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XVI BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA

Baile en plenitud

Del flamenco, de su escuela y de su estudio, pueden nacer obras como l que la bailaora sevillana isabel Bayón estrenó el domingo. Un trabajo depurado y lleno de sutileza. Innovador en la presentación, pero profundamente arraigado en la tradición, y que se ha edificado con elementos aparentemente sencillos, los que constituyen la base misma de este arte: cante y toque para el baile, la danza y, con ellas, también la interpretación, pues lo que hace esta artista trasciende por momentos los simples límites de su disciplina. No se bailan de igual forma la pícara guajira que la folclórica serrana: cada estilo requiere su acento propio; pero Bayón hace gala de un lenguaje tan amplio y lleno de recursos que le sobran movimientos para desarrollar cada baile y confeccionar infinitas composiciones con su figura.

En ellos participa desde la punta y el tacón del zapato hasta los mismos movimientos de sus cejas. Todo su cuerpo al servicio de una expresión con mil caras: contenida, dramática, explosiva, juguetona, femenina... y señora. Con un hacer y saber estar sobre las tablas que dignifica el flamenco y su baile. Y estamos hablando solo de la segunda parte de la obra, en la que la artista enlaza -con tangos, garrotín, serrana y cantiñas- una suerte de suite flamenca que es muy personal tanto por la propia elección de unos estilos, tan determinados como poco frecuentados, que por el homenaje que quiere rendir a sus maestros. La intención de tributo se apunta con unas grabaciones en off que recogen las voces de Matilde Coral, Chano Lobato y Mario Maya, cada uno con el discurso por el que se le identifica. Su plasmación se hace festiva y luminosa en el postrer baile de las cantiñas, con Isabel luciendo bata de cola blanca con lunares y mantón. Un despliegue más de recursos que sintetizan el canon que le es propio a tan salobre estilo de baile.

La obra había comenzado con las tres coreografías que, sobre un soneto de Miguel Hernández, le han confeccionado tres compañeros: Campo, Romero y Olmo, por este orden. De ellas baste con decir que son distintas entre sí y que van desde un estatismo expresivo, lleno de silencios, a una reflexión intimista sin definir, pasando por el más reconocible, aunque en una gran parte original, baile de la guajira. Con un buen planteamiento escénico en el juego de espacios y luces, el baile de Bayón se fue acompañando de las atinadas músicas de Torres y Arriaga y del cante de los jerezanos David Lagos y Londro, tan versátiles para dar forma canora a los endecasílabos del poeta de Orihuela como para refrescar las formas de los cantes elegidos para la suite. Con un planteamiento casi camerístico, Isabel Bayón bailó esas siete pequeñas piezas con mesura y equilibrio, satisfacción y orgullo, haciéndose grande sobre el ancho y profundo escenario.

EN LA HORMA DE SUS ZAPATOS

Isabel Bayón Compañía Flamenca. Baile: Isabel Bayón. Cante: David Lagos, M. Ángel Soto Londro. Guitarras: Jesús Torres, Paco Arriaga. Percusión: José Carrasco. Coreografías: Isabel Bayón, Fernando Romero, Rubén Olmo, Florencio Campo. Composición musical: JesúsTorres, Paco Arriaga. Dirección: Florencio Campo.

Domingo 3 de octubre, 23.00. Teatro Central. Casi lleno.

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