré en el segundo campo que me gustaba: la animación". Dejó un país sin industria en ese sector y ahora ve cómo salen títulos con firma española, como Planet 51. Pero el mundo de la animación es difícil. "Somos como salmones que subimos el río. Si tenemos suerte, llegamos hasta el final, pero como encontremos alguna piedra o se seque el río, no llegamos".

Carlos Grangel muestra en Córdoba su dibujo para la película <b><i>La novia cadáver, </b></i>de Tim Burton.
Carlos Grangel muestra en Córdoba su dibujo para la película La novia cadáver, de Tim Burton.F. J. VARGAS

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