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Crónica:La mayor crisis del Gobierno de Zapatero
Crónica
Texto informativo con interpretación

El político todoterreno que por fin llega a ministro

Jáuregui puede jugar un papel relevante en la coordinación interna y la fase terminal de ETA

Luis R. Aizpeolea

Cuando Ramón Jáuregui (San Sebastián, 1948) se marchó a Bruselas hace año y medio como eurodiputado, muchas voces en el PSOE y sus electores lamentaron que su carrera política terminara en los foros europeos cuando podía ser tan útil en España, en un momento en que la crisis económica apretaba con fuerza. Esas voces pedían políticos todoterreno, pesos pesados del partido y buenos comunicadores para que el Gobierno afrontara en mejores condiciones una coyuntura tan compleja. Y pusieron a Jáuregui como prototipo de esos valores.

Zapatero reconoció, en la explicación pública que dio ayer de la remodelación del Ejecutivo, que había escuchado esas voces y que había sido consecuente con esa petición. Rompía con ello la leyenda que existía de que Zapatero tenía vetado a Jáuregui. El hecho es que el regreso del eurodiputado a la política nacional es, sin lugar a dudas, una de las sorpresas más agradables de este cambio de Gobierno para muchos militantes y electores socialistas. A Jáuregui le ha encargado Zapatero tres tareas precisas: la coordinación de la Comisión de Subsecretarios, preparatoria del Consejo de Ministros; la relación del Gobierno con el Parlamento y la función de portavoz bis del Ejecutivo (el titular es Pérez Rubalcaba). La cuarta no está en el organigrama oficial, pero es clave en esta coyuntura que se vive en el País Vasco: el asesoramiento en el proceso terminal de ETA.

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Ciertamente, en esta segunda legislatura de Zapatero, la coordinación del Gobierno, tanto internamente como en su relación con el Parlamento, se había resentido mucho. María Teresa Fernández de la Vega había perdido el pulso en una legislatura en que la lucha contra la crisis económica se había situado en el centro de la vida política. Asimismo, su papel como portavoz del Gobierno había quedado tan devaluado que el ministro de Fomento, José Blanco, venía, desde hace muchos meses, ejerciendo como portavoz real del Consejo de Ministros.

Jáuregui, un hombre muy metódico y excelente comunicador, puede cumplir muy bien las funciones de coordinación del Gobierno y de portavoz bis. En todo caso, un todoterreno como él, que es un experto en política económica y laboral, judicial, antiterrorista y territorial está muy bien dotado para afrontar este final de legislatura, en el que la crisis económica y el proceso terminal de ETA son determinantes.

El político vasco podrá utilizar en esa función tan decisiva el conocimiento acumulado en 33 años de carrera política, en la que ha sido secretario general de la UGT vasca, delegado del Gobierno en Euskadi, vicepresidente del Gobierno vasco en coalición con el PNV, secretario general del PSE, miembro de la Ejecutivo Federal del PSOE, portavoz de la Comisión Constitucional del Congreso, secretario general del Grupo Parlamentario Socialista y eurodiputado.

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Coordinar al Gobierno

- Antes del Consejo. Jáuregui preside la comisión de subsecretarios que prepara la reunión de ministros. Además, entre sus labores está el coordinar la acción del Gobierno con la del Parlamento.

- Portavoz bis. Será la otra voz oficial del Ejecutivo, y además asesorará en política vasca.

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