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Reportaje:

Prostituta y esposa de diputado

El 'tory' Mike Weatherley descubre por la prensa británica que su esposa ejerce como meretriz - Carla y él se conocieron en Brasil hace diez años

La esposa del diputado Mike Weatherley se llama Carla Adriana Weatherley y es brasileña pero en su trabajo le llaman Bea, Bianca o, simplemente Carla. Es prostituta y su marido dice que no supo nada hasta el domingo pasado cuando The Sunday Mirror publicó unas fotos robadas en las que hacía un striptease a un reportero que se hizo pasar por cliente.

Weatherley fue fichado por el actual primer ministro británico, David Cameron, durante la campaña electoral y presentado como uno de los nuevos rostros conservadores que, con su comportamiento ejemplar, crearían la Big Society (la gran sociedad) que pretende fundar en Reino Unido el nuevo primer ministro.

Pero el entrometido tabloide y la historia de telenovela de Carla y el diputado Weatherley han logrado sacar los colores al líder conservador, y podrían llevarse por delante los nueve años de esfuerzo político que le ha costado a Weatherley llegar al Parlamento Británico.

Cameron presentó al político en campaña como uno de sus "hombres"
En un vídeo se oye a la mujer recitar sus tarifas

El diputado se presentó por primera vez en las elecciones de 2001 pero no fue hasta los pasados comicios de mayo cuando logró arrebatar la circunscripción de Hove y Portslade a la candidata laborista Celia Barlow con gran apoyo de Cameron. Hove y Portslade es un enclave electoral importante en la costa del sureste de Inglaterra.

El diputado Weatherley, de 53 años, tiene tres hijos de su anterior matrimonio y se casó con Adriana, de 39, hace siete en Brighton. Se conocieron hace diez en Brasil durante un viaje de trabajo a Río de Janeiro que él hizo cuando era director financiero del grupo de negocios Pete Waterman's. Por entonces ella ya ejercía la prostitución en su ciudad, según fuentes citadas por el Sunday Mirror, aunque en su certificado matrimonial siempre figuró como profesión la de ama de casa. El diario asegura que "nada hace pensar que Weatherley lo sabía". Después de la boda vivieron durante una temporada en Seaford, al este de Brighton con dos de los hijos de él.

Durante la campaña electoral Carla posó junto a su esposo mientras él sostenía que se daría a conocer por "sus logros políticos y no por sus meteduras de pata". Quería convertirse en "un pilar" de su comunidad y era descrito por sus compañeros de partido como "un ejemplo de la nueva hornada de conservadores modernos con fuertes valores familiares".

Ahora, la esposa del perfecto tory, la misma que posó junto a él en la campaña, ha salido en la prensa y los telediarios con medias de rejilla y lencería color fucsia cantando sus honorarios de memoria: "Son 30 libras por hacer una paja, 40 por sexo oral con condón seguido de sexo y 70 libras por sexo oral sin condón seguido de sexo con condón".

Al destaparse la profesión de su esposa, Weatherley ha añadido una guinda delirante e incomprensible al culebrón al proclamar: "Gracias por dármelo a conocer". El diputado no solo afirma que no sabía nada sino, además, dice que está separado de ella desde febrero, tres meses antes de las elecciones, y que pronto se divorciarán. "Estoy en estado de shock, no tenía ni idea, aunque mantenemos el contacto y comemos juntos todas las semanas. Ella es una persona adorable y bondadosa y yo me haré cargo de todo lo que necesite hasta que lleguemos a un acuerdo con el divorcio".

Su infortunado camino se precipitó hacia el desprestigio el primer viernes de mayo cuando un reportero se coló en un local del sur de Londres conocido como salón de masajes y preguntó por los servicios de Carla, cuyo nombre aquella noche era Bea...

"Después de ponerse cómoda en la cama, comentó que solía vivir en la playa de Copacabana, pero que se decidió mudarse a Londres para aprender inglés", narra el artículo del Daily Mirror. También contó que trabajaba en otros dos burdeles. "Comencé trabajando en Bedford en febrero pero está demasiado lejos. Ahora aquí sustituyo a una compañera que está de vacaciones", dice en el video, del que el tabloide sólo ha hecho públicas un par de imágenes fijas.

Cuando el reportero le preguntó si no le importaba vender su cuerpo, ella respondió: "Me gusta esto, los clientes son simpáticos, el sitio está bien y se gana dinero". Desde el pasado domingo Carla no ha vuelto a aparecer por allí. Un diario local de Hove intentó volver a encontrarla esta semana en la casa de masaje pero le dijeron que no estaba. "Tardará una temporada en volver".

En el partido conservador la respuesta es el silencio. Pese al revuelo que se ha formado en la prensa nadie entre los tories se cuestionado si el diputado ha de continuar en su puesto. "Es un asunto personal que en nada incumbe al partido y además no hay nada que Mike haya hecho mal", comentaba esta semana un portavoz desde su oficina en la Cámara de los Comunes.

Tampoco se ha pronunciado su padrino en las elecciones, David Cameron, que ha tenido dos semanas llenas de sobresaltos: el 24 de agosto nació su cuarta hija, el 6 de septiembre saltó el escándalo de la mujer de Weatherley y el martes su padre murió de un ataque al corazón a los 77 años.

Weatherley también permanece callado. En su web no hay mención alguna al momento por el que está pasando y su Twitter, donde sus votantes solían seguirle, permanece sin entradas nuevas desde el 13 de agosto, dos semanas antes de que su esposa fuera engañada por un reportero disfrazado de cliente.

Arriba, el diputado Mike Weatherley. Abajo, Carla Adriana Weatherley, en la web del periódico que descubrió el escándalo.
Arriba, el diputado Mike Weatherley. Abajo, Carla Adriana Weatherley, en la web del periódico que descubrió el escándalo.

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